Marco
Aurelio Alegría Marcano
A MANERA DE
INTRODUCCIÓN
No son pocos los
que transitan su existir de forma
imperceptible, anodina, insustancial, intrascendente. Y cuando se van, se
pregunta uno ¿qué dejan? Otros tienen un transitar que trasciende su marcha de
este mundo. Son los que dejan huella. Pero hay huellas y huellas. Unas son más
trascendentes que otras. Unas son más profundas, anchas y extensas en relación
a las dejadas por otros. Unas son de ámbito circunscrito a espacios limitados,
o que perduran por tiempos también limitados, pero otras no conocen ni espacios,
ni tiempos y se hacen universales e imperecederas.
De la naturaleza, condición y carácter de las huellas también
podría predicarse de forma extensa. Por ejemplo, hay quienes transitan por la
vida de forma que se hace ampliamente evidente, con impresionante accionar y
obra efectuada, pero en la dimensión del mal, de lo negativo, de lo que no debe
reconocerse y que por más que se quieran hacer desaparecer, allí continúan presentes e inmutables. De ese tipo de huellas
nos apartamos; no nos interesan.
Pero sí nos resulta pertinente aludir a aquellas huellas
dejadas por seres, en su existir y transitar, que son la consecuencia de
pensamientos, acciones, hechos, que enaltecen, que honran, por la
identificación con las causas humanistas y sociales. Esas son las huellas que
nos importan. Esas son las huellas que al trascender se convierten en lecciones
de vida, e incluso transformarse en ejemplos a seguir.
Muchos nos preguntamos qué dejó, o que quedó, luego del
existir de ese hombre inmenso que se llamó HUGO
RAFAEL CHÁVEZ FRÍAS. Se habla del
testamento Chávez, se habla del legado
Chávez; pero que se sepa no testó ni legó sobre ningún bien material o
patrimonial, porque nada de esto dejó. Pero sí podemos predicar acerca de lo
que quedó de su vivir, de su transitar; y decimos sin ningún asomo de duda: QUEDÓ MUCHO, MUCHÍSIMO.QUEDA UNA HUELLA DE ESE TRANSITAR SUYO,
muy profunda, muy ancha, muy extensa; de ámbito prácticamente universal, que
muy probablemente perdurará en el tiempo. Huella que es ya, lo más
significativo y preciado, UNA LECCIÓN DE
VIDA, UN EJEMPLO: por haber sido un cabal revolucionario; un militante de las causas más nobles y
humanistas que pudieren existir: las de la libertad, la justicia, la igualdad y
la solidaridad; partícipe y protagonista principalísimo de grandes ejecutorias
revolucionarias a favor de los pueblos; pedagogo y maestro que enseñó con su
constante prédica y su permanente hacer; y su condición de constructor de
sueños, ideas y pensamientos que impulsaron y le dieron base teórica a esos
cambios y transformaciones profundas operados en nuestra Venezuela en apenas un
corto tiempo; esto es, la de esos años que transcurrieron desde aquel grito del
“Por Ahora” de 1992, luego su
sorprendente triunfo electoral de 1998, hasta su fallecimiento (5 marzo
2013). Ni más ni menos: UNA LECCIÓN DE VIDA.
Pondremos sobre esta mesa elementos variados y distintos que,
en su conjunto le otorgan significación a eso que denominamos el ejemplo
Chávez, su lección de vida. Un ejemplo
que no tan sólo es para los venezolanos, sino para los latinoamericanos y
caribeños, y desde luego, para los hermanos del mundo todo. En fin, lección de
vida y ejemplo para la posteridad.
El presente trabajo lo estructuramos en dos partes centrales
y una especie de epílogo necesario.
En la primera, abordamos el ejemplo Chávez partiendo de lo
que consideramos las facetas suyas, personales, más reveladoras para reafirmar su
condición de gran líder y conductor.
En la segunda parte, tratamos el ejemplo Chávez desde la
perspectiva de lo que, también en criterio nuestro, fueron los hechos y las realizaciones
claves que apuntalan la Revolución Bolivariana Venezolana y en los que el
aporte y la participación del comandante fue decisiva. Dicho de otra manera,
todos aquellos hechos y realizaciones que a la ida del comandante quedan como
expresión legítima de lo que fue su hacer.
En el Epílogo nos permitimos plantear y dejar algunas
reflexiones finales que responden a interrogantes necesarias, a saber:
¿Estaríamos donde estamos sin haber contado con este hombre excepcional? Y,
producida su ida de este mundo otras preguntas obligantes: ¿Y, ahora qué
tenemos por delante, qué nos aguarda? ¿Acaso retroceso? ¿Acaso estancamiento?
¿O por el contrario, avanzar y profundizar lo andado?
I
EJEMPLO CHÁVEZ
FACETAS PERSONALES SUYAS QUE
REAFIRMAN SU CONDICIÓN
DE GRAN LÍDER Y CONDUCTOR
Nos referimos en esta Parte I a unas cuantas facetas personales del
Comandante que reafirman de forma contundente su condición de gran líder y conductor.
