ANTONIO JOSE VALDEZ MEDERICO
ajvmederico@gmail.com
Francisco de Miranda llega a
Londres a finales de 1784 e inicia un amplio proceso de observación y
confrontación con el mundo político, social y literario británico que
concluirá, definitivamente, en el año 1810.
En esta ocasión solo paso
unos meses y en agosto de 1785 emprende
un largo viaje por Europa que concluye en 1789. En junio, cuando regresa la
capital del Támesis. Está en pleno proceso la revolución francesa y a la vez el
enfrentamiento con Inglaterra, que llevo a la segunda fase de la guerra
económica anglo-francesa (1793-1815).
El 14 de febrero de 1790 se
sucede la primera entrevista entre Miranda y el Primer Ministro inglés, William
Pitt, llamado “el joven”. Con este acuerda apoyo para el proceso de la
Independencia de América pero, dos meses después al darse un tratado de
comercio con España. Miranda expreso “Confieso que he sido batido, nunca habría
creído que la perversidad humana hubiera ido tan lejos. Pitt es un monstruo que
parece no tener más guía que los consejos del Príncipe de Maquiavelo... me han
vendido por un tratado de libre comercio con España”.
Miranda abandona Inglaterra
el 23 de marzo de 1792 y se establece en Paris, donde muy pronto establece
conexiones con la oligarquía intelectual de la Revolución, los llamados
Girondinos.
Son ellos, los que después
del asalto a las Tullerías y el encarcelamiento del Rey Luis XVI, le ofrecen a
Miranda, el Generalato a cambio promesas de ayuda para sus proyectos de
independencia. Se integra en el ejército que comanda el General Dumouriez, el
cual le asciende a Teniente General. Sin embargo, un contratiempo con el
General Brissot lo llevo a ser enjuiciado y pasar 18 meses en la cárcel. Al ser
absuelto, es deportado a Inglaterra donde desembarca en Dover el 12 de enero de
1798.
El 23 de abril de 1801 se
establece definitivamente en suelo inglés y allí logro que Pitt le ayudara,
luego de la coronación de Napoleón Bonaparte en 1804, le dotaron con seis mil
libras, más otras dos mil que podría girar sobre el Tesoro inglés y encomendaba
la misión de reclutar en los Estados Unidos una expedición “libertadora”. Los
dos fracasos de Miranda lo llevan nuevamente a Inglaterra en 1808 y regresa a Venezuela ha pedido de Simón
Bolívar, integrante de la misión enviada por la Junta de Caracas, en busca de
ayuda.
Estos dos polos de gestión
que para Miranda fueron Inglaterra y Francia, en sus distintas manifestaciones
y opciones, no resultaron, ciertamente, muy brillantes para los proyectos del
caraqueño, pero si desde luego, han impreso en su carácter un mayor y más
decidido sentido realista respecto a sus aspiraciones políticas.
CONTINUARA…
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