lunes, 27 de octubre de 2014

CHÁVEZ: HUELLA, LECCIÓN DE VIDA Y EJEMPLO



Marco Aurelio Alegría Marcano

A MANERA DE INTRODUCCIÓN

No son pocos  los que  transitan su existir de forma imperceptible, anodina, insustancial, intrascendente. Y cuando se van, se pregunta uno ¿qué dejan? Otros tienen un transitar que trasciende su marcha de este mundo. Son los que dejan huella. Pero hay huellas y huellas. Unas son más trascendentes que otras. Unas son más profundas, anchas y extensas en relación a las dejadas por otros. Unas son de ámbito circunscrito a espacios limitados, o que perduran por tiempos también limitados, pero otras no conocen ni espacios, ni tiempos y se hacen universales e imperecederas.

De la naturaleza, condición y carácter de las huellas también podría predicarse de forma extensa. Por ejemplo, hay quienes transitan por la vida de forma que se hace ampliamente evidente, con impresionante accionar y obra efectuada, pero en la dimensión del mal, de lo negativo, de lo que no debe reconocerse y que por más que se quieran hacer desaparecer, allí continúan  presentes e inmutables. De ese tipo de huellas nos apartamos; no nos interesan.

Pero sí nos resulta pertinente aludir a aquellas huellas dejadas por seres, en su existir y transitar, que son la consecuencia de pensamientos, acciones, hechos, que enaltecen, que honran, por la identificación con las causas humanistas y sociales. Esas son las huellas que nos importan. Esas son las huellas que al trascender se convierten en lecciones de vida, e incluso transformarse en ejemplos a seguir.

Muchos nos preguntamos qué dejó, o que quedó, luego del existir de ese hombre inmenso que se llamó HUGO RAFAEL CHÁVEZ FRÍAS.  Se habla del testamento Chávez, se habla del  legado Chávez; pero que se sepa no testó ni legó sobre ningún bien material o patrimonial, porque nada de esto dejó. Pero sí podemos predicar acerca de lo que quedó de su vivir, de su transitar; y decimos sin ningún asomo de duda: QUEDÓ MUCHO, MUCHÍSIMO.QUEDA UNA HUELLA DE ESE TRANSITAR SUYO, muy profunda, muy ancha, muy extensa; de ámbito prácticamente universal, que muy probablemente perdurará en el tiempo. Huella que es ya, lo más significativo y preciado, UNA LECCIÓN DE VIDA, UN EJEMPLO: por haber sido un cabal revolucionario; un  militante de las causas más nobles y humanistas que pudieren existir: las de la libertad, la justicia, la igualdad y la solidaridad; partícipe y protagonista principalísimo de grandes ejecutorias revolucionarias a favor de los pueblos; pedagogo y maestro que enseñó con su constante prédica y su permanente hacer; y su condición de constructor de sueños, ideas y pensamientos que impulsaron y le dieron base teórica a esos cambios y transformaciones profundas operados en nuestra Venezuela en apenas un corto tiempo; esto es, la de esos años que transcurrieron desde aquel grito del “Por Ahora” de 1992, luego su sorprendente triunfo electoral de 1998, hasta su fallecimiento (5 marzo 2013).  Ni más ni menos: UNA LECCIÓN DE VIDA.

Pondremos sobre esta mesa elementos variados y distintos que, en su conjunto le otorgan significación a eso que denominamos el ejemplo Chávez, su lección de vida.  Un ejemplo que no tan sólo es para los venezolanos, sino para los latinoamericanos y caribeños, y desde luego, para los hermanos del mundo todo. En fin, lección de vida y ejemplo para  la posteridad.

El presente trabajo lo estructuramos en dos partes centrales y una especie de epílogo necesario.
En la primera, abordamos el ejemplo Chávez partiendo de lo que consideramos las facetas suyas, personales, más reveladoras para reafirmar su condición de gran líder y conductor. 

En la segunda parte, tratamos el ejemplo Chávez desde la perspectiva de lo que, también en criterio nuestro, fueron los hechos y las realizaciones claves que apuntalan la Revolución Bolivariana Venezolana y en los que el aporte y la participación del comandante fue decisiva. Dicho de otra manera, todos aquellos hechos y realizaciones que a la ida del comandante quedan como expresión legítima de lo que fue su hacer.

En el Epílogo nos permitimos plantear y dejar algunas reflexiones finales que responden a interrogantes necesarias, a saber: ¿Estaríamos donde estamos sin haber contado con este hombre excepcional? Y, producida su ida de este mundo otras preguntas obligantes: ¿Y, ahora qué tenemos por delante, qué nos aguarda? ¿Acaso retroceso? ¿Acaso estancamiento? ¿O por el contrario, avanzar y profundizar lo andado?

I
EJEMPLO CHÁVEZ
FACETAS PERSONALES SUYAS QUE REAFIRMAN SU CONDICIÓN
DE GRAN LÍDER Y CONDUCTOR

Nos referimos en esta  Parte I a unas cuantas facetas personales del Comandante que reafirman de forma  contundente su condición de gran líder y conductor. Abarcaremos al Chávez Hombre, al Chávez Pueblo, al Chávez Bolivariano, al Chávez Incorruptible, al Chávez Revolucionario, al Chávez Antiimperialista y Socialista, al Chávez Fidelista, al Chávez Internacionalista, al Chávez  Ambientalista, al Chávez Indigenista y al Chávez Incercable.  Comencemos: 

1.      CHÁVEZ HOMBRE

Demasiado importante para nosotros el que admitamos que CHÁVEZ fue un hombre real, de carne y huesos; no fue un superhombre, ni un extraterrestre, ni un profeta o mesías, ni un genio o mago, simplemente un hombre, pero eso sí: un hombre excepcional, un hombre distinto al común, imperfecto, con cualidades y virtudes, defectos y carencias; que por existir y vivir incurrió en aciertos pero también en desaciertos. No cometamos la insensatez de contribuir a crear de él ni mitos ni leyendas. O considerarlo iluminado, santo, o  endiosarlo, o canonizarlo. Utilicemos palabras del propio Chávez:

… porque lo que está ocurriendo en Venezuela no es que un hombre providencial ha llegado. No hay hombres providenciales. El único, Jesús de Nazareth. No hay individualidades todopoderosas que puedan torcer el rumbo de la historia, absolutamente falso ese concepto. No hay caudillos beneméritos y plenipotenciarios que puedan señalar y conducir y hacer el camino de los pueblos. Mentira. Se trata (la nuestra) de una verdadera Revolución y de un Pueblo que galopa, eso sí es verdad.
Repitamos, aceptemos que fue un hombre muy especial, excepcional, que brilló con luz propia y se destacó más por sus cualidades y virtudes que por sus defectos y carencias; más por sus aciertos que por sus desaciertos. Y sobre todo por sus sueños, sus ideales y su pensamiento siempre de avanzada y de progresivo curtimiento y maduración.

Chávez fue un hombre de principios, valores y moral propios de su origen humilde, sujeto de familia y hogar honestos; de actuar sencillo, generoso y solidario; de formación republicana y patriota; producto de la inspiración por los grandes hombres que cultivaron su pensamiento, entre otros: Cristo, Bolívar, Simón Rodríguez, Ezequiel Zamora. De allí las cualidades que se pusieron de bulto en sus realizaciones y ejecutorias: temple, audacia, arrojo y valentía; lealtad y fidelidad; persistencia y firmeza; energía y vehemencia; lucidez y raciocinio propios de una inteligencia altamente desarrollada; dedicación y esmero en el marco de una descomunal capacidad para el trabajo; sentido humanista y profundos sentimientos de amor y de ternura que tanto lo distinguieron. Todas estas cualidades lo hicieron el buen revolucionario que fue hasta el último segundo de su existir, y el gran e indiscutido líder de la Revolución Bolivariana Venezolana.

Claro está, no infalible, porque como cualquier otro hombre cometió errores y se equivocó dados sus defectos y carencias como persona. Por ejemplo, a veces aparecía como un ser intemperante, de verborrea exagerada aun cuando elocuente y agradable; confiado, benevolente, tolerante y complaciente, en demasía,  fundamentalmente con algunos de su entorno de amigos e íntimos; poco dado a delegar; empecinado y terco pero no obstante capaz de reconocer cuando el fallo sobrevenía.

Como dijera alguien, no cometamos la insensatez de reducir este ejemplo al frio mármol o al inmaculado mausoleo. Tengámoslo siempre como hijo y parte del pueblo y sus luchas, capaz de admitir un error en medidas anunciadas o una desviación en el rumbo del proceso, dándole paso a la crítica y a la autocrítica. No incurramos en el nocivo culto a la personalidad ni atribuirle los supuestos dones de la infalibilidad o de la omnisciencia, o de la omnipotencia. Nada de eso. Nunca jamás lo despojemos de su naturaleza humana.

El propio Hugo Chávez sintió verdadera devoción por su abuela Rosa Inés. Y de ella se expresó así, con estas hermosas palabras:

Al lado de Rosa Inés conocí la humildad, la pobreza, el dolor, el no tener a veces para la comida; supe de las injusticias de este mundo. Aprendí con ella a trabajar y a cosechar. Conocí la solidaridad: “Huguito, vaya y llévele a doña Rosa Figueredo esta hallaca, este poquito de dulce”. Me tocaba ir, en su nombre, repartiendo platicos a las amigas y a los amigos que no tenían nada, o casi nasa, como nosotros. Y siempre venía también de vuelta con otras cositas que mandaban de allá: “Llévele a Doña Rosa esto”. Y era un dulce o alguna otra cosita de comida, que si una mazamorra o un bollito de maíz. Yo aprendí con ella los principios y los valores del venezolano humilde, de los que nunca tuvieron nada y que constituyen el alma de mi país.
Germán Sánchez Otero, por muchos años Embajador de Cuba en Venezuela, rememora en una Carta del 23 de noviembre de 2004, aspectos que revelan elementos del carácter y la personalidad del Chávez Hombre, de obligante reseña. Por ejemplo, la impresión que le causó la primera vez que tuvo contacto físico con él. Era 1994. Esto escribió: 

Chávez es un líder espléndido, sin moldes evidentes … poseía el don de los iniciadores de algo nuevo, aunque todavía él mismo no supiera cómo iba a lograrlo y tal vez hasta podrían frustrarse su liderazgo y sueños, pues aún tenía más preguntas que respuestas, en su cabeza arremolinada, y los obstáculos eran descomunales … no tenía una idea clara de cómo alcanzar el poder, pero sí traslucía la certeza de que lo iba a lograr … Me conmovió su afán de revivir a Bolívar, y buena parte de la conversación la dedicó a cómo promover en nuestro tiempo el proyecto histórico del Congreso Anfictiónico … En todo ello pensaba cuando salí del pequeño apartamento donde había dialogado con Hugo Chávez dos horas y quedé fascinado por su elocuencia, la frescura de sus ideas y la convicción luminosa de que lograría conducir a su pueblo y reencontrar el derrotero de Bolívar.
El mismo Sánchez Otero, diez años después de esa primera entrevista con Chávez, volvió a conversar con él. Esta vez señaló:

Si hace diez años no pude encasillar a Chávez, hoy me siento solamente capaz de coincidir con mucha gente que ve en él a una persona amorosa, esencialmente solidaria con los desposeídos, sencilla y vasta como los llanos donde nació; hijo pródigo y leal de Barinas, y de la Venezuela honrada y digna … con mucha gente que ve en él a un dirigente con inmensas facultades creativas y en plena evolución; un comandante en Jefe revolucionario que brotó de su pueblo y como nadie en Venezuela ha sido capaz de renacer a Bolívar, Miranda, Robinson, Sucre, Zamora, Martí, Che Guevara,  -sus próceres más admirados-, y desde ellos y con su propio ejemplo y lucidez ha incentivado el despertar de su nación. Chávez logró lo que Bolívar no pudo hacer en su tiempo y Martí reclamó después: mellarle el diente a los ingratos. Ese líder experimentado de hoy, comprende que su fuerza invencible le vendrá siempre del dolor y el amor que siente por los pobres de su tierra y de otros confines, y sabe además gracias a estos años de batallar, quiénes son y dónde están los enemigos y aliados, dentro y fuera de Venezuela. Eso nos hace confiar más en él.
Lo que más me impresiona de Chávez hoy -continúa Sánchez Otero- es su alegría de vivir y su espontánea manera de contagiar a los demás con su sonrisa, y a la vez la honda angustia que a veces lo embarga por no poder erradicar la pobreza con más rapidez. Él ha expresado que los peores enemigos de la Revolución también están dentro de ella, y que son necesarios formidables emprendimientos para transformar de raíz las estructuras materiales y mentales del viejo régimen, aún muy poderoso y actuante. Estoy seguro que ese ser humano cautivador e iconoclasta, fiero y tierno, conducirá a su pueblo hacia la victoria plena.  

2.      CHÁVEZ PUEBLO

“Ya Chávez no soy yo, Chávez eres tú, Chávez es ella, Chávez son ustedes, Chávez es el mismo pueblo”. Tal fue el nivel de identificación y compenetración del Comandante con su pueblo. Y del pueblo con su Comandante. Un verdadero y auténtico binomio que cada día hasta su muerte, incluso más allá de ésta, tendió siempre al crecimiento y a la consolidación. Nunca antes se apreció una conexión tan cercana a lo perfecto como ésta que se dio entre Chávez y la gente. Y tenía que ser así porque Chávez era pueblo, venido del pueblo más humilde, que al pueblo se entregó en alma y cuerpo. Desde luego, el pueblo se le entregó a él también en alma y cuerpo. Fue la conexión del amor mutuamente expresado, del amor correspondido. Por eso era mucho lo que le agradaba decir: “amor con amor se paga”, en el marco de una espiritualidad cautivante.
¿Cómo explicarlo? Sencillo. Chávez hombre lo explica. Entre pueblo y él no existieron límites ni barreras. El pueblo así lo sintió. Su comunicación abierta y franca, sencilla y elocuente, sin poses, ni afectaciones, ni fingimientos, informal y sincera, la convirtieron en un vínculo indestructible. Una permanente comunicación que se acompañó con mucha pasión, vehemencia, verdades, anécdotas; añoranzas, recuerdos e historias; alto sentido pedagógico y de la enseñanza siempre a flor de labio; canciones y poemas, risas y hasta lágrimas. Ese era el Chávez sentimiento, el Chávez amor, el Chávez pueblo. Tanto que el discurso chavista se ha convertido en el idioma de los defensores de la causa latinoamericanista y caribeña.
Al hablar del Chávez pueblo nos resulta obligante la alusión del Chávez incluyente, del Chávez que hizo visible al mismo pueblo, sus necesidades y carencias; al Chávez que reivindicó a los pueblos indígenas, a los afrodescendientes, a los discapacitados, al mundo sexo-diverso; desde luego a los niños, niñas, adolescentes y mujeres. Muchas veces repitió esta expresión:
Los hombres individuales no hacemos la historia sin el apoyo de los pueblos, sin el apoyo de nuestros pueblos, imposible que hubiésemos hecho nada de lo que hasta ahora hemos hecho; son los pueblos el combustible de la máquina de la historia. Los líderes circunstanciales somos consecuencia, no somos causa.
Desmitificó el ejercicio del poder, lo hizo más cercano al pueblo, pero para mejor decir reconoció que es en el pueblo donde radica el poder originario, el verdadero poder, el poder soberano, el poder constituyente. Además, hizo suyo el principio “mandar obedeciendo al pueblo”. Y su mayor angustia y preocupación la constituyó la absoluta necesidad de la elevación de los niveles de conciencia y formación del pueblo, conciencia social y revolucionaria, formación revolucionaria; de allí que no olvidará nunca, en cualquiera exposición o comunicación, poner sobre la mesa los dos aspectos fundamentales: acción y teoría, teoría y acción, como buen maestro que fue.

3.      CHÁVEZ BOLIVARIANO

No sabemos, en propiedad, en cual momento Chávez se encontró y se consustanció, de la forma como lo hizo, con el pensamiento, ideario y realizaciones del Padre de la Patria, de nuestro Simón Bolívar. Eso fue determinante en la vida de Chávez, marcó su existir y su vivir. Debemos aceptar que el Comandante se constituyó en  uno de aquellos (pocos diríamos) que han conocido tan profundamente al Bolívar Libertador. Bebió con deleite y apego las enseñanzas que se derivan de lo que con orgullo patrio admitimos como la doctrina bolivariana. Se inspiró en él, lo tuvo de ejemplo, lo estudio con pasión, abnegación y admiración.

Indagó y escudriñó todas y cada una de las facetas y etapas de su existir. Habló de forma detallada de sus ejecutorias y realizaciones. Supo de sus amores, amigos y enemigos. Tuvo el extraordinario mérito, en estos tiempos de ahora, de traérnoslo de regreso, de bajarlo de las estatuas y sacarlo de los sagrarios, para ayudarnos, su pensamiento, a guiar nuestros pasos en las complejidades de las luchas y de los retos presentes y por venir. Lo sedujo y lo emocionó esa su trascendencia que traspasó fronteras y se elevó por todos los confines. 

Si comentamos antes de la existencia de un auténtico binomio Chávez-Pueblo, por supuesto que también debemos aceptar este otro binomio, el Bolívar-Chávez, del que nos sentimos tan orgullosos.  Pero del mismo modo hagamos mención del binomio Pueblo-Revolución y del otro: Chávez-Revolución.   

El Bolivarianismo con Chávez cobra dimensiones inconmensurables y se erige en pensamiento infaltable para, asumiéndolo, tal como Chávez lo asumió, servirle a él de guía y de faro de sabiduría y conciencia. Desde luego, para Chávez, complementado con las enseñanzas de Simón Rodríguez y la reciedumbre del general del pueblo Ezequiel Zamora. Lo que para Chávez significó el Árbol de las Tres Raíces. 