Abarcaremos al Chávez Hombre, al Chávez Pueblo, al Chávez Bolivariano, al
Chávez Incorruptible, al Chávez Revolucionario, al Chávez Antiimperialista y
Socialista, al Chávez Fidelista, al Chávez Internacionalista, al Chávez Ambientalista, al Chávez Indigenista y al
Chávez Incercable. Comencemos:
1. CHÁVEZ HOMBRE
Demasiado importante para nosotros el que admitamos que
CHÁVEZ fue un hombre real, de carne y huesos; no fue un superhombre, ni un
extraterrestre, ni un profeta o mesías, ni un genio o mago, simplemente un
hombre, pero eso sí: un hombre excepcional, un hombre distinto al común,
imperfecto, con cualidades y virtudes, defectos y carencias; que por existir y
vivir incurrió en aciertos pero también en desaciertos. No cometamos la
insensatez de contribuir a crear de él ni mitos ni leyendas. O considerarlo iluminado,
santo, o endiosarlo, o canonizarlo.
Utilicemos palabras del propio Chávez:
… porque lo que está ocurriendo en Venezuela no es que un
hombre providencial ha llegado. No hay hombres providenciales. El único, Jesús
de Nazareth. No hay individualidades todopoderosas que puedan torcer el rumbo
de la historia, absolutamente falso ese concepto. No hay caudillos beneméritos
y plenipotenciarios que puedan señalar y conducir y hacer el camino de los
pueblos. Mentira. Se trata (la nuestra) de una verdadera Revolución y de un
Pueblo que galopa, eso sí es verdad.
Repitamos, aceptemos que fue un hombre muy especial,
excepcional, que brilló con luz propia y se destacó más por sus cualidades y
virtudes que por sus defectos y carencias; más por sus aciertos que por sus
desaciertos. Y sobre todo por sus sueños, sus ideales y su pensamiento siempre
de avanzada y de progresivo curtimiento y maduración.
Chávez fue un hombre de principios, valores y moral propios
de su origen humilde, sujeto de familia y hogar honestos; de actuar sencillo,
generoso y solidario; de formación republicana y patriota; producto de la
inspiración por los grandes hombres que cultivaron su pensamiento, entre otros:
Cristo, Bolívar, Simón Rodríguez, Ezequiel Zamora. De allí las cualidades que
se pusieron de bulto en sus realizaciones y ejecutorias: temple, audacia,
arrojo y valentía; lealtad y fidelidad; persistencia y firmeza; energía y vehemencia;
lucidez y raciocinio propios de una inteligencia altamente desarrollada;
dedicación y esmero en el marco de una descomunal capacidad para el trabajo;
sentido humanista y profundos sentimientos de amor y de ternura que tanto lo
distinguieron. Todas estas cualidades lo hicieron el buen revolucionario que
fue hasta el último segundo de su existir, y el gran e indiscutido líder de la
Revolución Bolivariana Venezolana.
Claro está, no infalible, porque como cualquier otro hombre
cometió errores y se equivocó dados sus defectos y carencias como persona. Por
ejemplo, a veces aparecía como un ser intemperante, de verborrea exagerada aun
cuando elocuente y agradable; confiado, benevolente, tolerante y complaciente,
en demasía, fundamentalmente con algunos
de su entorno de amigos e íntimos; poco dado a delegar; empecinado y terco pero
no obstante capaz de reconocer cuando el fallo sobrevenía.
Como dijera alguien, no cometamos la insensatez de reducir
este ejemplo al frio mármol o al inmaculado mausoleo. Tengámoslo siempre como
hijo y parte del pueblo y sus luchas, capaz de admitir un error en medidas
anunciadas o una desviación en el rumbo del proceso, dándole paso a la crítica
y a la autocrítica. No incurramos en el nocivo culto a la personalidad ni
atribuirle los supuestos dones de la infalibilidad o de la omnisciencia, o de
la omnipotencia. Nada de eso. Nunca jamás lo despojemos de su naturaleza
humana.
El propio Hugo Chávez sintió verdadera devoción por su abuela
Rosa Inés. Y de ella se expresó así, con estas hermosas palabras:
Al lado de Rosa Inés conocí la humildad, la pobreza, el
dolor, el no tener a veces para la comida; supe de las injusticias de este
mundo. Aprendí con ella a trabajar y a cosechar. Conocí la solidaridad: “Huguito, vaya y llévele a doña Rosa
Figueredo esta hallaca, este poquito de dulce”. Me tocaba ir, en su nombre,
repartiendo platicos a las amigas y a los amigos que no tenían nada, o casi nasa,
como nosotros. Y siempre venía también de vuelta con otras cositas que mandaban
de allá: “Llévele a Doña Rosa esto”.
