viernes, 20 de enero de 2017

DIA DEL MAESTRO 15 DE ENERO DE 2017



Dra. Yoraima Lárez de Rodríguez

     Ser Maestro es ser combatiente por el amor y la paz. Un constructor de sentidos. Ser Maestro es ser un aventurero en pos del conocimiento. Nuestro instrumento de lucha es el conocimiento pero, no como lo ve la modernidad; aislado de la totalidad, disjunto, impertinente con la realidad y considerando tan solo el conocer. Es desde la perspectiva multidimensional de Delors: aprender. Entonces es aprender a conocer, aprender a hacer, aprender a vivir juntos, aprender a ser. 

     Pero, cómo facilitar ese proceso desde la visión del Maestro para que se convierta en saber conocer, saber hacer, saber convivir y saber ser. Necesariamente, tenemos que contextualizar y confrontar la realidad para poder transformarla y al hacerlo estamos propiciando cambios en el ser. Entonces, vienen a la mente las palabras del Maestro de Maestros: Simón Rodríguez, “Enseñen, y tendrán quien sepa; eduquen, y tendrán quien haga”. Semejantes palabras abren un espacio de discusión. Enseñar para que sepa pero, a la vez educar para que haga, para vivir, para entreayudarse en pro del bien común. 

     Necesario es detenerse en estas palabras: vivir, entreayudarse y bien común. Y analizando el legado escrito del Maestro Rodríguez encontramos “que los hombres se reúnen por sus intereses (…) buscando cada uno su conveniencia, sin consultar al otro, [marcan] el fin de la unión porque los intereses se chocan (…) este es el motivo de las desavenencias y la causa de las guerras…” ¿Cómo solucionar el impasse? El conocimiento es el único medio para alcanzar la comprensión; además, del poder generar habilidades y destrezas para enfrentar las vicisitudes teniendo como base y fin el bien común. Por esta razón el Comandante y Presidente de la República, en su momento, Hugo Chávez expresó: el primer poder del pueblo es el conocimiento y por esto el enorme trabajo por y para la educación, la generación de las misiones educativas y sus proyectos: la Canaimita, la colección bicentenario, entre muchos.

     El conocimiento permite reflexionar sobre ese bien común, que es la República, es la Patria. Y al hacerlo se enlaza con la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela y la Ley del Plan de la Patria 2013-2019. Este horizonte permite conjugar el saber, los fundamentos societales con las directrices de desarrollo, un progreso no visto desde el grupo, desde lo minúsculo y muchas veces interesado económicamente sino desde la producción endógena comunitaria como lo destaca el Presidente Maduro en pro del bienestar colectivo en términos de igualdad,  equidad y rectitud. Es el Estado Democrático y Social de Derecho y de Justicia. Pero, más que las leyes que como República tenemos y respetamos, es la Patria. 

     En este sentido, preciso es discernir el significado de Patria y nos damos cuenta que es más profundo, no solo es el territorio, la gobernanza, la Constitución, las leyes… constituye lo humano, las prácticas cotidianas, el sentimiento, el amor, el compromiso hasta el sacrificio. Patria es padre. Es matria o madre, recordando al Dr. Escarrá. En este instante, se amalgaman los haceres y trasciende el pensamiento. Como diría Freire, como palabra lleva imbricada la acción y la reflexión, de hecho Patria es una palabra verdadera capaz de transformar. “Existir, humanamente, es pronunciar el mundo, es transformarlo. El mundo pronunciado, a su vez, retorna problematizado a los sujetos pronunciantes, exigiendo de ellos un nuevo pronunciamiento”.