Sobre este sentimiento bolivariano, y cómo surgió, nos sirve lo que expresó el Comandante en una entrevista a la periodista Rosa Miriam Elizalde. Veamos: 

A mi promoción le dieron el nombre de Bolívar. Ese fue para mí un gran día de emoción y júbilo. Se oponían algunos viejos militares, quienes argumentaban que el nombre de Bolívar era muy grande para un  grupo, que surgía enorme el compromiso que llevaríamos, que ya había otra promoción llamada de esa manera – la de 1940- Aun así, nos dieron ese nombre y a partir de entonces no fuimos otra cosa que “los bolivarianos”, y nos sentíamos como tales.
Desde la Academia, no sólo impartía de vez en cuando algunas charlas a los soldados sobre el pensamiento del Libertador, sino que cuando me tocaba sancionar a los cadetes, jamás les imponía un esfuerzo físico –dar vueltas al patio corriendo, que era lo que se hacía- sino que los paraba en grupitos frente a la estatua de Bolívar. Les leía sus textos, o los llevaba a un salón de clases, a la hora del casino y de la diversión, y les contaba pasajes de la Campaña Admirable.
Esa pasión por Bolívar comenzó en aquellos años, estudiando la Historia Militar con el general Jacinto Pérez Arcay y con el comandante Betancourt Infante, que era otro excelente instructor de Historia.
Cuando Carlos Andrés Pérez, me entregó el sable de graduado en la Academia, ya yo traía el acimut, la brújula perfectamente orientada. El Hugo Chávez que entró allí fue un muchacho del monte, un llanero con aspiraciones de jugador de beisbol profesional. Cuatro años después, salió un subteniente que había tomado el rumbo del camino revolucionario con las banderas de Bolívar.
Resulta más que evidente que jamás podremos ser libres y soberanos sin independencia ni descolonización política, económica y cultural, para todo lo cual asirse al Bolivarianismo, al Robinsonismo y al Zamoranismo, nos lucen premisas inevadibles. Sobre este tópico, el documento central que el PSUV discutió en su recién terminado III Congreso, nos trae párrafos como los que a continuación transcribimos y que en su conjunto son indicativos del valor que debemos asignarle a los aportes de estos tres indiscutidos patriotas: Bolívar, Simón Rodríguez y Ezequiel Zamora. Veamos:

Sin duda alguna quien garantiza la prolongación histórica y vigente del cuerpo ideológico orgánico de la Doctrina Bolivariana, hace que su cuerpo ideológico vivo, dinámico, dialéctico, crítico-autocrítico, creador, realizador y pleno de valores y virtudes es el pensamiento y praxis del Comandante Supremo Hugo Chávez Frías.
La ideología es lo sustantivo de la conciencia revolucionaria, es lo nutritivo, es la virtud y el compromiso de hacer un modo de vida la creencia del cuerpo de doctrina y socializarla con la fuerza colectiva de los pueblos. El Comandante Chávez tiene el mérito de enriquecer y hacer viva la doctrina del Libertador Bolívar, apelando a su contenido vigente, realizable y victorioso, que unifica la Patria, y la proyecta como patrimonio soberano del mundo a través de los procesos de integración y unión.
Igualmente (refiriéndose a Chávez) toma del libro de Simón Rodríguez: “Sociedades Americanas” 1828, la fuerza que tiene la nación y la patria de contar con un proyecto nacional que unifique, pero que tenga como patrimonio las fuerzas creadoras del hombre y su cultura.
Ahí está presente la causa de la ideología: la naturaleza de la educación, qué, cómo y para qué se aprende desde la perspectiva de la Revolución Bolivariana, mediante el aprendizaje crítico que impulsa la producción de conocimiento para la libertad y para la realización colectiva como realización individual, que se materializa en el amor a la Patria, la solidaridad social y la inclusión social.
Con el ideario del General Ezequiel Zamora, integra (Chávez) el Árbol de las Tres Raíces, donde relaciona estratégicamente la revolución federal con la causa de la independencia de Bolívar, de hacerla realidad, es decir, la toma del poder es un asunto base para las revoluciones de pueblos decididos a liberarse de las cadenas de explotación
Destaca (Chávez)  el valor estratégico y político de la revolución que es transformar radicalmente la sociedad, para edificar la democracia del pueblo: participativa,  protagónica y solidaria. La fortalece con la emancipación de los excluidos al promulgar leyes inexorables de justicia porque es creyente de los poderes creadores del pueblo.  

4.      CHÁVEZ INCORRUPTIBLE

Sobre esta faceta del ejemplo que Chávez deja al irse, sobresale su condición de hombre incorruptible. Nos valdremos de lo que dijo en un Aló Presidente, correspondiente a su edición del 13 de febrero de 2011, para retratarlo de cuerpo completo en lo que fue una de sus batallas existenciales: la lucha contra la corrupción y su necesaria persecución a lo interno del propio gobierno. Dijo lo siguiente:

Si yo fuera delegado y ustedes ven que tengo un Volkswagen, yo lo tuve y vivía en un apartamentico en Maracay, y de un día para otro aparezco con una tremenda camioneta, ya eso les obligaría a decir: “¿…qué le pasa a Chávez? ¿Qué está haciendo Chávez? ¿De dónde sacó esa camioneta?”. Y de repente me mudo a una quintota en la zona más rica, entonces….vestido como cualquiera de nosotros y de repente ando con tremendo traje… mansión… una y  dos y tres camionetotas… y me la paso por allá en clubes privados…. El Partido, entonces,  tiene que hacer algo. Miren, a la primera señal hay que hacer algo… No es que hay que esperar que tenga cuatro aviones, cuatro camionetas y mansiones. Este Partido tiene que apretarse las correas morales. Nuestro Partido, nuestro gobierno, debemos dar el ejemplo de transparencia, de honestidad a toda prueba y más allá. Por ello digo yo, qué bueno sería que hagamos más, mucho más, que el sólo hecho de la transparencia... el que tenga algo puede aportarlo, mostrarlo. Despréndase. Desprendámonos. Demos ejemplo de desprendimiento si es que queremos ser vanguardia de verdad, y si no, somos retaguardia. El que quiera hacer dinero no puede estar ni siquiera en la retaguardia. Fuera… allá lejos. Fuera… más bien, en las filas enemigas. 

5.      CHÁVEZ REVOLUCIONARIO

Esta es otra afirmación irrebatible. Chávez fue un revolucionario genuino. En su discurso de toma de posesión ante el extinto Congreso Nacional (2 de febrero de 1999), refiriéndose a propuesta de cambio en lo político, sentenció:

Nosotros tenemos que darle cauce a un movimiento que corre por toda Venezuela. Esa resurrección a la que yo me refería tiene una fuerte carga, moral, social; es un pueblo que recuperó por su propia acción, por sus propios dolores, por sus propios amores, recuperó la conciencia de sí mismo y allí está clamando, en las afueras del Capitolio, y por donde quiera que vayamos. Eso no tiene otro nombre que una revolución.
Terminado el siglo XX y comenzando el siglo XXI venezolano, aquí se desató una verdadera revolución señores, y yo tengo la certeza de que nosotros le vamos a dar cauce pacífico, que nosotros le vamos a dar cauce democrático a esa revolución que anda desatada por todas partes.
Y en la oportunidad de discurrir Chávez en la Asamblea Nacional Constituyente (agosto 1999) sobre lo que acontecía para ese momento: esfuerzo dirigido a la refundación de la República (aprobación referéndum, elección de constituyentistas, instalación Asamblea Nacional Constituyente para redacción de la nueva Constitución),  expresó:

Que cosa tan grande también es la revolución. Yo también lamento mucho que algunos venezolanos todavía a estas alturas no se den cuenta o no quieran darse cuenta que estamos en el mero epicentro de un profundo, de un verdadero, de un indetenible proceso revolucionario que no tiene marcha atrás… Es una revolución lo que está ocurriendo y nada ni nadie podrá evitarla. En vano tratarán de evitarla, y han tratado de hacerlo, pero veamos el resultado. Ustedes son, esta Asamblea es resultado, consecuencia de un proceso en marcha, y ustedes además de ser consecuencia, ahora dialécticamente, hermosamente se transformarán en causas de otras consecuencias, de una cadena de fenómenos. Indetenibles.
Lo que sigue igualmente es de la autoría de Chávez (del mismo discurso):

La revolución no se planifica, yo soy de los que creo que no es planificable una revolución. Cuando en una ocasión Herodes le escribía a un amigo en Roma, desde Jerusalén y le decía: “aquí estoy, aquí no pasa nada, me invade la modorra” y estaba escribiendo esa carta, pero al mismo tiempo que escribía eso, por la ventana de su casa, del palacio de Herodes, allá por la calle, iba pasando en un burro un flaco llamado Jesús, y Herodes estaba escribiendo: “aquí no está pasando nada”. Hay muchos, casi todos los hombres no nos damos cuenta cuando pasa Jesús por la ventana en su burro. Las revoluciones nacen por sí solas, tienen sus propias leyes, como la historia, son hijas de la historia. Las revoluciones son como la tempestad, como el viento fuerte del que hablaba el grande Miguel Ángel Asturias. Viento fuerte, no son planificables los vientos fuertes ni tampoco son detenibles. Se puede volar con ellos, se puede sobrevivir con ellos; si acaso, si hay la suficiente inteligencia, altura y capacidad para volar en el ojo de la tormenta o para navegar en el ojo del huracán. Eso sí es posible. Pero detenerlo, imposible.
Vicente Salias, cuando hace muchos años, en 1810 –era jueves santo, era 19 de abril- fue a las puertas de la Catedral y haló por la manga de la camisa o de la casaca al capitán general español don Vicente Emparan y lo conminó a ir a Cabildo, él no sabía que con ese halón de manga al Capitán General, estaba comenzando, en un contexto mucho más amplio, una revolución…cuando los habitantes de Guarenas comenzaron a protestar por el incremento del combustible, cuando los habitantes de Guarenas se fueron a la calle a protestar con una huelga, haciendo uso del derecho a la resistencia, ellos no estaban planificando una revolución. O allá en la Francia de 1789, los campesinos amotinados o los que decapitaron al rey tampoco estaban planificando con eso una revolución. A lo mejor ni siquiera se imaginaban las consecuencias de aquello. El lunes 3 de febrero de 1992, los soldados bolivarianos que salían a ocupar posiciones en todo el país, no sabían plenamente lo que se iba a desatar con aquel gesto del 4 de febrero de 1992. Es una revolución que se hizo presente e impone su propio ritmo. Pueblo y revolución. Sólo los pueblos pueden hacer revoluciones y la revolución no será tal jamás, sin ese impulso vital del pueblo consciente de su pasado y con una voluntad en su presente y dispuesto a todo por hacer realidad su sueño, su voluntad.
Y esto otro también

Hoy en Venezuela y con gran claridad, el binomio de la historia (se refiere al binomio pueblo-revolución) se ha hecho presente. Tenemos pueblo y hay una revolución en marcha y es el pueblo el que guiará ese potro libre de la revolución.
Hoy pudiéramos decir que la revolución viene de allá, sin duda alguna. Es Bolívar que vuelve con su clara visión, con su espada desenvainada, con su verbo y con su doctrina. Seamos audaces hermanos, nosotros tenemos herencia, nosotros tenemos barro, nosotros tenemos semilla para inventar aquí de nuevo o reinventar un concepto revolucionario y una práctica revolucionaria propia, a la venezolana, para ser ejemplo del mundo.
Así, con esos orígenes,  se viene construyendo el Proyecto Nacional Bolivariano que tiene como objetivo un nuevo modelo democrático social apartado de los valores del modelo liberal moderno; claro ésta, una nueva República que lo encarna, con fundamento en el Árbol de las tres raíces; también en la base ideológica del grupo de militares que se alzaron en 1992 bajo el nombre de Movimiento Bolivariano Revolucionario-200.
Demos término a esta faceta del ejemplo de Chávez Revolucionario con una expresión suya que se remonta al antes del triunfo electoral de 1998, en una de sus apariciones públicas, dijo: “He visto una revolución en los ojos del pueblo. La gente pobre lo que quiere no es un triunfo electoral; tienen la esperanza de que se inicie una revolución social”. 

6.      CHÁVEZ ANTI-IMPERIALISTA Y SOCIALISTA  

También anti-capItalista y anti-neoliberal- El pensamiento revolucionario en Chávez fue haciéndose en el desarrollo mismo del proceso que le tocó vivir cada vez más denso y profundo que en sus inicios, más completo y definido, más radical y transformador, más categórico y preciso, más universal. En ello contribuyeron, como es lógico deducirlo, varios factores todos concatenados, a saber: las actividades de la contrarrevolución en su desesperado afán de derrumbar los intentos y acciones de la revolución en cierne, esto es, el recrudecimiento de la confrontación entre gente decidida a producir cambios y los que niegan y rechazan esos cambios por no estar dispuestos a perder ni su poder, ni sus prerrogativas, ni sus escandalosas ganancias y beneficios; que no están dispuestos a permitir que nadie ose tocarles sus intereses de clase dominante y clase gobernante.  Desde luego que también contribuyó esa sabia relación dialéctica de teoría y práctica, práctica y teoría, puesta al servicio de avanzar en los cambios y transformaciones propuestos. La necesidad imperiosa que surgió para profundizar en el conocimiento de las cosas, el manejo de lo coyuntural y lo estratégico, la revisión de experiencias. Todo eso acreció en una personalidad como la de Chávez, de pensar profundo y de accionar consecuente, hasta producir definiciones de esas que por su contundencia causan estremecimientos y marcan límite entre el antes y el después. Por supuesto, nos referimos a las declaraciones hechas de asumir (el proceso revolucionario bolivariano) carácter anti-imperialista, carácter socialista. Tal como ocurrió, la primera a mediados del 2004, la segunda en el 2005.

Pero llegado a este punto nos ha parecido que con palabras del propio Chávez debemos referirnos a este asunto, precisamente para hacerlo de la forma más fiel posible. Téngase presente que no se trata de algo superficial o simple y que queremos abordarlo con la mayor transparencia posible, para que nos formemos una idea exacta de cómo en el Comandante Chávez operó ese desarrollo evolutivo de ver y apreciar las cosas, que sólo mentes privilegiadas, como las de él,  son capaces de generar. Para esto nos va a servir una muy elocuente y poco conocida entrevista que a Chávez le hizo la Revista Chilena Punto Final, a través de su Director, periodista Manuel Cabieses Donoso, aparecida en el N° 597,  de fecha 5 agosto 2005. La entrevista se llevó a cabo el día 27 de julio 2005, en el Palacio de Miraflores, Caracas. La conversación es larga, y de ella extraeremos los párrafos más significativos en cuanto al punto. Iniciemos:   