Y era un dulce o alguna otra cosita de comida, que si una mazamorra o un
bollito de maíz. Yo aprendí con ella los principios y los valores del
venezolano humilde, de los que nunca tuvieron nada y que constituyen el alma de
mi país.
Germán Sánchez Otero, por muchos años Embajador de Cuba en
Venezuela, rememora en una Carta del 23 de noviembre de 2004, aspectos que
revelan elementos del carácter y la personalidad del Chávez Hombre, de
obligante reseña. Por ejemplo, la impresión que le causó la primera vez que
tuvo contacto físico con él. Era 1994. Esto escribió:
Chávez es un líder espléndido, sin moldes evidentes … poseía
el don de los iniciadores de algo nuevo, aunque todavía él mismo no supiera
cómo iba a lograrlo y tal vez hasta podrían frustrarse su liderazgo y sueños,
pues aún tenía más preguntas que respuestas, en su cabeza arremolinada, y los
obstáculos eran descomunales … no tenía una idea clara de cómo alcanzar el
poder, pero sí traslucía la certeza de que lo iba a lograr … Me conmovió su
afán de revivir a Bolívar, y buena parte de la conversación la dedicó a cómo
promover en nuestro tiempo el proyecto histórico del Congreso Anfictiónico … En
todo ello pensaba cuando salí del pequeño apartamento donde había dialogado con
Hugo Chávez dos horas y quedé fascinado por su elocuencia, la frescura de sus
ideas y la convicción luminosa de que lograría conducir a su pueblo y
reencontrar el derrotero de Bolívar.
El mismo Sánchez Otero, diez años después de esa primera
entrevista con Chávez, volvió a conversar con él. Esta vez señaló:
Si hace diez años no pude encasillar a Chávez, hoy me siento
solamente capaz de coincidir con mucha gente que ve en él a una persona
amorosa, esencialmente solidaria con los desposeídos, sencilla y vasta como los
llanos donde nació; hijo pródigo y leal de Barinas, y de la Venezuela honrada y
digna … con mucha gente que ve en él a un dirigente con inmensas facultades
creativas y en plena evolución; un comandante en Jefe revolucionario que brotó
de su pueblo y como nadie en Venezuela ha sido capaz de renacer a Bolívar,
Miranda, Robinson, Sucre, Zamora, Martí, Che Guevara, -sus próceres más admirados-, y desde ellos y
con su propio ejemplo y lucidez ha incentivado el despertar de su nación.
Chávez logró lo que Bolívar no pudo hacer en su tiempo y Martí reclamó después:
mellarle el diente a los ingratos. Ese líder experimentado de hoy, comprende
que su fuerza invencible le vendrá siempre del dolor y el amor que siente por
los pobres de su tierra y de otros confines, y sabe además gracias a estos años
de batallar, quiénes son y dónde están los enemigos y aliados, dentro y fuera
de Venezuela. Eso nos hace confiar más en él.
Lo que más me impresiona de Chávez hoy -continúa Sánchez
Otero- es su alegría de vivir y su espontánea manera de contagiar a los demás
con su sonrisa, y a la vez la honda angustia que a veces lo embarga por no
poder erradicar la pobreza con más rapidez. Él ha expresado que los peores
enemigos de la Revolución también están dentro de ella, y que son necesarios
formidables emprendimientos para transformar de raíz las estructuras materiales
y mentales del viejo régimen, aún muy poderoso y actuante. Estoy seguro que ese
ser humano cautivador e iconoclasta, fiero y tierno, conducirá a su pueblo
hacia la victoria plena.
2. CHÁVEZ PUEBLO
“Ya Chávez no soy yo,
Chávez eres tú, Chávez es ella, Chávez son ustedes, Chávez es el mismo pueblo”. Tal fue el nivel de identificación
y compenetración del Comandante con su pueblo. Y del pueblo con su Comandante.
Un verdadero y auténtico binomio que cada día hasta su muerte, incluso más allá
de ésta, tendió siempre al crecimiento y a la consolidación. Nunca antes se
apreció una conexión tan cercana a lo perfecto como ésta que se dio entre
Chávez y la gente. Y tenía que ser así porque Chávez era pueblo, venido del
pueblo más humilde, que al pueblo se entregó en alma y cuerpo. Desde luego, el
pueblo se le entregó a él también en alma y cuerpo. Fue la conexión del amor
mutuamente expresado, del amor correspondido. Por eso era mucho lo que le
agradaba decir: “amor con amor se paga”,
en el marco de una espiritualidad cautivante.
¿Cómo explicarlo? Sencillo. Chávez hombre lo explica. Entre
pueblo y él no existieron límites ni barreras. El pueblo así lo sintió. Su
comunicación abierta y franca, sencilla y elocuente, sin poses, ni
afectaciones, ni fingimientos, informal y sincera, la convirtieron en un
vínculo indestructible. Una permanente comunicación que se acompañó con mucha
pasión, vehemencia, verdades, anécdotas; añoranzas, recuerdos e historias; alto
sentido pedagógico y de la enseñanza siempre a flor de labio; canciones y
poemas, risas y hasta lágrimas. Ese era el Chávez sentimiento, el Chávez amor,
el Chávez pueblo. Tanto que el discurso chavista se ha convertido en el idioma
de los defensores de la causa latinoamericanista y caribeña.
