ANTONIO
JOSE VALDEZ MEDERICO
ajvmederico@gmail.com
La empresa de la
Independencia tuvo sus hitos en la extinción de la Real Compañía Guipuzcoana,
ésta le dio una sobrevaloración económica al sector mantuano criollo que ya
dominaban lo social pero deseaban controlar lo económico. Tenían dos opciones,
deseaban ejecutar el ejemplo norteamericano, pero de ningún modo les seducía
una antología de subversión como la ocurrida en Santo Domingo, el levantamiento
de los negros.
La confusión política
peninsular, inherente a la invasión y golpe de Estado napoleónico, les
proporciono una excelente oportunidad intentando neutralizar a la Audiencia,
mediante la creación de una Junta para defender los derechos de Fernando VII.
En 1809 había sido nombrado Vicente Emparan como Capitán General. Este era un
oficial de la Marina, ex jefe militar en Puerto Cabello y ex gobernador de
Cumana quien se esforzó en contrarrestar las ideas separatistas que ya subían
de tono con el intento de Gual y España.
Entre sus oficiales se
encontraban dos autonomistas, Fernando del Toro, Inspector General de Milicias,
el Coronel Agustín García, y sumado a ello la influencia el chileno José Joaquín
Cortes Madariaga, canónigo de la catedral de Caracas, los letrados Félix Sosa y
German Roscio. El 19 de abril de 1810 se crea la Junta Conservadora de los
Derechos de Fernando VIII.
Se designa la comisión que
viajaría a Londres, ya influenciada por Miranda, a Simón Bolívar, el caballero
coronel, el oficial primero de la Secretaria de Estado, Don Andrés Bello y el
comisario ordenador Luis López Méndez. Se reúnen con el ministro Wellesley y en
diciembre de 1810 regresa Miranda a Caracas con Bolívar y López y es acogido
con frialdad por los mantuanos. Bello se queda en Europa y no regresara jamás a
Venezuela.
El 28 de marzo de 1811 cesa
en sus funciones la Junta y se escoge por votación un triunvirato en el que
Miranda solo obtiene 8 votos de los 30, y bajo la influencia mantuana se
convierte en un extranjero en su propia tierra. Para el Congreso convocado en
Caracas en junio de ese año, solo pudo alcanzar la representatividad por El
Pao, alejado distrito de la Provincia de Barcelona.
El 5 de julio de 1811 se
Declara la Independencia y se producen los movimientos realistas en Coro bajo
la dirección de Monteverde y en Puerto Cabello, plaza que había sido confiada
su defensa a Bolívar. La situación se hizo insostenible y Miranda firma una
capitulación con Domingo de Monteverde. Esto provoco el desarrollo de una
ataque feroz y desmedido contra los habitantes de la patria y Miranda, acusado
de traidor es arrestado en la Guaira y confinado en Puerto Cabello, donde el
comandante de la plaza se alía a los realistas y entrega al Generalísimo. Es
deportado a España y muere el 14 de julio de 1816 en la Carraca, Cádiz. Al
final, lo alcanzo la Santa Inquisición, gracias a las manos de sus
compatriotas.
Escribir los trazos que
conlleva su nombre, su apellido, su talante, su hidalguía, su autenticidad, presencia,
conocimiento y universalidad, no se hace en tres cuartillas.
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