-El periodista (MCD). Presidente: lo primero que quiero plantearle es el interés por conocer algunas ideas sobre una discusión que usted mismo ha provocado, tanto en Venezuela como en América Latina. Me refiero al socialismo del siglo XXI. El tema es muy atractivo para los lectores de Punto Final y para la Izquierda en general en muchos países. Imaginar un nuevo socialismo es todo un desafío, no sólo intelectual sino político. Me parece que su intención es que un conjunto de ideas sean elaboradas por amplios sectores sociales y políticos, no esperar la receta de un Carlos Marx que nos ilumine sobre lo que hay que hacer. Sin embargo, usted puede estimular esta discusión con algunas ideas y propuestas de lo que considera debería ser el socialismo del siglo XXI.
Respuesta:
HCH. Mira, Manuel,…entremos al tema del socialismo del siglo XXI. Primero, en lo personal se trata de un asunto de conciencia. ¿Por qué? Porque uno viene evolucionando en su pensamiento. En mi caso, he venido adquiriendo entre la teoría, los debates, las discusiones y la praxis, de lo que está ocurriendo en Venezuela. Estos seis años, Manuel, han sido muy ricos, nos han nutrido desde el punto de vista de las ideas. Han alimentado nuestro pensamiento. Como sabes, estoy pronto a cumplir 51 años. Comencé en esta lucha allá por los años 80. Recordaba hace un rato con Beto Almeida (dirigente social brasileño), que poco antes de los 80 comenzamos a formar en el seno del ejército una corriente bolivariana y nacionalista que ni siquiera se planteaba una revolución. A mediados de los 80 propuse a mis compañeros militares agregar la letra R –de revolución- a la sigla de nuestro movimiento que se llamaba EB-200 (Ejército Bolivariano 200) porque en 1983 era el bicentenario del nacimiento de Bolívar. El movimiento nació en 1982 en un acto simbólico. En realidad era una pequeña célula clandestina. Por el año 87 dimos una discusión dura. El movimiento había crecido pero todavía éramos pequeños grupos, que al fin nos definimos como un movimiento bolivariano revolucionario. Lo que perseguíamos era eso, una revolución, una transformación política, social, económica y cultural inspirada en el planteamiento de Bolívar. Diseñamos así lo que hemos llamado el Árbol de las Tres Raíces, que es nuestra fuente ideológica. Consiste en la raíz bolivariana (su planteamiento de igualdad y libertad y su visión geopolítica de integración de América Latina); la raíz zamorana (por Ezequiel Zamora, el general del pueblo soberano y la unidad cívico-militar) y la raíz robinsoniana (por Simón Rodríguez, el maestro de Bolívar, el Robinson, el sabio de la educación popular, la libertad y la igualdad). Este Árbol de las Tres Raíces dio sustancia ideológica a nuestro movimiento.
 -El periodista (MCD). ¿Pero entre ustedes había militares con formación marxista?
Respuesta. Sí, los había. Mis primeros contactos con el mundo político, por ejemplo, fueron con un ex-guerrillero venezolano a quien respeto mucho, Douglas Bravo. Me reuní con él varias veces, incluso antes que naciera nuestro movimiento. Douglas dirigía el movimiento Ruptura, que tenía una revista del mismo nombre (Bravo procedía del PCV y fue comandante de las Fuerzas Armadas de Liberación Nacional -FALN- en los años 60. N. de PF). Luego me reuní también con la Causa R originaria, aquel movimiento que fundó Alfredo Maneiro, de claro planteamiento marxista. Sin embargo, eran los años en que comenzaba a resquebrajarse la Unión Soviética. Vimos cómo el planteamiento socialista fue desapareciendo, incluso en los círculos y publicaciones que venían del marxismo, y algunos hasta de la lucha armada- Luego vino en Venezuela la rebelión militar del 4 de febrero de 1992. Pero este movimiento bolivariano no tenía un planteamiento socialista. Si revisas declaraciones mías de esos años, cuando nos preguntaban si éramos de izquierda o derecha contestábamos: “No, no, esa división no existe”. Era una posición neutra, desconectada de la realidad pero muy influida por todo aquello del “fin de la historia”, la caída de la URSS, etc. Luego viene la fase actual: llegamos al gobierno en 1999 y se formula el planteamiento fe la revolución bolivariana que da un salto –como debes recordar- después del golpe de estado de abril de 2002. Es entonces cuando esta revolución se declara anti-imperialista. Nunca lo habíamos asumido así. Fue la respuesta que dimos al golpe y nuestro pueblo lo asumió con mucho vigor.
El periodista (MCD). ¿Una réplica a la intervención imperialista en el gobierno?
Respuesta. Exactamente. Fue una respuesta a lo que estábamos viviendo. Quizás, Manuel, en los primeros años de nuestro gobierno –y te confieso que yo lo viví aunque por poco tiempo- hubo la ilusión de que podíamos estar bien con Dios y con el diablo. Alguna gente que se me acercó y que hasta cierto punto me rodeó en este palacio –tú sabes que en torno al poder y a quienes personificamos parte del poder, se van generando anillos de influencia- llegó con un discurso de “no hay que buscar conflictos, hay que buscar consensos”. Me dejé llevar por esa línea en los primeros años. Eran los días de mis reuniones con Clinton y con altos empresarios estadounidenses. Fui al Fondo Monetario Internacional, estuve en la Bolsa de Nueva York y toqué el martillo ése… Pero llegué a descubrir, Manuel, porque soy del monte y el montuno desarrolla un instinto especial, que me tenían cercado. Una madrugada me metí a la central telefónica de palacio y descubrí que allí tenían instrucciones de no pasarme ciertas llamadas. Por ejemplo, las llamadas de Fidel Castro estaban anotadas en el libro, pero no me las pasaban. Porque en el grupo que me rodeaba había la tesis que la relación con Fidel Castro no era positiva ni necesaria.
El periodista (MCD). ¿Y esa gente tenía autoridad para dar ese tipo de instrucciones a la central telefónica?
Respuesta. Pero claro, ¿Tú no recuerdas que tuve de ministro del Interior a Luis Miquilena, por ejemplo? Él fue uno de los que articuló un férreo cerco en torno mío … Y tuve como ministro de la Secretaría de Gobierno nada menos que a Alfredo Peña. Y aquí venía Cisneros a almorzar con Peña. Hasta que me fui dando cuenta que me habían montado un cerco. Entonces yo era un muchacho, pero uno va madurando. Un general amigo, un sabio, el general Pérez Arcay, me dijo: “Hugo, tienes que graduarte de viejo. Aunque tengas 40 años debes ser un viejo, tienes que aprender rápido, no puedes esperar llegar a viejo, madura ahora". Él me ayudó a abrir los ojos. Perdona, Manuel, que tienda a alargar las respuestas, pero este tema de la ideología nunca lo había analizado como ahora, desde una perspectiva lejana. Bueno, ¿qué produjo todo esto? Golpe el 2002, paro patronal, sabotaje petrolero, contragolpe, discusiones y lecturas. Llegué a la conclusión –asumo la responsabilidad porque no lo discutí con nadie al hacerlo público en el Foro Social Mundial de Porto Alegre- que el único camino para salir de la pobreza es el socialismo.
En una época llegué a pensar en la tercera vía. Andaba en problemas para interpretar el mundo. Estaba confundido, hacía lecturas equivocadas, tenía unos asesores que me confundían todavía más. Llegué a proponer un foro en Venezuela sobre la tercera vía de Tony Blair. Hablé y escribí mucho sobre un capitalismo humano. Hoy estoy convencido que es imposible. Pero esto ha sido producto de seis años de dura brega y de aprender de mucha gente. Me convencí de que el socialismo es el camino y así lo dije en Porto Alegre y después aquí en la Asamblea Nacional. He invité al país a un debate. Creo que debe ser un socialismo nuevo, con planteamientos frescos, acoplado con una nueva era que apenas está comenzando. Por eso me atreví a llamarlo “Socialismo del Siglo XXI” como proyecto. Creo que es un reto, un desafío. Pero me da mucho gusto ver como el llamado no ha caído en tierra infértil. Por el contrario, ya han aparecido hasta libros sobre el tema. En Venezuela hay un debate que va extendiéndose. El general Alberto Müller Rojas (ex embajador en Chile. N.PF) invitó el 5 de julio en la Asamblea Nacional, el día de la Patria, a que hagamos el Manifiesto Socialista del Siglo XXI. Por ahora, lo que estamos haciendo es un llamado a discutir ideas nuevas y viejas experiencias para delinear ese nuevo socialismo. Por ejemplo, yo quiero aportar algunas ideas. Una es afirmar que el primer socialista de nuestra Era, fue Cristo. Soy cristiano y pienso que el socialismo debe nutrirse de las corrientes más auténticas del  cristianismo. Tampoco se trata de andar buscando a un iluminado, como tú decías, para que nos haga un modelo que vamos a copiar todos. Sería absurdo. Vamos a hacer el socialismo desde nuestras propias raíces, desde nuestros aborígenes, desde las comunas en Paraguay y Brasil, desde el socialismo utópico que representó Simón Bolívar, desde el planteamiento de Bolívar de libertad e igualdad, desde el planteamiento de Artigas, el gran uruguayo, de que hay que invertir el orden de la justicia, eliminando los privilegios. Creo que estamos comenzando esta tarea.
Periodista (MCD). ¿No cree, Presidente, que declarar sus intenciones socialistas es algo prematuro en la actual situación venezolana y latinoamericana en general? ¿No es una apuesta política muy alta?
Respuesta. Es posible que lo sea, no me creo dueño de la verdad. Pero mi instinto político me dice que es el momento de formular ese planteamiento. Desde el punto de vista del cálculo electoral algunos buenos amigos y compañeros me han dicho que no era oportuno. Que mejor habría sido esperar las elecciones de 2006 y después de ganarlas, hacer ese planteamiento. Pero yo no veo la situación de esa manera…Creo que es el momento… A este rebrote popular y democrático hay que darle sustancia ideológica. ¿Y cuál es? Yo respondo, desde mi conciencia política, que es la vía socialista… Si hace cuatro años me hubieras preguntado: ¿Chávez, hacia dónde vamos?, quizás mi respuesta no habría sido tan precisa, aun cuando la que estoy dándote todavía le falta muchísima precisión. Te habría dicho, como tantas veces lo dije: aquí está la Constitución Bolivariana, este es el proyecto. Ahora creo que vamos rumbo al socialismo. La democracia revolucionaria hay que irla orientando hacia el socialismo.
Producidas esas declaraciones: anti-imperialista y socialista, tales banderas fueron asumidas por el Comandante con su característica consecuencia, temple y convencimiento. Y desde esos años 2004, 2005 hasta su muerte se convirtió en un entusiasta propulsor de las ideas y prácticas anti-imperialistas, y de las ideas y prácticas dirigidas a abrirle cauces al socialismo que dio en denominar SOCIALISMO BOLIVARIANO DEL SIGLO XXI. Lógico, imposible identificarse con el socialismo sin una vinculación con el marxismo. Y Chávez no evadió esta postura y esta identificación. Baste citar la alusión hecha en su discurso del 15 de enero de 2010 ante la Asamblea Nacional. En tal oportunidad dijo de la forma más tajante:

Por primera vez asumo el marxismo, como asumo el cristianismo y bolivarianismo. Asumo el marxismo, asumo el bolivarianismo, el martianismo, el sandinismo, el sucrismo, el mirandismo. Pero el marxismo es sin duda la teoría más avanzada en la interpretación de la historia, de la realidad concreta  de los pueblos.

Y en relación al marxismo nos luce comprensible transcribir párrafo de Antonio Aponte en su artículo titulado ¿Es Chávez Marxista? Aparecido en el Diario Vea en su edición del día 17 de febrero de 2010. Veamos:

Nadie antes consiguió llevar la idea y la práctica de la transformación radical de la sociedad tan lejos como Chávez. Nadie consiguió difundir a tan altos niveles la discusión sobre el socialismo. Nadie colocó al pueblo en el camino de la construcción de otro mundo. Nadie nunca desarrolló una política internacional que modificara radicalmente las relaciones entre los pueblos sustituyendo la relación mezquina comercial, por la relación fraterna de las naciones. En resumen, nadie cumplió a tan elevados niveles el precepto marxista de transformar al mundo, más que contemplarlo”

7.      CHÁVEZ FIDELISTA.

La hija de Chávez, María Gabriela, dijo en una oportunidad: “Quiero a Fidel como a un abuelo, porque él quiere a mi padre como aun hijo”. A Chávez lo indagaron sobre esa afirmación y esto dijo: 

Es verdad. Fidel es como un padre. Así lo veo yo también, y una vez hasta se lo escribí. Desde hace mucho tiempo él ha sido para mí una referencia obligada. En la cárcel leí mucho La Historia me Absolverá, Un Grano de Maíz”, sus discursos  y entrevistas… ¿Saben que le pedí a Dios en la cárcel?: “Dios mío, quiero conocer a Fidel, cuando salga y tenga la libertad para hablar, para decir quién soy y qué pienso”. Pensaba mucho en eso: en salir para conocernos… A medida que han pasado los años, Fidel se ha venido erigiendo como un padre. Así lo vemos mis hijos, y yo, y hasta el nieto Manuelito, que dicen que se destornilló de la risa cuando vio a Fidel.  
El día martes 13 de diciembre de 1994, a escasos meses de haber recobrado la libertad luego del sobreseimiento de la causa que se le seguía por la insurrección de 1992, Chávez toca suelo cubano. Antes de tomar ese vuelo que lo condujo a La Habana habló con el embajador Germán Sánchez Otero para hacerle saber el interés por sostener entrevista con Fidel. El Embajador dijo que elevaría esa petición a su gobierno pero no le dio seguridad de que esa entrevista se produciría. Chávez, al respecto escribió:

Yo estaba convencido de que no vería a Fidel. La visita, además, era por muy poco tiempo: apenas un solo día. Llegábamos en la noche de un martes y regresábamos en la mañana del jueves. Me imaginaba que el Presidente estaría muy ocupado y me decía a mí mismo; “si no me reciben ni los líderes uruguayos, que no son jefes de Estado todavía; si me sacan el cuerpo los del Partido Comunista de Venezuela, que ni siquiera me dan la palabra en sus reuniones, ¿por qué Fidel tendría que dedicarme una parte de su precioso tiempo?” 
Quién acompañaba a Chávez en ese primer viaje a Cuba cuenta que cuando el avión aterriza y comienza a desplazarse por la pista, el piloto (vuelo comercial) informa que el avión se detendrá en un lugar que no es el habitual, para que desciendan dos pasajeros.  Segundos después el copiloto sale de la cabina y dirigiéndose donde se encontraban sentados Chávez y su acompañante, le dicen: “Nos han dado instrucciones para que ustedes dos desciendan del avión. Los espera alguna autoridad cubana”. ¿Quién? Pregunta Chávez. “No, no sabemos. Simplemente informaron desde la Torre de Control”. El avión se detiene y extienden rápidamente una alfombra protocolar. Son las 9,40 de la noche.

Sigue contando el acompañante de Chávez que los dos pasajeros bajan con sus equipajes de mano y comienzan a avanzar. En el primer golpe de vista no distinguen a nadie conocido. Cuando han avanzado apenas unos pasos, se topan con un hombre alto, sobrio, que pregunta por el Teniente Coronel Hugo Chávez Frías “Bienvenido a Cuba”, dice y se presenta: “Mi nombre es Ángel Reigosa. Soy el Director de Protocolo de la Cancillería”. Chávez le preguntó, con cierta ansiedad; “¿Pero, quién está ahí esperando?” Y el Director de Protocolo le contestó: “El Comandante en Jefe Fidel Castro”. Efectivamente, era Fidel en persona, con su traje de campaña, que avanzaba hasta el pie de la escalerilla. Sigue contando el acompañante, Chávez me entregó su equipaje y bajó. Ellos se saludaron, en medio de las luces y las cámaras y de la sorpresa.  

Dos reseñas periodísticas de este encuentro; el Diario El Nacional tituló: “Se juntaros dos comandantes”. Y EFE cita a Chávez diciendo: “Para mí, como soldado, como bolivariano, hoy se hace realidad un sueño de muchos años y debo decirles a todos los cubanos que me siento muy honrado de estar en Cuba y más honrado aún de que el Presidente Castro se encuentre recibiéndonos aquí” EFE también recoge la pregunta hecha a Fidel y la respuesta que éste da: “¿Por qué tantos honores para Chávez?” “No tiene nada de extraño. Ojalá tuviera muchas oportunidades de recibir a personalidades tan importantes como él”.

El comandante Chávez, con posterioridad y recordando ese encuentro, escribió:

¿Saben una cosa? No recuerdo qué le dije a la prensa. Estaba tan emocionado, tan sorprendido, tan admirado, que se borraron de mi mente las palabras que pronuncié aquella noche. Cuando bajé los escalones del avión no sabía que iba a decir, y no sé qué dije. Si recuerdo que le dije que esperaba poderlo recibir pronto en Venezuela. Recuerdo su abrazo y sobre todo su mirada. Nunca voy a olvidar esa mirada que me traspasaba y que veía más allá de mí mismo.
Chávez también dejó versión escrita de esa primera conversación que sostuvo con Fidel la noche del 13 de diciembre de 1994. Veamos.

Fui a su lado en el carro hacia el Palacio de la Revolución y allá nos sentamos a conversar, uno frente al otro. Después de los primeros minutos me seguía impresionando la manera en que Fidel me examinaba  cuidadosamente. Ya a esa altura, a esa mirada escrutadora se unían las preguntas en ráfagas; me lanzaba una y luego otra y otra. Todo le interesaba y hurgaba hasta en el más mínimo detalle. Sobre el 4 de febrero me preguntó cuántos hombres eran, para dónde se fueron, qué fusiles llevaban y porqué tenían un brazalete en el brazo derecho y otro en el izquierdo, y pregunta y pregunta y más preguntas, y yo me decía “Dios, ¿para dónde va este hombre?”. Parecía que había agarrado una ametralladora y estaba dispuesto a coserme a preguntas, hasta un momento en que pasé a la ofensiva. Le pregunté cómo fue la muerte del Che,  qué me podía decir él de eso y creo que le comenté que esa inquietud la llevaba desde niño. Tenía 14 años cuando dieron la noticia por la radio de que al Che lo tenían rodeado en la selva de Bolivia. En Barinas, con todo infantilismo, decíamos: “Bueno, ya Fidel le mandará unos helicópteros para rescatarlo”.
Recuerdo que Fidel me hizo un dibujo de la Quebrada del Yuro y luego trajeron un mapa. Había estudiado muy bien la situación y conocía detalle por detalle el lugar, aunque nunca había estado allí. Señaló el sitio exacto donde atraparon al Che y por dónde pudo haber escapado. Me dijo: “el Che a conciencia, buscó al enemigo y salió a enfrentar la tropa del ejército boliviano”. Me emocionó escucharlo. Envueltos en la historia, comenzamos a hablar de Bolívar, que era el tema que me había traído a Cuba. Me di cuenta de que cada vez que le comentaba algo, él le iba agregando otros elementos que demostraban que tenía una cultura histórica muy profunda, un conocimiento de erudito. Yo me preguntaba: “¿cómo es posible que sepa tanto?” Y Empecé un poco a probar fuerzas en la conversación. “Ah, que la campaña de Guayana y la ofensiva de los republicanos, por tierra y por el río Orinoco”, y él seguía el hilo: “sí, tú me hablas de la batalla de San Félix que ganó el general Manuel Piar, por la cual obtienen el territorio de la Guayana y no sé qué más …” Entonces yo decía para mí mismo: “se las sabe todas, se las sabe todas” … Y volvía a la carga: “… después vino la batalla de Carabobo, claro, se desplegó el batallón, en orden, dando un ejemplo de disciplina …” Y una voz me decía por dentro: “esto no puede ser”. Y yo seguía: voy a cambiarle el personaje; no es posible que él conozca tanto a otros próceres venezolanos, y le hablé de Páez, de su campaña en los llanos, de que había sido un valiente guerrero, pero traicionó a Bolívar. También que había aprendido a escribir de manera excelente … “Ah, Páez, claro, Páez” y se acordó de algo que escribió José Antonio Páez, un librito poco divulgado en Venezuela y prácticamente desconocido fuera de mi país, pero que Fidel sí se lo había leído completo. Se trataba nada menos que de los comentarios de Páez a las Máximas de Napoleón sobre el Arte de la Guerra. Hasta recordaba los principales conceptos: “claro –me dijo-, él planteaba la defensa en tres líneas. Primero, las costas; segundo, los grandes ríos –el Orinoco, por supuesto- , y tercero la montaña, por si los españoles u otros europeos volvían a invadir a Venezuela”. Y es verdad, Páez planteó la defensa estratégica del país, por la línea caribeña, la línea de los ríos grandes del Orinoco, y por el Apure y la selva. Y añadió: ”aquí nosotros lo estudiamos muy bien, porque en caso  de una invasión asumiríamos una defensa similar …” Sin embargo, yo seguía porfiado y quería, a toda costa, encontrarle un lado vulnerable. Cuando fracasé con Páez, intenté sorprenderlo con Zamora. “Ah, el de la Guerra Federal y Santa Inés, la batalla de la defensa retrógrada. Aquí la estudiamos también.” Yo no quería rendirme y saqué una carta difícil de pasar: le hablaría de mi bisabuelo. “Ah, sí, Maisanta…” Ahí si dije: “me rindo, me rindo”. No intento más nada. Este hombre es invencible y me rendí.
El algún momento él, amablemente, nos preguntó si estábamos cansados. Y Yo: “qué va. No se preocupe. Nosotros no vinimos a dormir”, y  seguimos conversando hasta las tres o cuatro de la madrugada. Perdí la noción de la hora. Sin duda estaba descubriendo fascinado a un hombre cuyo pensamiento cabalgaría junto al tiempo y más allá. Descubrí también a un extraordinario político de la izquierda revolucionaria que estaba muy lejos de ser un marxista dogmático. Recuerdo que me llevé la convicción de que en esa profundidad de pensamiento estaban las razones de la crítica que le hacía cierta izquierda venezolana, rígida, acartonada, sin una sólida formación política, que por sus posiciones se había aliado a la derecha y allá también me hostigaba permanentemente.
En esa visita me impresionó la manera en que su proyección política se adaptaba a las nuevas circunstancias de América Latina, sin hacer concesiones de principios. Ese día me dijo –y luego lo repitió en el Aula Magna- “Aquí a la lucha por la libertad, por la igualdad y la justicia la llamamos socialismo; si ustedes la llaman bolivarianismo, estoy de acuerdo”, y agregó: “Si la llamaran cristianismo, también estoy de acuerdo”
Ya, en esa primera reunión en Palacio, Fidel demostró su capacidad  de ver más allá de los hombres de una época, más allá de donde nos permite el camino. Yo lo había percibido en la cárcel, durante mis lecturas de Un Grano de Maíz y en la Habana lo confirmé. Tomás Borges le hizo a Fidel una pregunta similar a lo que en 1824 le hizo Joaquín Mosquera a Bolívar. Cuentan que Mosquera, quien sería Presidente de la Gran Colombia, fue a visitar al Libertador a una costa peruana. Allí estaba Bolívar en una choza a la orilla del mar, solo, no tenía ejército, estaba enfermo de tabardillo, pálido, huesudo, sentado en una silleta rota. Y le preguntó Mosquera cuando lo vio así: “Libertador, ¿qué vamos a hacer ahora”. Bolívar se puso de pie como impulsado por un rayo. Los ojos se le convirtieron en dos relámpagos: “¿Cómo que qué vamos a hacer ahora, Mosquera? Triunfar, triunfaremos”. Ante la pregunta de Borges: “cayó la Unión Soviética y cantan victorias en Washington, ¿y ahora que será de Cuba? Fidel reaccionó como Bolívar: “Vendrá una nueva oleada”. Sólo él podía ver entonces hacía dónde íbamos y dónde estamos ahorita mismo. ¿Se dan cuenta?
Desde luego desde ese primer encuentro se trabó entre estos dos grandes líderes una muy sólida relación que ha venido constituyéndose en soporte inspirador para nuestras Revoluciones (la cubana, la venezolana, la de todos los pueblos del mundo). Y esta relación se mantuvo hasta la muerte misma de Chávez.
Muchísimo podría decirse de esa relación. Fueron incontables los viajes de Chávez a Cuba y los centenares de acuerdos producidos por los dos países, suscritos por los dos comandantes. Fidel también viajó a Venezuela no con la misma frecuencia de Chávez a Cuba. De uno de esos viajes de Fidel, en el que por cierto visitó en Barinas, el pueblo que vio nacer a Chávez, se recogieron estas palabras de éste que dan testimonio de esa visita. Escribió Chávez. 