Al hablar del Chávez pueblo nos resulta obligante la alusión
del Chávez incluyente, del Chávez que hizo visible al mismo pueblo, sus
necesidades y carencias; al Chávez que reivindicó a los pueblos indígenas, a
los afrodescendientes, a los discapacitados, al mundo sexo-diverso; desde luego
a los niños, niñas, adolescentes y mujeres. Muchas veces repitió esta
expresión:
Los hombres individuales no hacemos la historia sin el apoyo
de los pueblos, sin el apoyo de nuestros pueblos, imposible que hubiésemos
hecho nada de lo que hasta ahora hemos hecho; son los pueblos el combustible de
la máquina de la historia. Los líderes circunstanciales somos consecuencia, no
somos causa.
Desmitificó el ejercicio del poder, lo hizo más cercano al
pueblo, pero para mejor decir reconoció que es en el pueblo donde radica el
poder originario, el verdadero poder, el poder soberano, el poder
constituyente. Además, hizo suyo el principio “mandar obedeciendo al pueblo”. Y su mayor angustia y preocupación
la constituyó la absoluta necesidad de la elevación de los niveles de
conciencia y formación del pueblo, conciencia social y revolucionaria,
formación revolucionaria; de allí que no olvidará nunca, en cualquiera
exposición o comunicación, poner sobre la mesa los dos aspectos fundamentales:
acción y teoría, teoría y acción, como buen maestro que fue.
3. CHÁVEZ BOLIVARIANO
No sabemos, en propiedad, en cual momento Chávez se encontró
y se consustanció, de la forma como lo hizo, con el pensamiento, ideario y
realizaciones del Padre de la Patria, de nuestro Simón Bolívar. Eso fue
determinante en la vida de Chávez, marcó su existir y su vivir. Debemos aceptar
que el Comandante se constituyó en uno
de aquellos (pocos diríamos) que han conocido tan profundamente al Bolívar
Libertador. Bebió con deleite y apego las enseñanzas que se derivan de lo que
con orgullo patrio admitimos como la doctrina bolivariana. Se inspiró en él, lo
tuvo de ejemplo, lo estudio con pasión, abnegación y admiración.
Indagó y
escudriñó todas y cada una de las facetas y etapas de su existir. Habló de
forma detallada de sus ejecutorias y realizaciones. Supo de sus amores, amigos
y enemigos. Tuvo el extraordinario mérito, en estos tiempos de ahora, de
traérnoslo de regreso, de bajarlo de las estatuas y sacarlo de los sagrarios,
para ayudarnos, su pensamiento, a guiar nuestros pasos en las complejidades de
las luchas y de los retos presentes y por venir. Lo sedujo y lo emocionó esa su
trascendencia que traspasó fronteras y se elevó por todos los confines.
Si comentamos antes de la existencia de un auténtico binomio
Chávez-Pueblo, por supuesto que también debemos aceptar este otro binomio, el
Bolívar-Chávez, del que nos sentimos tan orgullosos. Pero del mismo modo hagamos mención del
binomio Pueblo-Revolución y del otro: Chávez-Revolución.
El Bolivarianismo con Chávez cobra dimensiones inconmensurables
y se erige en pensamiento infaltable para, asumiéndolo, tal como Chávez lo
asumió, servirle a él de guía y de faro de sabiduría y conciencia. Desde luego,
para Chávez, complementado con las enseñanzas de Simón Rodríguez y la
reciedumbre del general del pueblo Ezequiel Zamora. Lo que para Chávez
significó el Árbol de las Tres Raíces.
Sobre este sentimiento bolivariano, y cómo surgió, nos sirve
lo que expresó el Comandante en una entrevista a la periodista Rosa Miriam
Elizalde. Veamos:
A mi promoción le dieron el nombre de Bolívar. Ese fue para
mí un gran día de emoción y júbilo. Se oponían algunos viejos militares,
quienes argumentaban que el nombre de Bolívar era muy grande para un grupo, que surgía enorme el compromiso que
llevaríamos, que ya había otra promoción llamada de esa manera – la de 1940-
Aun así, nos dieron ese nombre y a partir de entonces no fuimos otra cosa que
“los bolivarianos”, y nos sentíamos como tales.
Desde la Academia, no sólo impartía de vez en cuando algunas
charlas a los soldados sobre el pensamiento del Libertador, sino que cuando me
tocaba sancionar a los cadetes, jamás les imponía un esfuerzo físico –dar
vueltas al patio corriendo, que era lo que se hacía- sino que los paraba en
grupitos frente a la estatua de Bolívar. Les leía sus textos, o los llevaba a
un salón de clases, a la hora del casino y de la diversión, y les contaba
pasajes de la Campaña Admirable.