     En este proceso los seres humanos, se encuentran y se desencuentran. La divergencia también tiene sabor a humano se vuelve palpable en el diálogo, no puede haberlo sino existe un profundo amor al mundo; de por si este es un acto de valentía y de profunda humildad. Es decir, valorar las habilidades, cualidades, capacidades  propias y las de los demás para ponerlas en servicio del bien común, del colectivo. Es el amor al prójimo como a ti mismo que propaga la biblia. La alteridad (el reconocimiento y la valoración del otro) en conjunción con la otredad (el reconocimiento y valoración de sí mismo). El otro y el yo tienden puentes de complementariedad porque es la Patria, la razón del sacrificio la que reclama nuestra acción, lucha profundamente consciente en defensa de nuestras ideas y haceres por la suprema felicidad social que no es más que la satisfacción de trabajar por el bien común, en unión, en hermandad. 

     La valoración y reconocimiento del otro, de sí mismo y podemos pensar con más profundidad, el reconocimiento y valoración de la Patria, de todos los seres vivos, de los elementos, de la Patria Tierra. Con la convicción de que, sin la Tierra, sin planeta, no hay vida. Patria Tierra es otra palabra verdadera que estimula el análisis y a la confrontación que genera algunas interrogantes, entre éstas: ¿Estamos educando para que los seres humanos valoren la vida, se valoren a sí mismos, a los demás, a las áreas verdes, a los árboles, a sus costumbres, a su país, al planeta? Pero, ¿cómo el Maestro logra esta vinculación? ¿Cómo refundar, en lo concreto una República? ¿Cómo formar ese republicano, republicana, al patriota, a la patriota? ¿Cómo formar a ese hombre, a esa mujer que será sal de la tierra y luz del mundo? Es un compromiso pero, a la vez un apasionante reto que obliga a pensar, a dialogar en colectivo, a encontrarse  y a hacer. 

     En este sentido, desde 1999, el Ministerio ha promovido la participación de todos y todas, lo fue en la constituyente educativa, en la discusión del proyecto de ley, del currículo y recientemente la consulta nacional sobre la calidad educativa.  ¿Para qué esta acción, realizada con el colectivo? De los puntos de encuentro, de las afinidades y disensos emergen las dimensiones que conforman las líneas. Este proceso no es fácil, es la construcción de algo que no está hecho. Es la aventura. Es transitar, como lo hicieron nuestros antepasados para lograr la libertad, por sendas. Estas sendas pueden llevarnos fácilmente al objetivo pero, otras veces lo intrincado del lugar obliga a tomar decisiones que podrían considerarse que no son las correctas. Pero, correctas para qué, para quién, con la visión del qué ¿de los modelos constituidos que no se parecen a nosotros?  

     En este periplo, suceden miles de confrontaciones por las posturas irreconciliables, provenientes de modelos que dictan sus lineamientos y que, algunos quieren imponer  a costa, incluso de desear revivir el pasado, que como tal no existe. Es como el agua del río, ya pasó, ¿de qué nos sirve? para estudiarlo y aprender. De éste emanan saberes que posibilitan la construcción de otros escenarios. Si analizamos los años 1814, 1815, 1816 con la actualidad, encontraremos similitudes, muchas: el contexto, los polos de ideas, el fin. Y tal como triunfamos en aquella época lo vamos a hacer hoy. Y no sólo es hacer de Venezuela, una potencia económica sino también en lo social y en lo moral. Uds pensaran, es idealismo, cerraran la puerta del pensamiento, de la posibilidad e incluso de la esperanza y volverán al claustro obscuro. Con una gran diferencia, que lo refleja Thomas Kuhn en su libro, continúan viviendo en el modelo o patrón aceptado descartando los emergentes productos de nuevas realidades, contingencias que originan más y más preguntas. Esto es algo que debemos internalizar los maestros, vivir en esa incertidumbre, dar paso a las interrogantes, a vivir de lo posible e imposible, sin perder nuestro optimismo, educar como dice Savater es creer en la perfectibilidad humana, en el yo, en el nosotros...