El día que él entró a la casita de la abuela en Sabaneta tuvo que agacharse. La puerta es bajita y él, un gigante. Yo lo veía, ¿no?, y le comenté a Adán, mirándolo allí, como si fuera un sueño: “Esto parece una novela de García Márquez”. Es decir, 40 años después de la primera vez que escuché el nombre de Fidel Castro, él estaba entrando en la casa donde nos criamos. Fidel para mí es un padre, un compañero, un maestro de la estrategia perfecta. Algún día habrá que escribir tantas cosas de todo esto que estamos viviendo y de los encuentros que he tenido con él… Se ha venido fraguando una relación tan profunda y tan espiritual, que estoy convencido de que él siente lo mismo que yo: ambos tendremos que agradecerle a la vida el habernos conocido.
Inmenso y grande fue Chávez.  Fidel Castro, luego de la muerte del Comandante y refiriéndose a él y a cómo era, señaló que ni siquiera Chávez sospechaba cuán grande era.

8.      CHÁVEZ INTERNACIONALISTA

Resulta evidente que “la más grande amenaza que se cierne sobre nuestro planeta es la pretensión hegemónica del imperialismo norteamericano que pone en riesgo la supervivencia misma de la especie humana. El imperialismo norteamericano está haciendo desesperados esfuerzos por consolidar su sistema hegemónico de dominación. No podemos permitir que se consolide la dictadura mundial”. Son palabras de Hugo Chávez, que se han constituido en premisas básicas de lo que ha sido su actividad internacional. 

El documento Internacional del III Congreso del PSUV  sostiene que las ideas de Hugo Chávez se han convertido en arquetipo del pensamiento socialista bolivariano del siglo XXI. Sus concepciones geopolíticas son reconocidas como aportes relevantes a la comprensión de las transformaciones socio-económicas, políticas y militares necesarias para convertir a América Latina y el Caribe en un factor relevante de la multipolaridad emergente. Es de gran importancia su visión del liderazgo mundial que han de conquistar los latinoamericanos y caribeños en el “nuevo equilibrio del mundo” que se gesta en el siglo XXI.
El arriba citado documento internacional del III Congreso del PSUV concluye con las siguientes palabras de Hugo Chávez pronunciadas en el LXI Período Ordinario de la Asamblea General de Naciones Unidas:

Hay razones para que seamos optimistas, irrenunciablemente optimistas (…) porque más allá de las bombas, las guerras, las agresiones, la guerra preventiva, la destrucción de pueblos enteros, uno puede apreciar que se está levantando una nueva era (…) se levantan corrientes alternativas, pensamientos alternativos, movimientos alternativos, juventudes con pensamientos distintos; se demostró ya, en apenas una década, que era totalmente falsa la tesis del fin de la historia, de la instauración del modelo capitalista neo-liberal, que lo que genera es miseria y pobreza. Es totalmente falsa esa tesis, se vino abajo, ahora hay que definir el futuro del mundo. Hay un amanecer en el planeta y se ve en todas partes, por América Latina, Asia, África, Europa y Oceanía. 
Quiero resaltar esa visión de optimismo para que fortalezcamos nuestra conciencia y nuestra voluntad de batalla para salvar al mundo y construir un mundo nuevo, un mundo mejor. Venezuela se suma a esa lucha y por eso somos amenazados.
En este sentido, el aporte más valioso del Comandante Chávez, se encuentra inscrito en el gran objetivo histórico IV del Plan de la Patria 2013-2019, que es del tenor siguiente: IV Contribuir al desarrollo de una nueva geopolítica internacional en la cual tome cuerpo el mundo multicéntrico y pluripolar que permita lograr el equilibrio del universo y garantizar la paz planetaria. 

CHÁVEZ AMBIENTALISTA

La Constitución de la República Bolivariana de Venezuela (CRBV), es el primer texto constitucional del país que reconoce los derechos ambientales. En efecto, los artículos 127, 128 y 129 son elocuentes. Precisemos algunos de sus contenidos: 

Es un derecho y un deber de cada generación proteger y mantener el ambiente en beneficio de sí misma y del mundo futuro. Toda persona tiene derecho individual y colectivamente a disfrutar de una vida y  de un ambiente seguro, sano y ecológicamente equilibrado. El Estado protegerá el ambiente, la diversidad biológica, genética, los procesos ecológicos, los parques nacionales y monumentos naturales y demás áreas de especial importancia ecológica. El genoma de  los seres vivos no podrá ser patentado, y la ley que se refiera a los principios bioéticos regulará la materia (Art. 127)

Al igual que con los derechos indígenas, el Comandante Chávez se constituyó en uno de los más firmes abanderados de incluir en la Constitución el reconocimiento de esos derechos. Incluso, hasta creó un Ministerio específico para ocuparse de estos asuntos ambientales. 

Chávez fue un apasionado vocero de la causa ambientalista, tanto dentro como fuera del país. Fueron muchos los eventos nacionales e internacionales que auspició. Y en todo momento encontró en el modelo capitalista el directo responsable de la depredación y deterioro ambiental. Un capitalismo que ha convertido al ser humano y a la naturaleza en mercancía, a la lógica del mercado que conduce a la explotación del hombre y al agotamiento definitivo de los recursos renovables o no; que consume recursos que superan lo que el ecosistema es capaz de generar y reponer; que ha generado pérdidas de la superficie boscosa; disminución en la biodiversidad de los ecosistemas naturales; alteraciones del ciclo hidrológico; reducción de fuentes de agua potable; disminución de capacidad productiva de los suelos; destrucción de la genética de las especies comestibles naturales y la proliferación de enfermedades que afectan la salud. Todo lo cual, resulta evidente, pone en serio riesgo la supervivencia del planeta y de la humanidad.

En términos concretos habló del calentamiento global; asumió también el ecosocialismo que establece una armónica relación entre el hombre y la naturaleza y garantice su ecosistema actual y futuro, y respete sus ciclos de regeneración, absorción y reposición. Desde luego, se convirtió en preservador de la amplia gama de variedades de seres vivientes y condenó el  cambio climático que también amenaza la supervivencia humana en la tierra.

El aporte más valioso de Chávez en esta materia ambiental es sin dudas haber erigido este asunto en uno de los cinco grandes objetivos históricos que le sirven de marco conceptual al Plan de la Patria 2013.2019. Ciertamente, el objetivo 5: dice: Contribuir con la preservación de la vida en el Planeta y la salvación de la especie humana. Este objetivo, a su vez, se descompone en los siguientes objetivos nacionales: 
  
  Construir e impulsar el modelo económico productivo ecosocialista 
Proteger y defender la soberanía permanente del Estado sobre los recursos naturales para el beneficio supremo de nuestro pueblo, que será su principal garante 
Defender y proteger el patrimonio histórico y cultural venezolano y nuestroamericano
Contribuir a la conformación de un gran movimiento mundial para contener las causas y reparar los efectos del cambio climático que ocurren como consecuencia del modelo capitalista depredador.  



9.      CHÁVEZ INDIGENISTA 

Es en la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela (CRBV) donde por primera vez en la historia constitucional del país se reconocen los derechos de los pueblos originarios, los pueblos indígenas. Esto lo hace en los artículos que van del 119 al 126. En tal virtud se reconocen las comunidades, su organización social, política y económica, sus culturas, usos y costumbres, idiomas y religiones, así como su hábitat y derechos originarios sobre las tierras que ancestral y tradicionalmente ocupan y que son necesarias para desarrollar y garantizar sus formas de vida. Y, debe señalarse, la incorporación de esos derechos encontró en Chávez a uno de sus más entusiastas defensores. Hasta se creó un Ministerio para Asuntos Indígenas.
Al respecto, pasemos a referir cómo surge esa identificación del Comandante Chávez con la causa indígena. Él mismo, directamente, cuenta y habla de esa preocupación. Para ello se remonta a sus tiempos en que realiza servicios militares en Elorza y toma contacto con los indios yaruros y los cuivas, expresando:

Mi primer encuentro con los indios fue una gran batalla en la ribera del Caño Caribe, en Apure, cerca de la frontera con Colombia. Llegaban los terratenientes hasta el escuadrón de caballería para denunciar a los indios … El cura me dijo cuando llegué a ese lugar: “Mire, capitán, muchos de eso señorones que usted ve ahora por aquí, que tienen hatos y son ricos, salían hace veinte años a matar indios, como quien mata venados. Los masacraban y los echaban de las tierras, pues”. Me contó cómo hasta los quemaban vivos … A mi comando llegaban quejas de los ganaderos y siempre les decía: “Ese no es problema mío, sino de la policía; vaya pueblo y haga la denuncia”. Nuestro escuadrón quedaba llano afuera. Los ganaderos empezaron a decir que yo no colaboraba, porque estaban acostumbrados a que el ejército atropellara a los indios y yo siempre les decía que esa no era mi tarea.    
Pero un día llegó una señora muy pobre, llorando: “Que los indios me robaron dos cochinos. Tenía una alcancía y la rompieron y botaron el dinero. Eran puros fuertes de plata”. Me dio dolor y salí a ver qué pasaba con los indios. Seleccioné unos 15 soldados y nos fuimos con un baqueano .un viejo rastreador- que había sido soldado. Aquel hombre me enseñó mucho ese día. En algún momento me dijo: ”huele a indio”. Yo no olía nada. “Aquí orinaron y fue una mujer”. “¿Cómo sabe que es mujer?” ”Porque deja pocitos… mientras que el macho lo riega todo”. Era un experto en cacería de indios. De pronto me advirtió que los indios estaban cerca. Los vi con los binoculares. Estaban debajo de una mata de mango. Ingenuamente, le dije al sargento: “Vamos a rodear la mata”. El baqueano me dijo que no iba a poder llegar hasta ellos. “Voy a tratar”. “Tenga cuidado”. Di la orden de que nadie disparara, salvo si yo lo ordenaba.
Cuando los indios me vieron improvisaron un extraordinario e inmediato dispositivo de defensa. Fue como si hubieran salido veinte rayos de la mata de mango. Se dispersaron como un celaje en el monte, incluidas las mujeres con sus hijos. En un abrir y cerrar de ojos los hombres me dieron una batalla. Sacaron sus cuchillos y se nos vino encima una lluvia de flechas. A mí me pasó una tan cerca que por poco me alcanza en la cabeza. Agarré la pistola y disparé al aire. Mandé a los soldados a que se replegaran. Traté de tranquilizar a los soldados: “Aquí nadie dispara” y los indios se fueron.
En ese momento, oí en la espesura los gritos de una india… que cargaba a su niño en un cuadril, un bebé peloncito. Con una mano sujetaba al muchacho y con la otra nadaba aguantando un cuchillo. Nunca en mi vida olvidaré los ojos de aquella mujer que me lanzó un mirada, un relámpago de odio, y me impacto. Yo estaba angustiado: “Se va a ahogar”. ¿Sabe lo que me dijo el baqueano? “Capitán, dispárele”. Y no era un mal hombre ese, hasta donde yo lo había conocido. Me sorprendió: “¿Cómo?” “Mátelos, esos son animales, y ese carajito cuando crezca va a echar flechas también”.
 Por supuesto que no lo hice. Me aseguré de que la mujer finalmente cruzara el rio y se reuniera con los suyos. Me sacudieron dos cosas aquel día: primero, la respuesta de los indios al verme uniformado, y aquel “mátelos, que son animales”. Estuve varios días reflexionando sobre eso.
¿Tú sabes lo que pasa todavía con los indios? Si te ven a ti con unos indios, dicen: “Por ahí pasaron diez indios y un racional”. Todavía se oye eso, a estas alturas. Y lo comenta a veces gente humilde, pobre, campesina, Me preguntaba cómo cambiar semejante situación. ¿Qué hacer? Ahí es donde interiorizo ese drama, la estructura social salvaje y profundamente excluyente de la sociedad rural venezolana.
Me fui a la biblioteca de San Fernando de Apure  y a la Oficina Regional de Asuntos Indígenas  para estudiar la población indígena. Me hice amigo de Arelis  Sumávila, una socióloga de la UCV que llevaba veinte años estudiando a los cuivas y a los yaruros. Y me fui en una de las expediciones. Pasé entre los indios varios días, durmiendo y comiendo con ellos, tratando de entender su mundo. Me acogieron como a un amigo. Me fui y luego, como a las dos semanas, regresé uniformado. Primero se alebrestaron, y yo me quité la gorra y llamé por su nombre al capitán indio: “Vicente”… Ellos se quedaron  paralizados, porque respetaban mucho a Arelis. Nos sentamos a hablar, y al rato estaban los soldados como si nada, entre ellos.  Ahí comenzó un proceso de acercamiento, que terminó en una adoración mutua.
Ese era el Chávez del que hablamos. Tales eran sus sentimientos.

10.  CHÁVEZ INCERCABLE

Chávez fue de esos hombres que siempre supo dar respuestas a momentos coyunturales exigentes; que siempre supo encontrar salidas y sobreponerse a dificultades diversas; que nunca se dejó cercar ni acorralar; que nunca rehuyó el combate; que utilizó el ataque y el contra-ataque con máxima habilidad, con manejo experto de los escenarios variados y el juego táctico y estratégico; una gran intuición y olfato políticos que le permitieron en todo momento una inmensa capacidad de movimiento y acertada conducción. Pero, lo más singular era el enfrentar situaciones sea en la adversidad, o sea sobre el triunfo o la victoria obtenida, sin perder nunca el norte de lo estratégico y generando los ajustes que las situaciones demandasen.
Hechos que ponen de manifiesto esa condición suya de incercable, hay muchos, pero aquí vamos a destacar los que a continuación referimos.

     a)  Las batallas electorales que condujo fueron exigentemente preparadas, planificadas tanto en lo organizativo, como en lo político y programático, como en los aspectos técnicos y logísticos. No fueron batallas vacías, sin contenido, superficiales. De ninguna manera. Fueron batallas con una honda carga ideológica, política y programática. Luego de transcurridos los primeros dos años de gobierno (1999 y 2000) y como respuesta necesaria al sosiego que dejó a un lado la incertidumbre creada por el desastre heredado del puntofijismo adeco-copeyano, acordó las llamadas Líneas Generales del Plan Nacional de Desarrollo Económico y Social de la Nación 2001-2007, con fundamento en los llamados equilibrios: económico, social, político, territorial  e internacional; balanceando adecuadamente el interés individual y el interés social; la inclusión social atendiendo las necesidades de la población: la solución pacífica y civilizada de los conflictos de intereses centrándose en el respeto de los ciudadanos y mediante el consenso como base de la legitimidad del Estado.

Luego, la batalla electoral (presidencial) de 2006, la enfrentó con el Proyecto Nacional Simón Bolívar, Primer Plan Socialista para el Desarrollo Económico y Social de la Nación 2007-2013, con sus siete directrices centrales: 1) la nueva ética socialista, 2) la suprema felicidad social, 3) la democracia protagónica revolucionaria, 4) el modelo productivo socialista, 5) la nueva geopolítica nacional, 6) Venezuela potencia energética mundial, y 7) la nueva política internacional.