Esa pasión por Bolívar comenzó en aquellos años, estudiando
la Historia Militar con el general Jacinto Pérez Arcay y con el comandante
Betancourt Infante, que era otro excelente instructor de Historia.
Cuando Carlos Andrés Pérez, me entregó el sable de graduado
en la Academia, ya yo traía el acimut, la brújula perfectamente orientada. El
Hugo Chávez que entró allí fue un muchacho del monte, un llanero con
aspiraciones de jugador de beisbol profesional. Cuatro años después, salió un
subteniente que había tomado el rumbo del camino revolucionario con las
banderas de Bolívar.
Resulta más que evidente que jamás podremos ser libres y
soberanos sin independencia ni descolonización política, económica y cultural,
para todo lo cual asirse al Bolivarianismo, al Robinsonismo y al Zamoranismo,
nos lucen premisas inevadibles. Sobre este tópico, el documento central que el
PSUV discutió en su recién terminado III Congreso, nos trae párrafos como los
que a continuación transcribimos y que en su conjunto son indicativos del valor
que debemos asignarle a los aportes de estos tres indiscutidos patriotas:
Bolívar, Simón Rodríguez y Ezequiel Zamora. Veamos:
Sin duda alguna quien garantiza la prolongación histórica y
vigente del cuerpo ideológico orgánico de la Doctrina Bolivariana, hace que su
cuerpo ideológico vivo, dinámico, dialéctico, crítico-autocrítico, creador,
realizador y pleno de valores y virtudes es el pensamiento y praxis del
Comandante Supremo Hugo Chávez Frías.
La ideología es lo sustantivo de la conciencia
revolucionaria, es lo nutritivo, es la virtud y el compromiso de hacer un modo
de vida la creencia del cuerpo de doctrina y socializarla con la fuerza
colectiva de los pueblos. El Comandante Chávez tiene el mérito de enriquecer y
hacer viva la doctrina del Libertador Bolívar, apelando a su contenido vigente,
realizable y victorioso, que unifica la Patria, y la proyecta como patrimonio
soberano del mundo a través de los procesos de integración y unión.
Igualmente (refiriéndose a Chávez) toma del libro de Simón
Rodríguez: “Sociedades Americanas” 1828, la fuerza que tiene la nación y la
patria de contar con un proyecto nacional que unifique, pero que tenga como
patrimonio las fuerzas creadoras del hombre y su cultura.
Ahí está presente la causa de la ideología: la naturaleza de
la educación, qué, cómo y para qué se aprende desde la perspectiva de la
Revolución Bolivariana, mediante el aprendizaje crítico que impulsa la
producción de conocimiento para la libertad y para la realización colectiva
como realización individual, que se materializa en el amor a la Patria, la
solidaridad social y la inclusión social.
Con el ideario del General Ezequiel Zamora, integra (Chávez)
el Árbol de las Tres Raíces, donde relaciona estratégicamente la revolución
federal con la causa de la independencia de Bolívar, de hacerla realidad, es
decir, la toma del poder es un asunto base para las revoluciones de pueblos
decididos a liberarse de las cadenas de explotación
Destaca (Chávez) el
valor estratégico y político de la revolución que es transformar radicalmente
la sociedad, para edificar la democracia del pueblo: participativa, protagónica y solidaria. La fortalece con la
emancipación de los excluidos al promulgar leyes inexorables de justicia porque
es creyente de los poderes creadores del pueblo.
4. CHÁVEZ INCORRUPTIBLE
Sobre esta faceta del ejemplo que Chávez deja al irse,
sobresale su condición de hombre incorruptible. Nos valdremos de lo que dijo en
un Aló Presidente, correspondiente a su edición del 13 de febrero de 2011, para
retratarlo de cuerpo completo en lo que fue una de sus batallas existenciales:
la lucha contra la corrupción y su necesaria persecución a lo interno del
propio gobierno. Dijo lo siguiente:
Si yo fuera delegado y ustedes ven
que tengo un Volkswagen, yo lo tuve y vivía en un apartamentico en Maracay, y
de un día para otro aparezco con una tremenda camioneta, ya eso les obligaría a
decir: “¿…qué le pasa a Chávez? ¿Qué está
haciendo Chávez? ¿De dónde sacó esa camioneta?”. Y de repente me mudo a una
quintota en la zona más rica, entonces….vestido como cualquiera de nosotros y
de repente ando con tremendo traje… mansión… una y dos y tres camionetotas… y me la paso por
allá en clubes privados…. El Partido, entonces,
tiene que hacer algo. Miren, a la primera señal hay que hacer algo… No
es que hay que esperar que tenga cuatro aviones, cuatro camionetas y mansiones.