     Como habitantes de una misma aldea planetaria en peligro, debemos trabajar en común unión, con responsabilidad en la conservación de nuestra casa La Tierra, tenemos que educar con valores, no es enseñar en valores, es educar con valores. No se puede enseñar, responsabilidad, puntualidad, respeto… si el maestro no modela esos valores en su accionar diario. En nuestro quehacer debemos ser eficaces y eficientes, esmerarnos en propiciar espacios para el encuentro, disertación y hacer colectivo. De esta manera llegaremos a ser efectivos, impactar a la sociedad. Cada maestro, maestra debe visionarse en el horizonte de la excelencia, trascender el contenido, la práctica y a través de la interrelación impactar la vida cotidiana. Esa es la impronta del maestro, muchos la han dejado en nuestra historia, otros se difuminaron en  el tiempo… Pero, quedaron sus alumnos, sus estudiantes, sus discentes… en fin,  los seres a quienes formaron… y ellos, ellas hablan de sus maestros y maestras en su accionar diario… cada uno de nosotros es el fruto del amor y paciencia de un o una docente o de varios docentes… Tengamos respeto al veredicto de la historia…El que una sociedad no construya sentidos no solo es problema de la familia, también es problema de la escuela, de sus docentes. No evadamos nuestra responsabilidad ante el sonar del clarín que siempre nos ha llamado…

Viene a colación, el verso de Alberto Arvelo Torrealba en su poema “Por aquí pasó” les invito a meditarlo en colectivo:
De bandera va su capa,
su caballo de puntero,
baquiano, volando rumbos,
artista, labrando pueblo,
hombre, retoñando patrias,
picando glorias, tropero.

Gracias, Maestros, Maestras, que aquí retraté, adelante, sigan la senda… construyendo Patria en alianza social


lunes, 19 de diciembre de 2016

Eduardo Galeano: Las Venas abiertas de América Latina... El Lago de Maracaibo en el Buche de los Grandes Buitres del Metal…



ANTONIO J. VALDEZ MEDERICO

ajvmederico@gmail.com

Diciembre 2016





Esto que leerán no es producto de mi autoría, es si, una transcripción de las “Venas Abiertas de América Latina” del inolvidable Eduardo Galeano, parido en la Uruguay que hoy parece jugar el papel que cumplió durante la Guerra de la Triple Alianza, solo que aquella fue contra el Paraguay y hoy contra Venezuela. La idea es la de que podamos comparar después de 45 años de haber visto la luz este extraordinario documento que no ha llegado a la memoria de la gente de los pueblos y al que cada día tratan de alejarlo mas..


"Aunque su participación en el mercado mundial se ha reducido a la mitad en los años sesenta, Venezuela es todavía, en 1970, el mayor exportador de petróleo. De Venezuela proviene casi la mitad de las ganancias que los capitales norteamericanos sustraen a toda América Latina. Este es uno de los países mas ricos del planeta y, también, uno de los mas pobres y uno de los mas violentos. Ostenta el ingreso per cápita mas alto de América Latina, y posee la red de carretera mas completa y ultramoderna; en proporción a la cantidad de habitantes, ninguna otra nación del mundo bebe whisky escoces. Las reservas de petróleo, gas y hierro que su subsuelo ofrece a la explotación inmediata podrían multiplicar por diez la riqueza de cada uno de los venezolanos; en sus vastas tierras vírgenes podría caber, entera, la población de Alemania o Inglaterra. Los taladros han extraído, en medio siglo, una renta petrolera que duplica los recursos del Plan Marshall para la reconstrucción de Europa; desde que el primer pozo de petróleo reventó a torrentes, la población se ha multiplicado por tres y el presupuesto nacional por cien, pero buena parte de la población, que disputa las sobras de la minoría dominante, no se alimenta mejor que en la época en que el país dependía del cacao y del café. Caracas, la capital, creció siete veces en treinta años; la ciudad patriarcal de frescos patios, plaza mayor y catedral silenciosa se ha erizado de rascacielos en la misma medida en que han brotado las torres de petróleo en el lago de Maracaibo. Ahora, es una pesadilla de aire acondicionado, supersónica y estrepitosa, un centro de la cultura del petróleo que prefiere el consumo a la creación y que multiplica las necesidades artificiales para ocultar las reales. Caracas ama los productos sintéticos y los alimentos enlatados; no camina nunca, solo se moviliza en automóvil, y ha envenenado con los gases de los motores el limpio aire del valle; a Caracas le cuesta dormir, porque no puede apagar la ansiedad de ganar y comprar, consumir y gastar, apoderarse de todo. En las laderas de los cerros, mas de medio millón de olvidados contempla, desde sus chozas armadas de basura, el derroche ajeno. Relampaguean los millares y millares de automóviles ultimo modelo por las avenidas de la dorada capital. En vísperas de las fiestas, los barcos llegan al puerto de la Guaira atiborrados de champaña francesa, whisky de Escocia y bosques de pino de Navidad que vienen del Canadá, mientras la mitad de los niños y los jóvenes de Venezuela quedan todavía, en 1090, según los censos, fuera de las aulas de enseñanza” ( p.180 -181).