La gran batalla electoral (presidencial) de 2012, ya enfermo, pero guapeando, sin dejarse cercar ni acorralar por la enfermedad, con el Plan de la Patria, II Plan Socialista 2013-2019, en el cual se precisan los cinco grandes objetivos históricos: 1) Defender, expandir y consolidar el bien más preciado que hemos reconquistado después de 200 años: la independencia nacional; 2) continuar construyendo el socialismo bolivariano del siglo XXI en Venezuela, como alternativa al modelo salvaje del capitalismo y con ello asegurar la “mayor suma de felicidad” para nuestro pueblo; 3) convertir a Venezuela en un país potencia en lo social, económico y político dentro de la gran potencia de América Latina y el Caribe, que garanticen la conformación de una zona de paz en nuestra América; 4) contribuir al desarrollo de una nueva geopolítica internacional en la cual tome cuerpo el mundo multicéntrico y pluripolar que permita lograr el equilibrio del Universo y garantizar la paz planetaria; y 5) contribuir con la preservación de la especie humana. De este Plan de la Patria nos extenderemos un poco más en la Parte II de este Trabajo.  

b) La contundente respuesta a las acciones contrarrevolucionarias, capitalistas y proimperialistas de los años 2002-2003, expresadas en huelgas, golpe de estado, paro petrolero, guarimbas, etc. En esa respuesta figuraron acciones como las que a continuación se mencionan: surgimiento de las primeras misiones sociales, nuevos triunfos electorales (elecciones de gobernadores y alcaldes, elecciones de diputados a la Asamblea Nacional); y lo más demoledor y significativo para el proceso revolucionario bolivariano: la declaratoria antiimperialista y la declaratoria socialista.

     c) La respuesta a la solicitud de revocatoria del mandato del Presidente (2004). Teniendo Chávez elementos para no aceptar esa pretensión de referendo revocatorio, entre otras razones por haber presentado la oposición firmas incompletas y chimbas, enfrentó el reto, lo asumió. No lo rehuyó y el resultado fue aleccionador. En lugar de revocatorio del mandato se convirtió en aprobatorio del mandato por decisión del soberano. Además, la aparición de los cinco motores: con aquella gran consigna: “Todos Los motores a máxima revolución…rumbo al Socialismo”. O aquella otra: “Cinco grandes motores para transitar como locomotoras victoriosas”. Estos motores fueron identificados así: 1) Ley Habilitante; 2) reforma constitucional; 3) moral y luces: educación con valores socialistas; 4) la nueva geometría del poder: el reordenamiento de la geopolítica de la nación; 5) explosión del poder popular: democracia protagónica y revolucionaria socialista.

d) La respuesta a la derrota de la reforma constitucional (2007). Aquí observamos a un Chávez crecido ante la adversidad, jamás acorralado ni cercado, sobreponiéndose a la pírrica derrota, y enfrentado al momentáneo desconcierto que ello generó. Para ello, se asumió la vía legislativa para implementar un conjunto de cambios que no pasaron al haberse derrotado la reforma constitucional; así surge la aprobada primera (y más que clave) enmienda constitucional para posibilitar algo demasiado importante para el proceso revolucionario: garantizar la posibilidad de la reelección presidencial de Chávez para el período 2013-2019.Habría que agregar, también, la fundación del PSUV y las leyes del Poder Popular 

e)  Otra respuesta, necesaria para afirmar la trascendencia de las elecciones del 2012 y revisar y ajustar la organización y accionar de los factores comprometidos con la Revolución Bolivariana, fue el diseño de las Líneas Estratégicas expresadas en 2011, sintetizadas así: 1) la necesidad de pasar de una cultura política capitalista a la militancia socialista; 2) convertir la maquinaria en un partido movimiento al servicio de las luchas del pueblo; 3)  convertir el partido en un poderoso medio de propaganda y comunicación; 4) el PSUV como plataforma del desarrollo y fortalecimiento del poder popular; y 5) la constitución del Gran Polo Patriótico como audaz política de repolarización. 

f) La ejemplarizante última respuesta de Chávez fue enfrentarse como lo hizo  a la muerte misma. No dejó que la inminencia de la muerte lo acorralara, lo cercara, lo silenciara y le impidiera ver salidas. Por encima de sus vicisitudes y su dolor, se enfrentó a la muerte y le habló al país, prácticamente por última vez, de la forma como lo hizo, con su coraje y firmeza de siempre, con su meridiana claridad y manejo correcto de los escenarios, colocando en el primer de los planos la salvaguarda de la Patria, el Proceso Revolucionario y la marcha del país. Esa intervención suya se produjo el 8 de diciembre de 2012, haciendo un alto en la reunión de Consejo de Ministros, y entre algunos concretos asuntos, expresó:

(…) Pero yo quiero decir algo, aunque suene duro, quiero y debe decirlo: sí como dice la Constitución se presentara alguna circunstancia sobrevenida, que a mí me inhabilite para continuar al frente de la Presidencia de la República Bolivariana de Venezuela, bien sea para terminar, y sobre todo para asumir el nuevo período para el cual fui electo por la gran mayoría de ustedes, Nicolás Maduro no sólo debe concluir el período, como manda la Constitución, sino también, en mi opinión firme, plena como la luna llena, irrevocable, absoluta, total -en ese escenario que obligaría a convocar como manda la Constitución de nuevo a elecciones presidenciales- ser electo como Presidente de la República Bolivariana de Venezuela. Yo se los pido desde mi corazón … (Nicolás Maduro) es uno de los líderes jóvenes de mayor capacidad para continuar, si es que yo no pudiera.
(…) Yo he podido decir desde La Habana casi todas las cosas que he dicho … pero yo creo que lo más importante, lo que desde mi alma, desde mi corazón, me dicta la conciencia, ha sido esto … en cualquier circunstancia nosotros debemos garantizar la marcha de la Revolución Bolivariana, la marcha victoriosa de este Revolución, construyendo la democracia nueva que aquí está ordenada por el pueblo en Constituyente; construyendo la vía venezolana al socialismo, con amplia participación, en amplias libertades …
(…) No faltarán los que traten de aprovechar coyunturas difíciles para mantener ese empeño de la restauración del capitalismo, del neoliberalismo, para acabar con la Patria. No, no podrán, ante esta circunstancia de nuevas dificultades -del tamaño que fueren- la respuesta de todas y de todos los patriotas, los revolucionarios, los que sentimos a la Patria hasta en las vísceras, es unidad, lucha, batalla y victoria.


II
EJEMPLO CHÁVEZ
HECHOS  CLAVES QUE APUNTALAN LA REVOLUCIÓN BOLIVARIANA

En esta Parte II toca hablar de hechos claves que se han venido conformando durante ese transitar del Comandante Chávez, que contaron con su decisivo aporte generador y que tanto apuntalan el desarrollo y consolidación de la  Revolución Bolivariana, a saber, entre otros: Patria Viva, Constitución, República, Gobierno Revolucionario, Misiones, Plan de la Patria, Integración que avanza, Poder Popular, Unidad Cívico-Militar, PSUV y Polo Patriótico.

11.  PATRIA VIVA
¿Cuál fue la obra más excelsa de la cual Chávez sumó participación decisiva? No otra que el sentido y significación  de Patria, de Patria Viva, en cualquiera de sus tres dimensiones: la Patria oriunda, la Patria grande, la Patria universal.  Afirmemos lo dicho con palabras del propio Comandante:

Tenemos Patria. Tenemos una Patria. ¿Cuánto costó recuperarla, revivirla, levantarnos con ella, entre dolores, pesares? Recordemos cuánto ha costado, cuánto nos ha costado a millones. Recuerdo en estos momentos aquella frase de Bolívar cuando en los últimos días de batalla física en este mundo, le decía a Urdaneta “Yo no tengo Patria por la cual seguir haciendo el sacrificio”. Lo echaron y lo vilipendiaron, y lo vejaron. “Mis enemigos me quitaron la Patria”, dijo. Hoy, gracias a Dios, Padre Bolívar, cuan distinta es la situación para todos nosotros, hombres y mujeres. Hoy sí tenemos Patria. Es la tuya Bolívar, es la que tú comenzaste a labrar, a labrar junto a millones de hombres y mujeres hace 200 años; y antes habían comenzado también a labrarla nuestros hermanos aborígenes en su lucha, en su resistencia de 500 años. Hoy, por fin, de tanta lucha, tenemos Patria, por la cual seguir haciendo el sacrificio. Hoy tenemos Patria, que nadie se equivoque. Hoy tenemos Pueblo, que nadie se equivoque. Hoy tenemos la Patria más viva que nunca, ardiendo en llama sagrada, en fuerza sagrada. (Discurso del 8 de diciembre de 2012).
Por supuesto, que cuando en lenguaje chavista hablamos de Patria, tenemos que hacerlo rebozando el concepto con todos sus propios atributos, dimensión espacial y temporal,  y desde la visión y enfoque revolucionarios del que se siente plenamente identificado y consustanciado con ella, capaz de entregarse por ella, de sacrificarse por ella, de darlo todo por ella, hasta la vida. Tal como ocurrió con el Comandante. Patria a lo largo de toda su historia, presente y futura. Patria con su territorio soberano. Patria con sus grandes luchas y conductores: aborígenes, anti colonizadores, independentistas, republicanos, anti imperialistas, anti capitalistas, socialistas. Patria con sus valores, principios y símbolos rescatados y traídos al hoy y al para siempre. Patria que combate y ama. Patria que se levanta contra la opresión, la injusticia y a favor de la paz. Patria redentora y humanista, libertaria y solidaria. 

En relación a este concepto de Patria citemos la afirmación del Comandante en su discurso de juramentación ante el extinto Congreso Nacional, 2 de febrero de 1999, “Démosle a nuestros hijos y a nuestros nietos una Patria que hoy no tenemos”.  También, traigamos a colación una muy repetida expresión de Chávez recordando al poeta Pedro MIR, cuando decía: “Si alguien quiere saber cuál es mi Patria, no la busque, tendrá que pelear y luchar por ella”.

En fin, Patria en la que el pueblo recuperó el orgullo de ser venezolano, latinoamericano, caribeño y universal. 

Negarle a Chávez  este supremo esfuerzo hecho por hacernos sentir PATRIA sería de una ilimitada pequeñez. Chávez nos deja cargados de Patria. Que inmenso resulta corroborarlo así.

12.  CONSTITUCIÓN

Sin que exista duda alguna: la actual y vigente Constitución de la República Bolivariana de Venezuela tiene en Chávez a su auténtico artífice.
Desde que Chávez incursionó en política lo hizo con fundamento en la necesidad de luchar por un nuevo país, por un nuevo modelo político, social y económico para este país Venezuela, lo cual tenía que pasar por una nueva Constitución. Y una nueva Constitución solo podía darse convocando el poder originario del pueblo soberano, esto es, acudiendo a una Asamblea Nacional Constituyente. Y todo esto hizo. No obstante fue necesario que transcurrieran varios momentos que lo hicieron reflexionar: el caracazo de 1989, las insurrecciones militares de 1992, su encarcelamiento en Yare, la defenestración del ex presidente Carlos Andrés Pérez, el triunfo de Caldera con su “chiripero”, su excarcelación, su decisión de alcanzar el poder ya no por las armas sino mediante el sufragio universal, su disposición a participar en las presidenciales de 1998 y su apoteósica victoria electoral en esos mismos comicios de 1998 que lo llevaron a la Presidencia de la República.

Pues bien, llegado el momento de pronunciar su primer discurso ante la Asamblea Nacional Constituyente para entregar propuestas para la nueva Constitución (5 de agosto de 1999), el Comandante dijo:

…Disposicionero como he sido, he tenido el atrevimiento de traer aquí, hoy, unas ideas fundamentales sobre lo que pudiera ser un anteproyecto de Constitución Bolivariana para la V República. Las ideas fundamentales que hoy presento, pretenden y tratan, haciendo un esfuerzo inmenso, no soy legislador ni quiero serlo, pero sí soy un pensador y he venido junto a ustedes viviendo este tiempo y macerando ideas, viviendo en un tiempo de dialéctica, de teoría y de práctica, de estrategia y de táctica, de pasado y de presente, uniéndolo con el futuro, de concreción a abstracción; volar con la filosofía pero venir al combate de cada día en la guerra de la política diaria. Así que pretendo recoger una visión global, no cartesiana, no; pretende ser holística o integral de lo que en mi criterio pudiera ser la idea central y las ideas complementarias de una nueva Carta Magna donde se recoja no sólo la letra, no sólo el espíritu de las leyes, donde se recoja no sólo la norma, el derecho, sino donde además se recoja, más allá del derecho, más allá de la norma, se recoja allí una nueva idea nacional.
 Prácticamente con tal introducción pasa Chávez en su discurso a hablarnos de sus propuestas y  los componentes que las integran. En primer término indica el componente ideológico, situándolo en el bolivarianismo y en la idea robinsoniana o el invencionismo robinsoniano. Recordó que Simón Rodríguez decía: “tienen ustedes que hacer dos revoluciones, la política y la económica; hagan la revolución económica y comiéncenla por los campos, la agricultura, la industria, las artes, la ciencia”, he allí contra el dogma neoliberal que pretende borrarnos del mapa, el invencionismo robinsoniano contra el dogma del mercado. Respecto de esa ideología que debe impregnar el nuevo texto constitucional agregó que debe hacerse concreta y ser llevada a texto porque no haríamos nada con estar declarándonos bolivarianos y robinsonianos y zamoranos durante siglos, si no somos capaces ahora, cuando la historia y el momento lo reclaman, de sembrar en una nueva Carta Fundamental la idea bolivariana, esa que viene desde los siglos perdidos.  Textualmente recojamos lo dicho por Chávez:

Vamos a crear, en función de una ideología autóctona, un nuevo sistema político, un nuevo sistema económico, un nuevo sistema social, pero además de la ideología, también una Constitución debe contener esencialmente lo que podemos llamar el elemento social, y ustedes verán que en este texto de ideas fundamentales lo social se coloca antes, en prioridad a lo político, al aparato del Estado; lo social, un nuevo concepto de solidaridad social.
Comentó igualmente Chávez, en sus propuestas, todo lo relacionado con los derechos y deberes humanos, poniendo énfasis en la idea de que un nuevo texto de un sistema político debe ser humanista, fundamentalmente humanista. Tocó otros aspectos, a saber: el  referido a la condición relativa a que debemos ser libres y soberanos para decidir nuestro propio rumbo, nuestros propios modelos, respetando siempre  la autodeterminación de los pueblos del mundo. Una República, la nuestra, que cuando se declara República Bolivariana es porque se declara portadora de un mensaje de paz para todos los pueblos del mundo, portadora de un mensaje de integración en el área latinoamericana y caribeña, viejo sueño de Bolívar, que vuelve cabalgando, dijo, con el pueblo de la revolución, la idea dela anfictionía. Se detuvo en su discurso en consideraciones vinculadas con el Estado y sus poderes que deben ser instrumentos para el bien común. 

Comentó que más que un Estado de Derecho requerimos de un Estado de Justicia, porque la justicia va mucho más allá del derecho, porque el derecho es un tránsito hacia la justicia. Invocó la idea bolivariana del Poder Moral, al que se integren la Fiscalía o Ministerio Público, la Contraloría y la Defensoría del Pueblo. “¿Cómo no va a ser importante hablar de moral hoy cuando la corrupción ha azotado y ha roto todos los resortes de la era y de la vida republicana?” Claro que es pertinente el Poder Moral.

También clamó en sus propuestas la idea o incorporación del Poder Electoral, aquel que se invocó en la Constitución de Bolivia de 1826, enraizado ese poder con el sentimiento del pueblo, convertido en gestor, impulsor, contralor, evaluador de los procesos electorales y sus resultados; que obligue a todo candidato que opte por un cargo público de  representación popular, a decirle al pueblo cuál es su proyecto y si es elegido, que cumpla ese proyecto, y si no que se vaya a través de mecanismos democráticos, de referendo revocatorio, por ejemplo.

Como se desprende, el Comandante Chávez se alejó del esquema clásico de la democracia liberal de los tres poderes y se manifestó a favor de un nuevo concepto de Estado, una nueva arquitectura del poder, una desconcentración de poderes, una auténtica democracia representativa, participativa y protagónica. Fue cuando defendió con las siguientes palabras el aspecto señalado:

El objetivo tiene que ir más allá y por eso aquí hablamos de la democracia participativa y protagónica como un solo concepto. El protagonismo popular es un concepto bolivariano, democrático y eminentemente revolucionario, y se acerca a los mecanismos de una democracia que hoy no puede ser, lo entendemos, exacta y absolutamente directa, pero sí tiene que ser protagónica, tenemos que darle al pueblo diversos mecanismos, como los plebiscitos, los referendo, las asambleas populares, las consultas populares, las iniciativas de leyes, todos esos instrumentos deben quedar insertados en la nueva Carta para que sea vinculante la participación y para que no sea, sencillamente, un participar por participar, sino un instrumento de construcción, de protagonismo y de democracia verdadera, de participación efectiva, vital para construir un país, un rumbo, un proyecto.
Defendió una nueva conformación del Poder Ejecutivo incorporando la figura del Vicepresidente Ejecutivo, lo mismo que un Consejo de Estado.  En cuanto al Poder Legislativo, se cuadró con la tesis de la eliminación del Senado y la formación de una  Asamblea Nacional formada por diputados electos. También se identificó con cambios trascendentes en el Poder Judicial, creándole nuevas Salas al Tribunal Supremo de Justicia (Sala Constitucional y Sala Electoral). Se pronunció, en igual sentido, por la elección de los jueces parroquiales y municipales.

En cuanto al concepto de Federación, defendió uno nuevo alejado de los extremos de la anarquía y del centralismo.  En buena medida con la idea de que “no haya ningún gobernador, ningún alcalde, que piense o llegue a pensar que él es un “cacique” o un presidente de una republiquita que se llame un municipio o que se llame un estado”. Ese federalismo de la I República, que fue nefasto, no podemos repetirlo; un federalismo  con un nuevo concepto de unidad nacional, un federalismo que se guíe por un principio básico de la ciencia política como es el principio de la cosoberanía o la soberanía subsidiaria a la soberanía nacional.

Pongamos término a este punto de la exposición Chávez-Constitución, dejándole a la audiencia la inquietud para que colocando sobre la mesa el texto que en definitiva aprobó la Asamblea Nacional Constituyente de 1999, puedan valorar en toda su magnitud y extensión lo que fueron estos aportes del Comandante Chávez, tal como quedaron expuestos. Desde luego, la esencia de lo propuesto fue acogida por la Asamblea; algunas pocas ideas no contaron con respaldo, y se las rechazó.

13.  REPÚBLICA  

Imposible hablar del Chávez sin mencionar el republicanismo y a uno de sus más grandes mentores en Venezuela, no otro que Simón Bolívar, quien construyó sus ideas republicanas al calor del enciclopedismo francés de finales del siglo XVIII (Revolución Francesa) y  de las enseñanzas y vivencias que le proporcionó su vinculación con el Maestro Simón Rodríguez. Por lo demás, nuestro Bolívar vivió todo ese proceso del surgimiento de la I República y su caída (1812); la aparición de la II República y también su derrota (1814). Y por si fuera poco la formación de la III República y su gradual desaparición,  que se sellada completamente con su muerte (1830). 

El Bolívar republicano lo conocemos por sus reflexiones hechas en ocasión de las sucesivas pérdidas de la I y II Republicas (las contenidas, por ejemplo en la Carta de Jamaica), sus disertaciones con motivo del Congreso de Angostura (1819) y sus aportes en el texto mismo de la Constitución de 1819, del texto de la Constitución de 1821, la Constitución Boliviana de 1826, la fracasada Convención de Ocaña (1828). 

Hagamos una primera cita de Bolívar extraída de su famoso Discurso de Angostura (15 febrero 1819), a saber:
Un gobierno republicano ha sido, es y debe ser el de Venezuela; sus bases deben ser la soberanía del pueblo, la división de los poderes, la libertad civil, la proscripción de la esclavitud, la abolición de la monarquía y de los privilegios. Necesitamos de la igualdad para refundir, digámoslo así, en un todo, la especie de los hombres, las opiniones políticas y las costumbres públicas. Luego, extendiendo la vista sobre el vasto campo que nos falta por recorrer, fijemos la atención sobre los peligros que debemos evitar.
 También, esta otra muy famosa cita contenida en ese famoso discurso de Angostura:

El sistema de gobierno más perfecto es el que le proporciona a su pueblo, la mayor suma de seguridad social, la mayor suma de estabilidad política y la mayor suma de felicidad posible.
En cuanto a alguna referencia necesaria de Simón Rodríguez traigamos a estas líneas palabras textuales del mismo Hugo Chávez, quien en su discurso ante la Asamblea Nacional Constituyente (5 agosto 1999), expresó:

Decía Simón Rodríguez –y vuelvo a la idea, porque la idea debe estar sembrada a lo largo y ancho del texto constitucional- que “tenemos que existir para entreayudarnos los unos a los otros”. Esa es la verdadera concepción de las sociedades americanas a las que se refería Simón Rodríguez, o cuando clamaba por una vida republicana y él decía con claridad meridiana: “No se llamen a engaños los americanos de ahora, aquí no hay repúblicas y no hay repúblicas porque no hay pueblos y no hay pueblos cuando no hay mentalidad republicana”; y llamada a la educación de los niños para formar la mentalidad republicana, y la mentalidad republicana no es otra que el pensamiento y la acción en función de la cosa pública; en función de la República, en función del colectivo, en función de los demás, en función del interés de la Nación antes que el interés individual: todo eso es ideología y ahora tiene que convertirse en acción motriz de un nuevo proceso histórico venezolano, inspirado en esa idea originaria de una república…
Ahora bien, el republicanismo bolivariano y chavista de nuestros tiempos se halla plenamente recogido en el texto de nuestra Constitución de la República Bolivariana de Venezuela (CRBV), de 1999.  Citemos algunas de sus disposiciones:

Artículo 1. La República Bolivariana de Venezuela es irrevocablemente libre e independiente y fundamenta su patrimonio moral y sus valores de libertad, igualdad, justicia y paz internacional, en la doctrina de Simón Bolívar, el Libertador.
Artículo 4. La República Bolivariana de Venezuela es un Estado federal descentralizado en los términos consagrados por esta Constitución, y se rige por los principios de integridad territorial, cooperación, solidaridad, concurrencia y corresponsabilidad.