Este Partido tiene que apretarse las correas morales. Nuestro Partido, nuestro
gobierno, debemos dar el ejemplo de transparencia, de honestidad a toda prueba
y más allá. Por ello digo yo, qué bueno sería que hagamos más, mucho más, que
el sólo hecho de la transparencia... el que tenga algo puede aportarlo,
mostrarlo. Despréndase. Desprendámonos. Demos ejemplo de desprendimiento si es
que queremos ser vanguardia de verdad, y si no, somos retaguardia. El que
quiera hacer dinero no puede estar ni siquiera en la retaguardia. Fuera… allá
lejos. Fuera… más bien, en las filas enemigas.
5. CHÁVEZ REVOLUCIONARIO
Esta es otra afirmación irrebatible. Chávez fue un
revolucionario genuino. En su discurso de toma de posesión ante el extinto
Congreso Nacional (2 de febrero de 1999), refiriéndose a propuesta de cambio en
lo político, sentenció:
Nosotros tenemos que darle cauce a un movimiento que corre
por toda Venezuela. Esa resurrección a la que yo me refería tiene una fuerte
carga, moral, social; es un pueblo que recuperó por su propia acción, por sus
propios dolores, por sus propios amores, recuperó la conciencia de sí mismo y
allí está clamando, en las afueras del Capitolio, y por donde quiera que
vayamos. Eso no tiene otro nombre que una revolución.
Terminado el siglo XX y comenzando el siglo XXI venezolano, aquí
se desató una verdadera revolución señores, y yo tengo la certeza de que
nosotros le vamos a dar cauce pacífico, que nosotros le vamos a dar cauce
democrático a esa revolución que anda desatada por todas partes.
Y en la oportunidad de discurrir Chávez en la Asamblea
Nacional Constituyente (agosto 1999) sobre lo que acontecía para ese momento:
esfuerzo dirigido a la refundación de la República (aprobación referéndum,
elección de constituyentistas, instalación Asamblea Nacional Constituyente para
redacción de la nueva Constitución),
expresó:
Que cosa tan grande también es la revolución. Yo también
lamento mucho que algunos venezolanos todavía a estas alturas no se den cuenta
o no quieran darse cuenta que estamos en el mero epicentro de un profundo, de
un verdadero, de un indetenible proceso revolucionario que no tiene marcha atrás…
Es una revolución lo que está ocurriendo y nada ni nadie podrá evitarla. En
vano tratarán de evitarla, y han tratado de hacerlo, pero veamos el resultado.
Ustedes son, esta Asamblea es resultado, consecuencia de un proceso en marcha,
y ustedes además de ser consecuencia, ahora dialécticamente, hermosamente se
transformarán en causas de otras consecuencias, de una cadena de fenómenos.
Indetenibles.
Lo que sigue igualmente es de la autoría de Chávez (del mismo
discurso):
La revolución no se planifica, yo soy de los que creo que no
es planificable una revolución. Cuando en una ocasión Herodes le escribía a un
amigo en Roma, desde Jerusalén y le decía: “aquí
estoy, aquí no pasa nada, me invade la modorra” y estaba escribiendo esa
carta, pero al mismo tiempo que escribía eso, por la ventana de su casa, del
palacio de Herodes, allá por la calle, iba pasando en un burro un flaco llamado
Jesús, y Herodes estaba escribiendo: “aquí
no está pasando nada”. Hay muchos, casi todos los hombres no nos damos
cuenta cuando pasa Jesús por la ventana en su burro. Las revoluciones nacen por
sí solas, tienen sus propias leyes, como la historia, son hijas de la historia.
Las revoluciones son como la tempestad, como el viento fuerte del que hablaba
el grande Miguel Ángel Asturias. Viento fuerte, no son planificables los
vientos fuertes ni tampoco son detenibles. Se puede volar con ellos, se puede
sobrevivir con ellos; si acaso, si hay la suficiente inteligencia, altura y
capacidad para volar en el ojo de la tormenta o para navegar en el ojo del
huracán. Eso sí es posible. Pero detenerlo, imposible.
Vicente Salias, cuando hace muchos años, en 1810 –era jueves
santo, era 19 de abril- fue a las puertas de la Catedral y haló por la manga de
la camisa o de la casaca al capitán general español don Vicente Emparan y lo
conminó a ir a Cabildo, él no sabía que con ese halón de manga al Capitán
General, estaba comenzando, en un contexto mucho más amplio, una revolución…cuando
los habitantes de Guarenas comenzaron a protestar por el incremento del
combustible, cuando los habitantes de Guarenas se fueron a la calle a protestar
con una huelga, haciendo uso del derecho a la resistencia, ellos no estaban
planificando una revolución. O allá en la Francia de 1789, los campesinos
amotinados o los que decapitaron al rey tampoco estaban planificando con eso
una revolución. A lo mejor ni siquiera se imaginaban las consecuencias de
aquello. El lunes 3 de febrero de 1992, los soldados bolivarianos que salían a
ocupar posiciones en todo el país, no sabían plenamente lo que se iba a desatar
con aquel gesto del 4 de febrero de 1992. Es una revolución que se hizo
presente e impone su propio ritmo. Pueblo y revolución. Sólo los pueblos pueden
hacer revoluciones y la revolución no será tal jamás, sin ese impulso vital del
pueblo consciente de su pasado y con una voluntad en su presente y dispuesto a
todo por hacer realidad su sueño, su voluntad.