Tiene su sentido ante la lucha de hoy por parte del gobierno revolucionario y bolivariano, ante las apetencias del poder mundial con la novísima estrategia de atacar con la propia gente favorecida por las políticas publicas inclusivas y eminentemente social, adaptada a las nuevas tecnologías y a los intentos de salir del subdesarrollo en que los países desarrollados mantienen al resto del mundo utilizando los recursos de este.


martes, 26 de julio de 2016

Ni Venezuela está tan mal ni en Colombia estamos tan bien

Analisis de Andrés Gil sobre la crisis de la frontera
Por: Andrés Gil septiembre 13, 2015
 
Escofos invita a leer el analisis del periodista Andres Gil. Disponible en  http://www.las2orillas.co/ni-venezuela-esta-tan-mal-ni-en-colombia-estamos-tan-bien/ 

jueves, 14 de julio de 2016

FRANCISCO DE MIRANDA… (III)




ANTONIO JOSE VALDEZ MEDERICO
ajvmederico@gmail.com

        
La empresa de la Independencia tuvo sus hitos en la extinción de la Real Compañía Guipuzcoana, ésta le dio una sobrevaloración económica al sector mantuano criollo que ya dominaban lo social pero deseaban controlar lo económico. Tenían dos opciones, deseaban ejecutar el ejemplo norteamericano, pero de ningún modo les seducía una antología de subversión como la ocurrida en Santo Domingo, el levantamiento de los negros.

La confusión política peninsular, inherente a la invasión y golpe de Estado napoleónico, les proporciono una excelente oportunidad intentando neutralizar a la Audiencia, mediante la creación de una Junta para defender los derechos de Fernando VII. En 1809 había sido nombrado Vicente Emparan como Capitán General. Este era un oficial de la Marina, ex jefe militar en Puerto Cabello y ex gobernador de Cumana quien se esforzó en contrarrestar las ideas separatistas que ya subían de tono con el intento de Gual y España.

Entre sus oficiales se encontraban dos autonomistas, Fernando del Toro, Inspector General de Milicias, el Coronel Agustín García, y sumado a ello la influencia el chileno José Joaquín Cortes Madariaga, canónigo de la catedral de Caracas, los letrados Félix Sosa y German Roscio. El 19 de abril de 1810 se crea la Junta Conservadora de los Derechos de Fernando VIII.

Se designa la comisión que viajaría a Londres, ya influenciada por Miranda, a Simón Bolívar, el caballero coronel, el oficial primero de la Secretaria de Estado, Don Andrés Bello y el comisario ordenador Luis López Méndez. Se reúnen con el ministro Wellesley y en diciembre de 1810 regresa Miranda a Caracas con Bolívar y López y es acogido con frialdad por los mantuanos. Bello se queda en Europa y no regresara jamás a Venezuela.

El 28 de marzo de 1811 cesa en sus funciones la Junta y se escoge por votación un triunvirato en el que Miranda solo obtiene 8 votos de los 30, y bajo la influencia mantuana se convierte en un extranjero en su propia tierra. Para el Congreso convocado en Caracas en junio de ese año, solo pudo alcanzar la representatividad por El Pao, alejado distrito de la Provincia de Barcelona.