Entonces, podemos afirmar con propiedad: tenemos Patria, tenemos Constitución como norma suprema y fundamento del ordenamiento jurídico y tenemos  República, más específicamente la llamada V República, la surgida en virtud de lo dispuesto en la Constitución de 1999. Esa V República no es otra que la República Bolivariana de Venezuela. Difícil negarle a Chávez su condición de republicano y de ser uno de los constructores de la V República. Más aún, tratarse de una República en tránsito al socialismo del siglo XXI, tal como se deduce de lo que ha quedado propuesto como plan 2013 2019, o Programa o Plan de la Patria. Al respecto es elocuente el II Objetivo histórico de ese Plan que a la letra dice:

II Objetivo Histórico: Continuar construyendo el Socialismo Bolivariano del Siglo XXI en Venezuela, como alternativa al modelo salvaje del capitalismo y con ello asegurar “la mayor suma de felicidad posible, la mayor suma de seguridad social y la mayor suma de estabilidad política”, para nuestro pueblo.

14.  GOBIERNO REVOLUCIONARIO

Pero así como tenemos Patria viva, Constitución de avanzada y República Bolivariana, tenemos un Gobierno Revolucionario, surgido por voluntad del soberano pueblo venezolano, apoyado y sostenido por ese mismo pueblo y varias veces ratificado y legitimado por voto popular.

Un gobierno del pueblo y para el pueblo, que conforme con los términos establecidos en el artículo 6 de la CRBV es y será siempre democrático, participativo (y protagónico), electivo, descentralizado, alternativo, responsable, pluralista y de mandatos revocables.

Nuestro comandante Hugo Chávez presidió este gran esfuerzo de construir un gobierno digno que como modelo de gobierno se aleja abiertamente de los llamados gobiernos burgueses, neoliberales, proimperialistas, de la IV República. Un gobierno que le abrió las puertas en nuestro país a la V República.

En apenas 15 años hemos logrado un resultado por ahora (no acabado) que más parece una proeza, sobre todo si tomamos en cuenta, que nuestra Revolución tiene un origen electoral, pacífico, constitucional, regulado por un ordenamiento jurídico; que es un Estado democrático y social, de Derecho y de Justicia. Pero cuya principalísima cualidad es la de ser revolucionario, anticapitalista, antiimperialista y socialista. En consecuencia, el gobierno que rige al Estado, no puede tener un carácter distinto. Entonces, un gobierno eminentemente revolucionario, con la misión de acabar con el Estado burgués, de enfrentar al imperialismo, y de construir la nueva sociedad socialista. De tal talante es el gobierno nuestro. 

Se nos fue el constructor de esta obra, y cuando el enemigo se solazaba con esta ida creyendo que ello haría naufragar la experiencia, siguió haciéndose presente el pueblo soberano para decir: la Revolución continúa. Y efectivamente, seguimos en Revolución.

15.  MISIONES

He aquí otra de las obras inmensas y significativas realizaciones que da idea de cómo debe apartarse lo viejo y crear nuevas estructuras. Traigamos palabras del propio Chávez. Así dijo: 

Es un derecho de ustedes; donde hay una necesidad, hay un derecho. Eso lo dijo Eva Perón. Ustedes tienen derecho a la vida, derecho a vivir; durante mucho tiempo ese derecho les fue conculcado, les fue negado, les fue desconocido; ahora están recuperando sus derechos, sólo gracias a la Revolución Bolivariana.
Ustedes se ponen a evaluar la historia de este continente, y nos percataremos que  las Misiones Sociales venezolanas impulsadas por el Gobierno Revolucionario, por el pueblo, no tienen precedente en la historia de este continente, su magnitud, su extensión, su permanencia. Aquí en Venezuela se han convertido en política de Estado, como parte del proceso de transformación integral del Estado, de la sociedad, de la economía, de la Nación. Se han venido convirtiendo las misiones en el centro, el núcleo central de las políticas del gobierno revolucionario, y por eso, cuando digo esto, lo que también estoy diciendo es que pido que a las Misiones las continuemos fortaleciendo; cuidándolas, perfeccionándolas; todas las Misiones. Son alma del proceso social revolucionario. Y las Misiones son un ejemplo elocuente de lo mucho que puede hacerse cuando existe voluntad política.
En la oportunidad reciente de haberse creado el Sistema de Misiones, el Vice-Presidente del Área Social, Héctor Rodríguez,  señaló: 

La política social del Gobierno Bolivariano posee principios y características de universalidad para todas y todos; equidad, la búsqueda constante de la justicia, de la justa distribución de la riqueza, y la participación y organización popular, condición necesaria y permanente para cumplir con el rol protagónico del pueblo en la transformación social.
Es y será el Estado Social de Derecho y de Justicia que aprobó el pueblo en la Constitución Bolivariana impulsada por nuestro Comandante Supremo; el instrumento que ha garantizado al pueblo, a través de las Misiones, el acceso y disfrute al derecho a la alimentación, con la Misión Alimentación; a la salud con la Misión Barrio Adentro; a la educación con las Misiones Robinson, Ribas y Sucre; a la cultura y al deporte con las Misiones Cultura y Barrio Adentro Deportivo.
Es la Gran Misión Vivienda Venezuela la que hoy, en un esfuerzo sin precedentes en nuestra historia, está garantizando la vivienda digna a las familias, a las que el capitalismo les negó el derecho a vivir en paz.
Todo este esfuerzo se demuestra en el aumento contundente de la inversión social: un 62,5% del total del ingreso público en los últimos 13 años. Este nivel de inversión social demuestra el compromiso más profundo del Comandante Hugo Chávez por el pueblo, por los más pobres, por los humildes de este país.
¿Por qué surgen las Misiones? Muchas veces oímos al comandante Chávez explicarlo. Recientemente el Presidente Nicolás Maduro volvió sobre lo mismo, en la oportunidad de instalarse el Sistema de Misiones. Y esto fue lo que dijo:

Las Misiones nacieron, yo recuerdo las reflexiones con el Comandante Chávez -año 2003- recuerdo que hubo una reunión el primero de mayo de 2003 en La Casona, después de la marcha que hicimos, acabábamos, fíjense ustedes, de pasar el tumultuoso y heroico año 2002 y habíamos derrotado golpe, contragolpe, saboteo económico, petrolero. Después vino el 2002, que fue una consolidación de la derrota del golpe y el inicio de la recuperación económica, y fue en el 2003 cuando el comandante Chávez empezó a estudiar este tema de las Misiones, el concepto de las Misiones. ¿Por qué? Porque el Estado burgués que habíamos heredado sencillamente estaba tan maltrecho, que era imposible plantearse cualquier tarea para desarrollar la Constitución y entregarle al pueblo sus derechos a la educación, a la salud, a la alimentación, a través del Estado burgués.
Miren, si el comandante Chávez hubiera tratado de alfabetizar nuestro país a través de las estructuras del Estado burgués que heredamos de los ministerios de Educación, no lo hubiéramos hecho nunca; porque son estructuras que fueron hechas para administrar un Estado negador de los derechos sociales, fueron Estados construidos para imponer la ideología y los valores de la burguesía y la privatización de los derechos sociales; en todas sus etapas. Así que el comandante Chávez, después de haber intentado una, dos, tres cuatro veces, distintos planes de alfabetización, bueno, pidió ayuda a Cuba y diseñó un plan especial. Y es precisamente, la Misión Robinson la que logra el milagro de alfabetizar algo más de un millón y medio de venezolanos y de venezolanas en su primera etapa y es cuando la Unesco declara a Venezuela territorio libre de analfabetismo por primera vez en la historia. Igual nació la Misión Barrio Adentro. Nació en primer lugar en Caracas como un ensayo. Era Alcalde Freddy Bernal y se decidió empezar en algunos barrios de Caracas y luego se hizo un plan especial –porque ustedes tienen que recordar, por favor, hay que cultivar la memoria, cultivarla, como el amor; si el amor no se cultiva desaparece, si uno no cultiva el amor por la patria desde niño, por nuestros símbolos, por nuestra historia, bueno, desaparece. Recuerden ustedes como esta derecha, estos mismos personajes, se burlaron de la Misión Robinson. Ah, porque para ellos el pueblo no tiene derecho a estudiar, a pensar, a escribir, a graduarse, y cuando Chávez lanzó estas Misiones ellos dijeron … bueno no sé cuántas cosas, para desestimar esa maravillosa idea. Dijeron, por ejemplo “no, los médicos cubanos no son médicos ni médicas, son brujos, son babalaos”. Y empezaron a perseguir a los médicos, a perseguirlos con las cámaras de Globovisión, y a buscar a gente que dijera cosas contra los médicos, a inducir el odio, el desprecio y la violencia.
Igual ocurrió con las restantes Misiones: campañas de descréditos, de desconocimientos, de saboteos. Ha sido la conducta de la oposición contrarrevolucionaria. 

16.  PLAN DE LA PATRIA

Estamos hablando del Programa del Gobierno Bolivariano 2013-2019, mejor conocido como Plan de la Patria, o II Plan Socialista 2013-2019. La autoría de este Plan corresponde a Hugo Chávez y fue el que presentó en la campaña electoral presidencial de 2012, coronada con la apoteósica victoria del 7 de octubre del mismo año.

De la presentación escrita de este Plan, también de la autoría de Chávez, extraigamos algunas ideas centrales:

Éste es el tiempo, como nunca antes lo hubo, de darle rostro y sentido a la Patria Socialista por la que estamos luchando.
Independencia definitiva o nada debe ser la divisa de los bolivarianos y bolivarianas de hoy. Independencia definitiva es nuestra causa y nuestra tarea permanente … tesis combativa, creativa y liberadora de la Independencia y el socialismo como proyecto abierto y dialéctica construcción.
Nos toca realizar plenamente el sueño libertario que nunca ha dejado de palpitar en la Patria y que hoy está latiendo de manera incesante.
Éste es un programa de transición al socialismo y de radicalización de la democracia participativa y protagónica. Partimos del principios de que acelerar la transición  pasa necesariamente por, valga la redundancia, acelerar el proceso de restitución del poder del pueblo. El vivo, efectivo y pleno ejercicio del poder popular protagónico es insustituible condición de posibilidad para el socialismo bolivariano del siglo XXI.
No nos llamemos a engaño: la formación socio-económica que todavía prevalece en Venezuela es de carácter capitalista y rentista.  Ciertamente, el socialismo apenas ha comenzado a implantar su propio dinamismo interno entre nosotros. Este es un programa precisamente para afianzarlo y profundizarlo; direccionado hacia una radical supresión de la lógica del capital que debe irse cumpliendo paso a paso, pero sin aminorar el ritmo de avance hacia el socialismo.
Para avanzar hacia el socialismo, necesitamos de un poder popular capaz de desarticular las tramas de opresión, explotación y dominación que subsisten en la sociedad venezolana, capaz de configurar una nueva sociabilidad desde la vida cotidiana donde la fraternidad y la solidaridad corran parejas con la emergencia permanente de nuevos modos de planificación y producir la vida material de nuestro pueblo. Esto pasa por pulverizar completamente la forma Estado burgués que heredamos, la que aún se reproduce a través de sus viejas y nefastas prácticas, y darle continuidad a la invención de nuevas formas de gestión política.

Sigamos extrayendo de la Presentación del Plan otras ideas centrales que tienen el mérito de haber sido, como las anteriores, escritas del puño y letra del comandante. Veamos.

Es claro que Nuestra América vive un cambio de época que arrancó, y es justicia reconocerlo, con la llegada al poder de la Revolución Bolivariana: un cambio de época que se caracteriza por un cambio real y verdadero de las relaciones de poder a favor de las grandes mayorías.
Pero hay un signo alentador que quiero destacar: ha comenzado a sentar sus bases un sistema internacional multipolar que se orienta hacia ese gran principio que Bolívar llamara el equilibrio del universo.
Al presentar este programa lo hago con el convencimiento de que sólo la participación protagónica del pueblo, con su más amplia discusión en las bases populares, podremos perfeccionarlo, desatando toda su potencia creadora y liberadora. Este es un programa que busca traspasar la “barrera del no retorno“… Nosotros estamos obligados a traspasar esta barrera, a hacer irreversible el tránsito hacia el socialismo.
Refundarnos, como reza nuestra Carta Magna, es una necesidad que no admite demora alguna  … La consolidación de la V República Bolivariana y Socialista es la más bella y luminosa justificación de más de dos siglos de lucha y sacrificio.

El párrafo final de este Presentación del Plan de la Patria es del siguiente tenor:

Les propongo: sigamos luchando, como decía nuestro cantor Alí Primera, “por la alborada de un mundo nuevo”, de una Patria Independiente y Socialista, donde podamos vivir viviendo, inspirados en los más altos valores del humanismo. En ello, yo, soldado tuyo, pueblo mío y amado, pongo todo mi corazón venezolano.

De seguidas, refiramos un poco sobre el contenido mismo del Plan. Antes que nada digamos que su estructura es como sigue: primero, se definen en términos globales los cinco grandes objetivos históricos. Luego se concretan esos mismos grandes objetivos históricos pero con la incorporación para cada uno de ellos de los que son los objetivos nacionales. Finalmente, partiendo de cada objetivo nacional (que corresponde a cada gran objetivo histórico) se van concretando los objetivos estratégicos y generales (de cada objetivo nacional).

La lectura del Plan no es fácil; requiere orden, meticulosidad, para entonces tener una visión global e integral de todo cuanto tenemos por delante y hasta el 2019. Limitémonos en este punto a la mención de cada uno de los cinco grandes objetivos históricos indicando para cada uno de ellos los objetivos nacionales que lo integran. Dejamos al lector la indagación de cuáles son los estratégicos y los generales. Precisemos.

I Objetivo Históricos: Defender, expandir y consolidar el bien más preciado que hemos reconquistados después de 200 años: la independencia nacional. A este objetivo histórico corresponden los siguientes objetivos nacionales: 1) Garantizar la continuidad y consolidación de la Revolución Bolivariana en el poder. 2) Preservar y consolidar la soberanía sobre los recursos petroleros y demás recursos naturales y estratégicos. 3) Garantizar el manejo soberano del ingreso nacional. 4) Lograr la soberanía alimentaria para garantizar el sagrado derecho a la alimentación de nuestro pueblo. 5) Desarrollar nuestras capacidades científico-tecnológicas vinculadas a las necesidades del pueblo.     

II Objetivo histórico: Continuar construyendo el Socialismo Bolivariano del Siglo XXI en Venezuela, como alternativa al modelo salvaje del capitalismo y con ello asegurar “la mayor suma de felicidad posible, la mayor suma de seguridad social y la mayor suma de estabilidad política” para nuestro pueblo. Los objetivos nacionales son: 1) Propulsar la transformación del sistema económico, para la transición al socialismo bolivariano, trascendiendo el modelo rentista petrolero capitalista hacia el modelo económico productivo socialista, basado en el desarrollo de las fuerzas productivas. 2) Construir una sociedad igualitaria y justa. 3) Consolidar y expandir el Poder Popular y la democracia socialista. 4) Convocar y promover una nueva orientación ética, moral y espiritual de la sociedad, basada en los valores liberadores del socialismo. 5) Lograr la irrupción definitiva del nuevo Estado Democrático y Social, de Derecho y de Justicia.

III Objetivo histórico: Convertir a Venezuela en un país potencia en lo social, lo económico y lo político dentro de la gran potencia naciente de América Latina y el Caribe, que garanticen la conformación de una zona de paz en nuestra América. Objetivos nacionales propios de este objetivo histórico: 1) Consolidar el papel de Venezuela como potencia energética mundial. 2) Desarrollar el poderío económico en base al aprovechamiento óptimo de las potencialidades que ofrecen nuestros recursos para la generación de la máxima felicidad de nuestro pueblo, así como de las bases materiales para la construcción de nuestro socialismo bolivariano. 3) Ampliar y conformar el poderío militar para la defensa de la Patria. 4) Profundizar el desarrollo de la nueva geopolítica nacional.  

IV Objetivo histórico: Contribuir al desarrollo de una nueva geopolítica internacional en la cual tome cuerpo el mundo multicéntrico y pluripolar que permita lograr el equilibrio del universo y garantizar la paz planetaria. Son sus objetivos nacionales: 1) Continuar desempeñando un papel protagónico en la construcción de la unión latinoamericana y caribeña. 2) Afianzar la identidad nacional y nuestroamericana, 3)  Continuar impulsando el desarrollo de un mundo multicéntrico y pluripolar sin dominación imperial y con respeto a la autodeterminación de los pueblos. 4) Desmontar el sistema neocolonial de dominación imperial.

V Objetico histórico: Contribuir con la preservación de la vida en el planeta y la salvación de la especie humana. Objetivos nacionales a esta categoría: 1) Construir e impulsar el modelo económico productivo ecosocialista, basado en una relación armónica entre el hombre y la naturaleza, que garantice el uso y aprovechamiento racional, óptimo y sostenible de los recursos naturales, respetando los procesos y ciclos de la naturaleza. 2) Proteger y defender la soberanía permanente del Estado sobre los recursos naturales para el beneficio supremo de nuestro pueblo, que será su principal garante. 3) Defender y proteger el patrimonio histórico y cultural venezolano y nuestroamericano. 4) Contribuir a la conformación de un gran movimiento mundial para contener las causas y reparar los efectos del cambio climático que ocurren como consecuencia  del modelo capitalista depredador.