Y esto otro también
Hoy en Venezuela y con gran claridad, el binomio de la
historia (se refiere al binomio pueblo-revolución) se ha hecho presente.
Tenemos pueblo y hay una revolución en marcha y es el pueblo el que guiará ese
potro libre de la revolución.
Hoy pudiéramos decir que la revolución viene de allá, sin
duda alguna. Es Bolívar que vuelve con su clara visión, con su espada
desenvainada, con su verbo y con su doctrina. Seamos audaces hermanos, nosotros
tenemos herencia, nosotros tenemos barro, nosotros tenemos semilla para
inventar aquí de nuevo o reinventar un concepto revolucionario y una práctica
revolucionaria propia, a la venezolana, para ser ejemplo del mundo.
Así, con esos orígenes,
se viene construyendo el Proyecto Nacional Bolivariano que tiene como
objetivo un nuevo modelo democrático social apartado de los valores del modelo
liberal moderno; claro ésta, una nueva República que lo encarna, con fundamento
en el Árbol de las tres raíces; también en la base ideológica del grupo de
militares que se alzaron en 1992 bajo el nombre de Movimiento Bolivariano
Revolucionario-200.
Demos término a esta faceta del ejemplo de Chávez
Revolucionario con una expresión suya que se remonta al antes del triunfo
electoral de 1998, en una de sus apariciones públicas, dijo: “He visto una revolución en los ojos del
pueblo. La gente pobre lo que quiere no es un triunfo electoral; tienen la
esperanza de que se inicie una revolución social”.
6. CHÁVEZ ANTI-IMPERIALISTA Y SOCIALISTA
También anti-capItalista y anti-neoliberal- El pensamiento
revolucionario en Chávez fue haciéndose en el desarrollo mismo del proceso que
le tocó vivir cada vez más denso y profundo que en sus inicios, más completo y
definido, más radical y transformador, más categórico y preciso, más universal.
En ello contribuyeron, como es lógico deducirlo, varios factores todos
concatenados, a saber: las actividades de la contrarrevolución en su
desesperado afán de derrumbar los intentos y acciones de la revolución en
cierne, esto es, el recrudecimiento de la confrontación entre gente decidida a
producir cambios y los que niegan y rechazan esos cambios por no estar
dispuestos a perder ni su poder, ni sus prerrogativas, ni sus escandalosas
ganancias y beneficios; que no están dispuestos a permitir que nadie ose
tocarles sus intereses de clase dominante y clase gobernante. Desde luego que también contribuyó esa sabia
relación dialéctica de teoría y práctica, práctica y teoría, puesta al servicio
de avanzar en los cambios y transformaciones propuestos. La necesidad imperiosa
que surgió para profundizar en el conocimiento de las cosas, el manejo de lo
coyuntural y lo estratégico, la revisión de experiencias. Todo eso acreció en
una personalidad como la de Chávez, de pensar profundo y de accionar
consecuente, hasta producir definiciones de esas que por su contundencia causan
estremecimientos y marcan límite entre el antes y el después. Por supuesto, nos
referimos a las declaraciones hechas de asumir (el proceso revolucionario
bolivariano) carácter anti-imperialista, carácter socialista. Tal como ocurrió,
la primera a mediados del 2004, la segunda en el 2005.
Pero llegado a este punto nos ha parecido que con palabras
del propio Chávez debemos referirnos a este asunto, precisamente para hacerlo
de la forma más fiel posible. Téngase presente que no se trata de algo
superficial o simple y que queremos abordarlo con la mayor transparencia
posible, para que nos formemos una idea exacta de cómo en el Comandante Chávez
operó ese desarrollo evolutivo de ver y apreciar las cosas, que sólo mentes
privilegiadas, como las de él, son
capaces de generar. Para esto nos va a servir una muy elocuente y poco conocida
entrevista que a Chávez le hizo la Revista Chilena Punto Final, a través de su
Director, periodista Manuel Cabieses Donoso, aparecida en el N° 597, de fecha 5 agosto 2005. La entrevista se
llevó a cabo el día 27 de julio 2005, en el Palacio de Miraflores, Caracas. La conversación
es larga, y de ella extraeremos los párrafos más significativos en cuanto al
punto. Iniciemos:
-El periodista (MCD). Presidente: lo primero que quiero
plantearle es el interés por conocer algunas ideas sobre una discusión que
usted mismo ha provocado, tanto en Venezuela como en América Latina. Me refiero
al socialismo del siglo XXI. El tema es muy atractivo para los lectores de
Punto Final y para la Izquierda en general en muchos países. Imaginar un nuevo
socialismo es todo un desafío, no sólo intelectual sino político. Me parece que
su intención es que un conjunto de ideas sean elaboradas por amplios sectores
sociales y políticos, no esperar la receta de un Carlos Marx que nos ilumine
sobre lo que hay que hacer. Sin embargo, usted puede estimular esta discusión
con algunas ideas y propuestas de lo que considera debería ser el socialismo
del siglo XXI.