El 5 de julio de 1811 se Declara la Independencia y se producen los movimientos realistas en Coro bajo la dirección de Monteverde y en Puerto Cabello, plaza que había sido confiada su defensa a Bolívar. La situación se hizo insostenible y Miranda firma una capitulación con Domingo de Monteverde. Esto provoco el desarrollo de una ataque feroz y desmedido contra los habitantes de la patria y Miranda, acusado de traidor es arrestado en la Guaira y confinado en Puerto Cabello, donde el comandante de la plaza se alía a los realistas y entrega al Generalísimo. Es deportado a España y muere el 14 de julio de 1816 en la Carraca, Cádiz. Al final, lo alcanzo la Santa Inquisición, gracias a las manos de sus compatriotas.

Escribir los trazos que conlleva su nombre, su apellido, su talante, su hidalguía, su autenticidad, presencia, conocimiento y universalidad, no se hace en tres cuartillas.

FRANCISCO DE MIRANDA (II)



ANTONIO JOSE VALDEZ MEDERICO
ajvmederico@gmail.com


Francisco de Miranda llega a Londres a finales de 1784 e inicia un amplio proceso de observación y confrontación con el mundo político, social y literario británico que concluirá, definitivamente, en el año 1810.

En esta ocasión solo paso unos meses  y en agosto de 1785 emprende un largo viaje por Europa que concluye en 1789. En junio, cuando regresa la capital del Támesis. Está en pleno proceso la revolución francesa y a la vez el enfrentamiento con Inglaterra, que llevo a la segunda fase de la guerra económica anglo-francesa (1793-1815).

El 14 de febrero de 1790 se sucede la primera entrevista entre Miranda y el Primer Ministro inglés, William Pitt, llamado “el joven”. Con este acuerda apoyo para el proceso de la Independencia de América pero, dos meses después al darse un tratado de comercio con España. Miranda expreso “Confieso que he sido batido, nunca habría creído que la perversidad humana hubiera ido tan lejos. Pitt es un monstruo que parece no tener más guía que los consejos del Príncipe de Maquiavelo... me han vendido por un tratado de libre comercio con España”.

Miranda abandona Inglaterra el 23 de marzo de 1792 y se establece en Paris, donde muy pronto establece conexiones con la oligarquía intelectual de la Revolución, los llamados Girondinos.

Son ellos, los que después del asalto a las Tullerías y el encarcelamiento del Rey Luis XVI, le ofrecen a Miranda, el Generalato a cambio promesas de ayuda para sus proyectos de independencia. Se integra en el ejército que comanda el General Dumouriez, el cual le asciende a Teniente General. Sin embargo, un contratiempo con el General Brissot lo llevo a ser enjuiciado y pasar 18 meses en la cárcel. Al ser absuelto, es deportado a Inglaterra donde desembarca en Dover el 12 de enero de 1798.

El 23 de abril de 1801 se establece definitivamente en suelo inglés y allí logro que Pitt le ayudara, luego de la coronación de Napoleón Bonaparte en 1804, le dotaron con seis mil libras, más otras dos mil que podría girar sobre el Tesoro inglés y encomendaba la misión de reclutar en los Estados Unidos una expedición “libertadora”. Los dos fracasos de Miranda lo llevan nuevamente a Inglaterra en 1808  y regresa a Venezuela ha pedido de Simón Bolívar, integrante de la misión enviada por la Junta de Caracas, en busca de ayuda. 

Estos dos polos de gestión que para Miranda fueron Inglaterra y Francia, en sus distintas manifestaciones y opciones, no resultaron, ciertamente, muy brillantes para los proyectos del caraqueño, pero si desde luego, han impreso en su carácter un mayor y más decidido sentido realista respecto a sus aspiraciones políticas.

CONTINUARA…