17.  INTEGRACIÓN QUE AVANZA

Ninguna duda al respecto. La condición internacionalista de Chávez, ya vista en la Parte I de este Trabajo, ha contribuido de forma decisiva a abrirle camino a la integración latinoamericana y caribeña; también al desarrollo en el país de una conciencia acerca de la necesidad de una nueva geopolítica internacional orientada al logro de un mundo multicéntrico y pluripolar, del que tan requerida se encuentra la humanidad, para  enfrentar la dominación imperial, teniendo siempre presente el principio de la autodeterminación de los pueblos. Chávez en todo esto ha sido el principal artífice, el inspirador consumado y el constructor más consecuente.
  América Latina y el Caribe exhiben importantes logros políticos y sociales en un universo de experiencias disímiles, muchas inspiradas  en la defensa de la independencia, la soberanía y la integración regional, con una creciente disposición de buscar soluciones de conjunto. También son claros los avances del movimiento progresista y revolucionario. Ese liderazgo ha forjado espacios de integración de los pueblos como la Alba y Petrocaribe; se erigieron también nuevos instrumentos de concertación y diálogo con la presencia de todos los gobiernos de la región como UNASUR y la CELAC, que permiten iniciar el proceso de superación del viejo sistema de relaciones interamericanas hegemonizadas por el gobierno de los EEUU. De igual forma podría citarse el Banco del Sur, Tele Sur, la Universidad del Sur, etc. Y nadie es capaz de desconocer que en todo ello la inspiración, el pensamiento y la acción de Hugo Chávez ha estado de cuerpo presente.  

Por otro lado resulta altamente significativo poder valorar los grandes esfuerzos de Chávez y su gobierno por diversificar con alto sentido estratégico sus relaciones internacionales, manejando nuestra riqueza energética (fundamentalmente petróleo), con sentido de Patria, con sentido integrador, con sentido solidario sin menoscabo de lo que en el fondo implica el negocio petrolero, de donde el país obtiene sus ingresos en una proporción bastante elevada. De allí el fortalecimiento de la OPEP que encontró en Chávez a uno de sus principales bastiones; de allí las muy convenientes relaciones con las grandes potencias tales como China y Rusia, además del eje formado por los países del BRICS. De allí, igualmente, la concepción geopolítica con la cual se están adelantando las operaciones en la faja petrolífera del Orinoco. Desde luego, los centenares de acuerdos internacionales suscritos con una buena cantidad de países con los que Venezuela mantiene relaciones comerciales, económicas, políticas, culturales, etc.   

Cobra pertinencia, por tanto, la preocupación de Chávez orientada a introducir en el Plan de la Patria 2013-2019, el IV objetico histórico, es decir, contribuir al desarrollo de una nueva geopolítica internacional en la cual tome cuerpo el mundo multicéntrico y pluripolar que permita lograr el equilibrio del universo y garantizar la paz planetaria. Por supuesto también, todos los objetivos nacionales, estratégicos y generales específicos a ese objetivo histórico (véase Plan de la Patria). 

18.  PODER POPULAR

Nada más clave, para la profundización del proceso revolucionario que la toma de conciencia respecto al Poder Popular y el inicio de la construcción del mismo. Y ello encontró en Chávez a su más insigne impulsor. Cuando hablamos del Chávez consejista y comunero, con lo cual aludimos a su identificación plena y total con dos estructuras claves para la implantación del Estado Comunal: los Consejos Comunales y las Comunas, estamos colocando las cosas en su exacta dimensión.  Pero vayamos al fondo. La Revolución Bolivariana Venezolana se ha impuesto como objetivo estratégico la sustitución del Estado capitalista y neo-liberal burgués por un nuevo Estado Bolivariano y Socialista que enarbole las banderas del Socialismo del Siglo XXI. Con la Constitución de 1999, surgida de la Asamblea Nacional Constituyente, venimos en estos últimos catorce años, refundando la República Bolivariana de Venezuela para constituirnos cada vez más en  un Estado democrático y social de Derecho y de Justicia. En eso andamos. En eso estuvo empeñado y comprometido el comandante Chávez.
La sustitución del estado capitalista y neo-liberal burgués pasa por su liquidación gradual donde lo viejo le va dando paso a lo nuevo; las viejas estructuras dándole paso a las nuevas estructuras. Todo en un proceso que debe hacerse indetenible. Y, que resulta decisivo, teniendo muy clara la distinción entre poder constituido y poder constituyente. Un poder constituido sometido al poder constituyente y éste muy distante de aquel que nos enseñaron a conceptualizar como poder, al que se convoca cada número de años para elegir a unos representantes, mientras que entre convocatoria y convocatoria permanece distante, silencioso, acrítico, adormecido, aletargado. Entonces, un poder constituyente en ejercicio del poder soberano que sólo él detenta, de permanente ejercicio, en estado de vigilia y presto siempre a ponerse en movimiento.

Cuando hablamos de poder constituyente estamos hablando de poder popular. Chávez se impuso como una de sus tareas prioritarias, prácticamente con el inicio del período de gobierno que se inició en el 2007, lo que en uno de sus famosos cinco motores, específicamente el N° 5, denominó la explosión del poder popular; claro está, teniendo como base de sustentación un reordenamiento de la geopolítica de la nación, o sea, lo que incorporó también a los llamados cinco motores (el N° 4, para ser específico), bajo la figura de la nueva geometría del poder.  

Los pasos que se vienen dando van dirigidos a la edificación del Estado comunal partiendo de esas nuevas estructuras (consejos comunales, comunas, etc), que en ejercicio de poder popular van abriendo, perfilando y caracterizando ese camino constructor. Por eso afirmamos que Chávez se convierte en el primero de los consejistas (afectos a los consejos comunales) y en el primero de los comuneros (afectos a las comunas); esto último puesto tan de relieve cuando en uno de los momentos estelares de su existir, faltando poco para su partida, nos reveló aquel mensaje, más que consigna; comuna o nada (Discurso Golpe de Timón, del 20 de octubre de 2012.

En la oportunidad en que el comandante Chávez se refería a las cinco actividades básicas que corresponde desarrollar, como poder comunal, en una comunidad y al respectivo Consejo Comunal, mencionaba: el diagnóstico comunal, el plan comunal, el presupuesto comunal, la ejecución de los proyectos comunales y la contraloría comunal. Mediante el diagnóstico, la propia comunidad detecta sus problemas, sus necesidades, estableciendo un orden de prioridades. Del diagnóstico surge el plan con metas, con objetivos, para lo cual es preciso haber determinado qué vamos a solucionar, por dónde vamos a comenzar, en qué tiempo, cuál es el modo de solucionar el problema. Elaborado el plan se presenta la necesidad de elaborar el presupuesto y las formas de garantizarlo partiendo de esfuerzos y recursos propios y recursos y apoyos externos. Teniendo plan, el presupuesto, el proyecto, los recursos financieros y técnicos, lo que viene es la ejecución del proyecto por parte de la propia y comunidad, para finalmente entrar en la fase del ejercicio contralor, para que las cosas vayan por el rumbo que debe ser.

Escuchemos a Chávez diciéndonos:
Por eso les digo, tiene que ser una hermandad entre el poder constituyente que son ustedes (hablaba en una reunión de voceros comunales), el poder comunal;  y nosotros, sus representantes en el poder constituido. Se trata de un nuevo concepto de Estado, la compenetración, es el  Estado social, el Estado comunal, ya no es el Estado burgués que arremetía contra el pueblo, que saqueaba al pueblo, lo reprimía, lo explotaba y enriquecía a un sector, a las minorías, a la oligarquía, a la burguesía nacional y al imperialismo.
Este es un Estado cada día más antiimperialista, popular, comunal, unido, pero hasta las entrañas, con el pueblo. Y el pueblo cada día más organizado, cada día más consciente, cada día más dinamizado en el poder popular, en el poder popular constituyente, en el poder comunal. La explosión del poder comunal, la bomba atómica para la vida, la bomba atómica de Venezuela.
Imposible dejar de mencionar, en este camino impulsado por Chávez, hacia la construcción del Poder Popular, el conjunto de leyes específicas sancionadas por la Asamblea Nacional y promulgadas por el mismo Chávez, que tratan esta materia. Precisemos:  Ley Orgánica del Poder Popular; Ley Orgánica de los Consejos Comunales, Ley Orgánica de las Comunas; Ley Orgánica de Planificación Pública y Popular; Ley Orgánica del Sistema Económico Comunal; Ley Orgánica de Contraloría Social; Ley de los Consejos Locales de Planificación, entre otras. 

19.  UNIDAD CÍVICO-MILITAR

Prestemos atención a esto que dice Chávez:
Desde niño me gustó la vida militar… Cuando llegué a la Academia me encantó. Francamente, yo había querido estudiar física y matemática, y además, ser pelotero  profesional, con los Magallanes. Esa era mi meta… Pero la vida militar me apasionó, hasta el punto que lo subordiné todo a ella… Me sentí como pez en el agua en la Academia Militar, que todavía es para mí  -y lo será toda la vida – un recinto sagrado. Pasé trabajo allí, pero nunca lo sentí como una carga
En una oportunidad le preguntaron al General Pérez Arcay acerca de dónde conoció a Chávez, y respondió:
Allí, en la Academia Militar de Venezuela. Yo era el Director Académico, y en 1974 los Alférez iban los fines de semana a recibir conferencias en la cátedra de la Sociedad Bolivariana de Venezuela. El doctor Luis Acosta Rodríguez, que ya murió, tenía ese cargo, esa cátedra. En una de las conferencias se refirió a Bolívar como dictador y sustentaba su argumentación en el hecho de que el Libertador había conducido los destinos de Colombia mediante decretos, porque veía en peligro la disolución de  su sueño anfictiónico.
Uno de los alumnos se levantó y dijo: “Ese no fue un dictador, sino un tirano”. Inmediatamente, Chávez hizo una ardiente defensa del Libertador, y le plantó una discusión muy seria al alumno que casi termina con la conferencia del doctor Acota Rodríguez. El alférez mayor de entonces, Alcides Rondón, hoy general de Brigada, para cortar por lo sano, dijo: “Alférez Chávez, preséntese en la Academia Militar”. Y él le respondió: “No voy para la Academia Militar, alférez mayor, porque hoy tengo pernocta y nadie me puede castigar por haber defendido el pensamiento del Libertador”.
De nuevo, traigamos al propio Chávez, haciendo afirmaciones como las que siguen:
Adán  fue uno de los que más influyó en mis actitudes políticas. Él es muy humilde y no lo dice expresamente, pero tiene una gran responsabilidad en mi formación. Mi hermano estaba en Mérida y era militante del Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR). Yo no lo sabía, sólo me llamaba la atención que él y sus amigos iban todos de pelo largo, algunos con barba. Aparentemente yo desentonaba con mi cabello cortico, mi uniforme. Me sentía muy bien en ese grupo, Nos íbamos, por ejemplo, a un bar de muchachos, cerca de la casa de mi mamá. Particularmente a uno, que se llamaba Noches de Hungría, o al Capanaparo, donde cantaba Betsaida Volcán, una mujer bellísima.
Cierta  vez uno de esos muchachos (en alguna de esas reuniones) me dijo: “este uniformado debe ser uno de esos parásitos”. Casi nos entramos a golpes, pero el grupo me defendió. “Respeta, vale, que este es Hugo Chávez, amigo nuestro”. Había discusión política y muchas lecturas. Ahí me fui interesando por el tema social, aunque si miro más atrás, siempre tuve, desde niño, simpatías por los rebeldes. Esa zona de Sabaneta fue una zona insurgente. De mi pueblo varios se fueron a la guerrilla, y mi padre estuvo vinculado al MEP, de tendencia socialista, dirigido por el viejo Luis Beltrán Prieto Figuera.
Fueron dos los acontecimientos que dispararon en mí una vocación política, que radicalizaron mi pensamiento. En primer lugar el hecho de haber formado parte de un experimento educativo en la Fuerza Armada, conocido como el Plan Andrés Bello (de intensa formación humanista y asignaturas tales como Metodología, Sociología, Economía, Historia Universal, Análisis, Física, Química, Introducción al Derecho, Derecho Constitucional) …El segundo acontecimiento, asociado a lo anterior, fue el descubrimiento de Bolívar. Comencé a leer vorazmente de todo, pero en particular sus propios textos y los materiales relacionados con su pensamiento y su biografía.
El Chávez militar queda reflejado con lo dicho. Ninguna duda, pero un militar con los kilates de oro que se deducen de lo que acaba de quedar escrito. Un soldado con sólida formación militar pero con un origen de gente de pueblo, de hogar de pueblo, que vivió y sintió como gente de pueblo, que jamás se desvinculó de él,  sino que por el contrario su condición adquirida de soldado, de militar, lo consustanciaron e identificaron mucho más con ese pueblo, sus tristezas y angustias, sus esperanzas y sueños, sus amores y pasiones, sus luchas. En todo caso, siempre mantuvo el criterio que el uniformado (militar) y el no uniformado (civil), forman parte ambos de ese mismo pueblo. Solo que ha habido interés de unos cuantos sectores y cúpulas de tenernos como especie de mundos separados; el mundo militar, el mundo civil. Chávez fue resistente a admitir tal criterio y en cambio abogó por una visión distinta, sobre todo por conocedor de la historia misma, que al remontarse a las luchas por la independencia patria supo tomar conciencia del carácter de las luchas iniciales cuando todavía los independentistas no contaban con las amplias masas de pueblo (pardos, mulatos, negros, campesinos) y cuando esto cambió, cuando estos últimos sectores fueron cambiándose de bando para venir ahora a izar las banderas patriotas, fue cuando realmente la lucha independista entró por la senda de la victoria. Desde luego, esto mismo pero más acentuado en los tiempos del General del pueblo Ezequiel Zamora, quien centró su combate contra la oligarquía, goda y terrateniente, atrayendo más férreamente a la causa a ese pueblo, que encontró por qué luchar.

Ya en tiempos de Chávez ocurren tres hechos que marcaron al comandante y formaron en él, de forma definitiva, el concepto de la alianza cívico militar. Esos tres hechos fueron: 1) la insurrección de pueblo de febrero de 1989, de pueblo en la calle, sin dirección ni organización, sin objetivos claros, con pasión desbordada, en abierta protesta y repudio a medidas de gobierno que los hacía más desprotegidos y expoliados. Pero un pueblo que se le colocó a su frente para aniquilarlo, a las mismísimas Fuerzas Armadas existentes para la época; desde luego una matanza descomunal, ¿de quién? De ese mismo pueblo indefenso. 2) Las insurrecciones, esta vez de predominio militar, del año 1992, prácticamente sin incorporación, respaldo o apoyo civil, que condujo, en dos intentos, al fracaso de los objetivos propuestos: desplazamiento del gobierno. 3) La experiencia del derrotado golpe de estado de abril de 2002, gracias esta vez a la conjunción del pueblo y de militares afectos al Presidente Chávez y al proceso revolucionario en marcha, que en menos de cuarenta y ocho horas obligaron al retorno del Presidente Chávez.

Con esos elementos, el Chávez que se encontraba en ese particular proceso de maduración, de aceración, de reflexión, se aferró más a la idea de la necesaria e inevitable alianza cívico militar como condición sine qua non para la existencia de la Patria y para el triunfo de la Revolución Bolivariana. Todo lo dicho quedaría complementado cuando una vez Chávez admitió lo importante que había sido en su pensamiento la lectura que hizo del libro de Fabricio Ojeda: La Guerra del Pueblo (1966) y sobre todo el párrafo siguiente en el que Fabricio dejó escrito: 

La base antifeudal y antiimperialista de nuestro proceso revolucionario plantea un género de alianzas que está por encima del origen del credo político, de la concepción filosófica, de las convicciones religiosas, de la situación económica o profesional y de la afiliación partidista de los venezolanos, El enemigo común, su fuerza y su poderío reclaman una lucha unitaria para vencerlo. Son proclives para luchar por la liberación nacional las siguientes fuerzas: los obreros y campesinos, la pequeña burguesía, estudiantes, intelectuales, profesionales; la mayoría de oficiales, suboficiales, clases y soldados de las Fuerzas Armadas de aire, mar y tierra
Claro está, como lo señaló Fabricio, todos estos sectores civiles y militares tienen vocación a conformar una verdadera alianza nacional revolucionaria. Y Chávez reiteró en el criterio, en esa visión, al punto que hoy por hoy, esta alianza cívico-militar luce consolidada y como una de las columnas fundamentales que permiten el sostenimiento y apalancamiento de todo el proceso de la Revolución Bolivariana en tránsito al Socialismo del Siglo XXI. Y todavía más, una visión con rango constitucional por cuanto que el principio de la corresponsabilidad en la defensa integral de la patria, establecido en el artículo 326 de la CRBV así lo confirman plenamente.

El principio de corresponsabilidad se ejerce (o debe ejercerse) en todos los ámbitos: económico, social, político, cultural, geográfico, ambiental y militar. Por otro lado, tengamos muy presente que la alianza llega a tener expresión con la creación de la Milicia Bolivariana (y su Comando) en abril 2009. La Milicia es un cuerpo organizado por el Estado, que complementa a la Fuerza Armada Nacional Bolivariana en la defensa integral de la Nación, para contribuir en garantizar su independencia y soberanía.

De esa manera se comienza a organizar el pueblo en armas, que debe implicar conocimiento de las armas, estrategia y táctica, resistencia popular que es la única alternativa para enfrentar la maquinaria imperialista. 

20.  PSUV Y GRAN POLO PATRIÓTICO

Fue Chávez el principalísimo inspirador y animador en la creación del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV). Para tener una visión lo más integral posible de lo que representó este aporte del Comandante, y esta realización trascendental, traigamos a estas páginas dos circunstancias: la primera, tiene que ver con un conjunto de reflexiones hechas por el mismo Chávez en la oportunidad (24 de marzo de 2007) en la cual se dio la reunión con los 2.398 propulsores y propulsoras para dar por iniciado el proceso que condujo a la creación del Partido. Y la otra circunstancia, la formación misma del Partido desde el enfoque de lo que es su Declaración de Principios, sus Bases Programáticas y sus Estatutos.

Importa también destacar que no podemos obviar la significación que debemos atribuirle al Gran Polo Patriótico como instrumento integrador de todas las organizaciones políticas y sociales que identificadas con el  chavismo, apoyan, sostienen y contribuyen a consolidar el proceso revolucionario en el país. Igualmente anotemos que el PSUV es la organización política que cuenta con el mayor respaldo del pueblo chavista, pero que, sin sectarismo ni prepotencia, está llamada a compartir responsabilidades de conducción y dirección de todo el proceso con las organizaciones políticas y sociales aliadas. En esto también  Chávez fue un  auténtico articulador de esfuerzos.
De seguidas, dejemos que sea el propio Chávez e l que exponga sus planteamientos respecto a este aspecto:

(…) de este proceso de conformación del Partido Socialista Unido de Venezuela, va  a salir fortalecido el proyecto revolucionario, fortalecida la Revolución Bolivariana, fortalecido el pueblo venezolano, tanto a nivel interno como a nivel internacional, porque ustedes saben que nuestra revolución tiene impacto mucho más allá de nuestras fronteras, no sólo en el Caribe … Cuidemos al extremo de que ese árbol (se refería al Partido) no nazca torcido, que nazca completo, que nazca derecho; que nuestro Partido sea un verdadero nuevo partido, que rompa con todos los esquemas del partidismo político que en Venezuela, se instaló durante las décadas anteriores y en el mundo … Ese viejo paradigma del partido y el partidismo se agotó. Tenemos que inventarlo. Alguien hablaba de Simón Rodríguez: “Inventamos o erramos”. Tenemos que inventar ése, nuestro nuevo partido, que es, sí, una profunda y grandísima necesidad política; crear un poderoso instrumento, una poderosa y nueva organización flexible, dinámica, unida, unitaria.
Cuidado, ustedes, propulsores y propulsoras, porque una de las condiciones para ser miembro militante, combatiente, camarada del partido socialista es ser revolucionario y ser socialista; los que tengan dudas, no se metan aquí, se los ruego, y ustedes deben estar muy atentos, aquí, necesitamos verdaderos revolucionarios, gente honesta, y que vengan a construir, como he dicho una y cien veces, en condiciones de igualdad, aquí somos iguales; yo estoy despojado de mi condición de Presidente, yo no vengo aquí como Presidente, vengo como un compañero más, un camarada más.
Hay dos corriente por ahí, así, ahora, cuidado con esas corrientes (fue cuando habló del reformismo y del dogmatismo). El reformismo puede acompañar una revolución por un tiempo, pero hay una barrera más allá de la cual el reformismo se convierte en contrarrevolucionario, y eso es lo que está ocurriendo aquí. A los reformistas no les gusta la intervención de los hatos, porque esto es revolución en el campo y hay personas que tienen conexiones, compromisos con los terratenientes, con la élite regional o nacional, o que les da miedo que los llamen esto, que los llamen aquello, por el periódico, por la radio: o a veces, tienen rabo de paja y no se atreven a meterse en la candela. El que tenga rabo de paja, no se acerque a la candela … (El reformismo) es como el colesterol, lo llaman algunos el asesino silencioso, es el reformismo contrarrevolucionario, por dentro de nosotros mismos. El Partido tiene que ser capaz de detectarlo y de ir limpiando, creando verdaderos cuadros revolucionarios, insertándose junto al pueblo, la clase obrera, los campesinos, los estudiantes, las juventudes, las mujeres, insertándose allí en la masa popular, en las multitudes, impulsando el proceso revolucionario … La otra corrientes es el dogmatismo, que también termina siendo contrarrevolucionaria …Cuidado, algunos compañeros pudieran estarse dejando llevar por esas corrientes, pudieran estar perdiendo el horizonte, la brújula. Como yo sé que en ambas partes, en ambas corrientes hay gente buena, hay compañeros buenos que pudieran estar confundidos por el momento, y hay seguidores de ellos que son buenos y de buena fe, y pudieran estar creyendo en ellos; yo les hago un llamado a que reflexionen profundamente, que despejen sus dudas y que se vengan con nosotros.
(…) es momento de profundizar; mañana, puede ser demasiado tarde. Hagámoslo ahora, con resolución, con inteligencia, con voluntad, sin que nos detengan obstáculos ni resistencias internas o externas. Porque necesitamos profundizar la revolución. Necesitamos al partido, necesitamos al pueblo orientado por el partido, el partido orientado por el pueblo, juntos … Un partido, además, que no sea el que vaya a controlar al pueblo, sino al revés, un partido controlado por el pueblo.
Aquí hay plena libertad de debate, y esa debe ser una de las características más profundas del nuevo partido, el debate, desde las bases; no un debate circunscrito a una élite, a una cúpula, a un cogollo. Consulta, participación, protagonismo, debate. Eso sí, cuando se decida, entonces, viene la disciplina. Se decidió esto, bueno yo tengo una visión distinta; pero es la decisión, por ahí tenemos que irnos, porque se trata de una Revolución. 
La unidad es imprescindible, decía Bolívar, porque la unidad nuestra se inspira mucho en Bolívar, el pensamiento de Bolívar, que a mí me es un puente espiritual con el pueblo: Es la unión, dijo Bolívar, ciertamente, la que nos falta para completar la obra de nuestra regeneración, más sin embargo, esa unión no nos vendrá por prodigios divinos, sino por efectos sensibles y esfuerzos bien dirigidos. Ahora, esa unidad, pues, no debe ser burocratizada; debe ser real, orgánica. Profunda, debe profundizar la democracia revolucionaria, como lo dijo Bolívar, en Jamaica, en1815, quince años después, había sido expulsado de aquí de Venezuela y trataron de matarlo en Bogotá y ya había renunciado al gobierno y se fue, estaba en Cartagena. ¿Cuál fue la gran causa? Él no se  equivocaba cuando decía: “Sólo la unión nos falta para completar la obra de nuestra regeneración”. En otra ocasión dijo: “Si nos fundimos, el alma nacional en un todo, el cuerpo nacional en un todo, el espíritu nacional en un todo; la sociedad terminará siendo una lucha cuerpo a cuerpo, hombre a hombre, por la sobrevivencia: y un nuevo coloniaje legaremos a la posteridad. En otra ocasión, dijo “Unidad, unidad, unidad. Unámonos, no seamos los verdugos de nuestra propia Patria”. Y allá terminó, en Santa Marta: “Si mi muerte contribuye para que cesen los partidos y se consolide la unión, yo bajaré tranquilo al sepulcro”. Bolívar no pudo lograr la unión y Venezuela entró en un caos, lo que ha podido ser una gran victoria de nuestros pueblos terminó siendo 20 derrotas, porque todos los pueblos terminaron derrotados, divididos y dominados.
En estos últimos años, he visto personas que uno creía que eran tremendos revolucionarios y no aguantaron el paso por el poder, un cheque de no sé cuántos millones: así como he visto, afortunadamente, muchísimos compañeros y compañeras que han pasado la prueba, que hemos pasado la prueba, pero cada quien amárrese (a sus) valores, fortalezca la conciencia porque el enemigo anda por dentro y no sólo el enemigo declarado, sino dentro de nosotros mismos, las viejas costumbres, dice Víctor Hugo, en Los Miserables –hablando de la Revolución Francesa, que con todo su heroísmo, se vino abajo y luego se impuso la restauración y el imperio y la contrarrevolución- a través de un personaje de su novela: Creíamos haber cambiado el mundo, pero nos olvidamos de algo, de cambiar las costumbres … Hay  que romper con el paradigma de la representatividad, hay que luchar con una fuerza mayor a la de la costumbre, para romperla y crear nuevas costumbres, nuevas realidades, nuevas ideas, nuevos escenarios, el nuevo partido, un partido de moral … un hombre que golpee a una mujer no puede estar aquí, no puede ser un revolucionario, porque hay mucho de eso en nuestra sociedad, un machista no puede ser un revolucionario ni un socialista, un latifundista no puede estar aquí, un corrupto jamás puede estar en el Partido Socialista Unido, ni un traficante de influencias.
La única forma en que yo pueda ser líder del partido, en cualquier nivel, es si vengo elegido por la base; si no, no debe estar en ningún cargo de dirección; el partido tiene que ser eso, y mucho más, un partido de moral y un partido de luces, un partido de estudiantes, tenemos que estar estudiando todos, porque estamos inventando, investigando todos, porque estamos inventando, investigando, proponiendo cualquier idea, discutiendo y debatiendo, partido de moral, partido de luces; y para tomar a Cristo, “sean luz del mundo y sal de la tierra”, un partido de moral, es la lucha contra la corrupción, la moral lleva la sal para evitar la podredumbre, moral y luces, un partido de frentes, por tanto, un partido indígena, un partido obrero, un partido negro, afrodescendiente, un partido estudiantil, juvenil, ese partido debe tener muchos brazos, y sólidos brazos, el conjunto debe tener, como resultante supremo, lo que decía Alfredo Maneiro,: eficiencia política y calidad revolucionaria, dos condiciones de un partido, de un movimiento político, debe ser eficiente políticamente, eficiente para organizarse, para moverse, para ganar elecciones cuando haya que ganar elecciones.
De todo eso, debe ocuparse el Partido Socialista Revolucionario, de la concepción ideológica, de la estrategia, de la táctica, de la propulsión, de la orientación de la masa, de la multitud, tiene que ser un partido que se abra, que se cierre, que ataque, que se defienda y que triunfe siempre, incluso, diría más, tiene que ser un partido para la paz, pero si fuere necesario, un ejército para la guerra, junto a nuestros soldados, campesinos, trabajadores, capaces de irnos a la guerra para defender de cualquier agresión imperialista a la sagrada patria venezolana, para defender el impulso de nuestra revolución; un partido para la paz, y en cualquier escenario flexible, amplio, dinámico, de moral, de luces; espada afilada de la Revolución, llama viva de la Revolución, eso debe ser nuestro Partido.
Ahora, para tener la visión integral de este hecho trascendente para la dirección y conducción del proceso revolucionario, traigamos las principales ideas con las cuales se formó el Partido Socialista Unido de Venezuela. Para ello acudimos a lo que a lo interno se ha dado en denominar el Libro Rojo del PSUV. En esa publicación encontramos la Declaración de Principios, las Bases Programáticas y los Estatutos.

-          De la Declaración de Principios 

En esta parte, destinada a la Declaración de Principios, se precisan varios aspectos, para en base a ellos, emitir concretas definiciones. Estos aspectos son: la amenaza imperialista; la crisis del capitalismo mundial; terminar con el capitalismo y construir el socialismo para acabar con la pobreza e implantar la justicia social; del estado capitalista burgués al estado socialista; el internacionalismo; la defensa de la revolución; la unidad; lo original y creativo; y la construcción del socialismo bolivariano como única salida. De esta forma, se  resumen lo que son los principios fundamentales y lo que son los principios generales. Entre los Principios Fundamentales se mencionan: 

- El Partido asume el ideario Bolivariano, la contribución de Ezequiel Zamora y la de Simón Rodríguez, así como los aportes de lucha y organización de los pueblos indoafro americanos;
- Se inspira en los orígenes del cristianismo, en la teoría de la liberación, se nutre del socialismo científico y las experiencias de sus hombres y sus mujeres que han luchado por la revolución y la construcción del socialismo. 

Entre los Principios Generales, el Partido se declara como:

- Anticapitalista y antiimperialista; anticorrupción; socialista; marxista; bolivariano;
- Comprometido con los intereses de la clase trabajadora y el pueblo; humanista; internacionalista; patriótico; unitario;
- Ético y con moral revolucionaria; defensor de los derechos de la madre tierra; defensor de la igualdad y equidad de género; defensor de los derechos de las personas con discapacidad; defensor de la democracia participativa y protagónica de la sociedad;
- Vanguardia política del proceso revolucionarios; original y creativo; defensor, impulsor y promotor del Poder Popular; promotor del desarrollo endógeno; defensor de la igualdad en el seno de la organización;
- Crítico y autocrítico; basado en el principio del centralismo democrático y de dirección colectiva; disciplinado; practicante de la democracia interna en el Partido.
- Y finalmente, se establece que los militantes del PSUV deben darle plena vigencia, con la práctica cotidiana, a todos estos principios, asumiendo la máxima del Che Guevara cuando dijo: ”la revolución se lleva en el corazón para morir por ella, y no en los labios para vivir de ella”, de esta manera, será completamente sincera y cierta nuestra consigna: Patria Socialista o Muerte … Venceremos.  

-          De las Bases Programáticas 

  Esta parte está destinada a dejar sentadas las bases programáticas del PSUV. Para ello analiza en forma amplia varios componentes que lucen necesarios para producir definiciones programáticas, a saber: las fuerzas motrices de la Revolución Bolivariana; las formas de lucha y la acumulación de fuerzas; los objetivos estratégicos: consolidación de la democracia participativa y protagónica, derrota del imperialismo y toda forma de dominación extranjera, construcción del socialismo bolivariano; las tareas de la Revolución Bolivariana para la transición al socialismo (tarea central y tareas principales); el modelo de desarrollo endógeno auto-sustentable; el modelo productivo de transición al socialismo; el capitalismo; formas de propiedad; organización de la producción: ruptura de los mecanismos de saqueo imperialistas; ruptura de la dependencia; ruptura de la cultura empresarial capitalista: modo de comercialización socialista, modo de financiamiento y administración, modo de gestión científico-tecnológico, modo de desarrollo endógeno, modo ecológico.

-          Estatutos del PSUV
Son cuarenta y un (41) artículos distribuidos en ocho Títulos. El Título I, trata de las Disposiciones Fundamentales, entre otras: nombre del Partido, propósito u objeto, valores y principios, principios organizativos y métodos de la democracia interna. El Título II trata De La Militancia: características de la militancia, quién debe ser considerado militante; derechos, deberes, compromiso con el estudio teórico y práctico, formación para desempeñar cargo, compromiso de la lucha contra el burocratismo, compromiso de lucha contra la corrupción.

El Título III se refiere a la Organización del Partido, y contiene: distribución territorial de los órganos del Partido, la organización funcional, el sistema de formación socialista, de los frentes sociales, de la juventud del Partido, de las patrullas socialistas, de la tipología de las patrullas socialistas, del equipo político comunal, del equipo político municipal y/o parroquial, los equipos políticos municipales, del equipo político estadal, la organización regional, del funcionamiento, de la dirección política nacional, reglamento de funcionamiento, el Congreso Socialista, del Presidente o la Presidenta del Partido, de las coordinaciones sectoriales.

El Título IV comprende lo relativo al Financiamiento del Partido y contiene: formas de financiamiento, cotizaciones, principios para determinar el monto de las cotizaciones. Por su parte, el Título V está referido al Tribunal Disciplinario y las Sanciones y comprende: del Tribunal Disciplinario, del procedimiento disciplinario, y de las sanciones. El Título VI trata del Código de Ética y del Comportamiento de las y los Militantes y contiene: principios, reglas éticas, de la conducta de los militantes. El Título VII establece Disposiciones Generales y entre ellas: los símbolos del Partido y de lo no previsto. Finalmente el Título VIII incorpora dos Disposiciones Transitorias que se relacionan con las nuevas autoridades y sobre el Congreso Extraordinario.    

EPÍLOGO NECESARIO

Varias son las interrogantes que podemos colocar sobre el tapete, de forma que podamos, en base a ellas, producir algunas reflexiones. Por ejemplo, ¿estaríamos donde estamos sin haber contado con la participación de este hombre excepcional, de este Hugo Chávez? Nos resulta más que cierto que el proceso revolucionario venezolano, esta Revolución Bolivariana y Socialista del Siglo XXI, no hubiese sido posible sin la participación en primer término, nunca lo olvidemos, del bravo pueblo venezolano, y sin el concurso de un liderazgo a cuya cabeza tenemos que ubicar a Hugo Chávez.

¿Y dónde estamos? ¿A dónde hemos llegado? Evidente que hemos andado mucho camino, pero aún estamos lejos de cumplir con los objetivos que tenemos propuestos. La Revolución no la tenemos hecha ni la podemos considerar realizada. Incluso, todavía no podemos decir que la hemos colocado en el punto del no retorno, de lo irreversible, cual era uno de los deseos mejor acariciados de Chávez. Lo que ha pasado en corto tiempo es como una proeza; es verdad, hemos avanzado, estamos avanzando, pero aún lejos del gran objetivo estratégico: la conquista de la sociedad socialista. Continuamos teniendo al frente a un feroz y criminal enemigo no derrotado: al imperialismo norteamericano y la oligarquía y burguesía  interna, que no descansan en su empeño de aniquilarnos.

Han sido Chávez y un pueblo valeroso y con sangre de libertadores, los actores principales y protagonistas de este colosal esfuerzo revolucionario, que ha llegado donde ha llegado. Un hombre, un líder, como esos referidos por el poeta: que nacen o que aparecen cada cien años.  Un líder que nos dejó ese día triste del 5 de marzo de 2013.

Entonces, surge la otra interrogante: ¿Y, ahora? ¿Acaso retroceder? ¡Acaso permitir el estancamiento? ¿O por el contrario, avanzar y profundizar el camino? Reflexionemos.  Estamos amigas y amigos, camaradas, aún y por mucho tiempo más, inmersos en esa vorágine revolucionaria de aquello que no termina de morir y aquello que no termina de nacer,  por lo cual resulta obligante decir que al irse el gran Chávez quedamos en  medio de una REVOLUCIÓN QUE TODAVÍA NO LOGRA LOS OBJETIVOS QUE TIENE PROPUESTOS. 

La respuesta no puede ser otra que la de continuar asumiendo la lección de vida de Chávez, haciéndonos cargo de lo que él no pudo completar y honrando el ejemplo que quedó al marcharse. Nunca retroceder, jamás permitir el estancamiento, siempre avanzar profundizando y radicalizando el camino. Una tremenda responsabilidad para este pueblo, y para la nueva dirigencia del Proceso. Tal como se viene haciendo, introduciendo todos los correctivos requeridos, radicalizando y profundizando todo lo que haya que radicalizar y profundizar,  y continuar marchando hacia la victoria final.

Concluyamos este Trabajo utilizando palabras del propio comandante Hugo Chávez. Veamos:

En cualquier circunstancia nosotros debemos garantizar la marcha de la Revolución Bolivariana, la marcha victoriosa de esta Revolución, construyendo la democracia nueva que aquí está ordenada por el pueblo constituyente, construyendo la vía venezolana al socialismo, con amplia participación, en amplias libertades.

Para esta gran tarea tengamos muy presente que nos queda en el país, al irse el gran Chávez, ni más ni menos que: una Patria viva; una República en tránsito al socialismo; una Constitución con su incompleta misión de refundar el nuevo Estado; unas Misiones de las que se impone su revisión y reimpulso; un Plan de la Patria con objetivos muy claros para un período que llega al 2019; un  camino integracionista avanzado con realizaciones concretas; una unidad cívico-militar que cada día se consolida más; un poder popular en construcción con aquello de “comuna o nada”; y,  un partido político: el PSUV que acaba de realizar su III Congreso y que se propone un conjunto de correctivos que ajusten mejor su condición de vanguardia y de impulsor del Gran Polo Patriótico, para dotar a la Revolución de una dirección colectiva. Adelante pues, no detengamos nuestra marcha.

QUE VIVA CHÁVEZ!!!
QUE VIVA EL PUEBLO VENEZOLANO!!!
QUE VIVA LA REVOLUCIÓN BOLIVARIANA Y SOCIALISTA DEL SIGLO XXI!!!