Respuesta:
HCH. Mira, Manuel,…entremos al tema del socialismo del siglo
XXI. Primero, en lo personal se trata de un asunto de conciencia. ¿Por qué?
Porque uno viene evolucionando en su pensamiento. En mi caso, he venido
adquiriendo entre la teoría, los debates, las discusiones y la praxis, de lo
que está ocurriendo en Venezuela. Estos seis años, Manuel, han sido muy ricos,
nos han nutrido desde el punto de vista de las ideas. Han alimentado nuestro
pensamiento. Como sabes, estoy pronto a cumplir 51 años. Comencé en esta lucha
allá por los años 80. Recordaba hace un rato con Beto Almeida (dirigente social
brasileño), que poco antes de los 80 comenzamos a formar en el seno del
ejército una corriente bolivariana y nacionalista que ni siquiera se planteaba
una revolución. A mediados de los 80 propuse a mis compañeros militares agregar
la letra R –de revolución- a la sigla de nuestro movimiento que se llamaba
EB-200 (Ejército Bolivariano 200) porque en 1983 era el bicentenario del
nacimiento de Bolívar. El movimiento nació en 1982 en un acto simbólico. En
realidad era una pequeña célula clandestina. Por el año 87 dimos una discusión
dura. El movimiento había crecido pero todavía éramos pequeños grupos, que al
fin nos definimos como un movimiento bolivariano revolucionario. Lo que
perseguíamos era eso, una revolución, una transformación política, social,
económica y cultural inspirada en el planteamiento de Bolívar. Diseñamos así lo
que hemos llamado el Árbol de las Tres Raíces, que es nuestra fuente
ideológica. Consiste en la raíz bolivariana (su planteamiento de igualdad y
libertad y su visión geopolítica de integración de América Latina); la raíz
zamorana (por Ezequiel Zamora, el general del pueblo soberano y la unidad
cívico-militar) y la raíz robinsoniana (por Simón Rodríguez, el maestro de
Bolívar, el Robinson, el sabio de la educación popular, la libertad y la
igualdad). Este Árbol de las Tres Raíces dio sustancia ideológica a nuestro
movimiento.
-El periodista (MCD).
¿Pero entre ustedes había militares con formación marxista?
Respuesta. Sí, los había. Mis primeros contactos con el mundo
político, por ejemplo, fueron con un ex-guerrillero venezolano a quien respeto
mucho, Douglas Bravo. Me reuní con él varias veces, incluso antes que naciera
nuestro movimiento. Douglas dirigía el movimiento Ruptura, que tenía una
revista del mismo nombre (Bravo procedía del PCV y fue comandante de las
Fuerzas Armadas de Liberación Nacional -FALN- en los años 60. N. de PF). Luego
me reuní también con la Causa R originaria, aquel movimiento que fundó Alfredo
Maneiro, de claro planteamiento marxista. Sin embargo, eran los años en que
comenzaba a resquebrajarse la Unión Soviética. Vimos cómo el planteamiento
socialista fue desapareciendo, incluso en los círculos y publicaciones que
venían del marxismo, y algunos hasta de la lucha armada- Luego vino en
Venezuela la rebelión militar del 4 de febrero de 1992. Pero este movimiento
bolivariano no tenía un planteamiento socialista. Si revisas declaraciones mías
de esos años, cuando nos preguntaban si éramos de izquierda o derecha
contestábamos: “No, no, esa división no
existe”. Era una posición neutra, desconectada de la realidad pero muy
influida por todo aquello del “fin de la
historia”, la caída de la URSS, etc. Luego viene la fase actual: llegamos
al gobierno en 1999 y se formula el planteamiento fe la revolución bolivariana
que da un salto –como debes recordar- después del golpe de estado de abril de
2002. Es entonces cuando esta revolución se declara anti-imperialista. Nunca lo
habíamos asumido así. Fue la respuesta que dimos al golpe y nuestro pueblo lo
asumió con mucho vigor.
El periodista (MCD). ¿Una réplica a la intervención
imperialista en el gobierno?
Respuesta. Exactamente. Fue una respuesta a lo que estábamos
viviendo. Quizás, Manuel, en los primeros años de nuestro gobierno –y te
confieso que yo lo viví aunque por poco tiempo- hubo la ilusión de que podíamos
estar bien con Dios y con el diablo. Alguna gente que se me acercó y que hasta
cierto punto me rodeó en este palacio –tú sabes que en torno al poder y a
quienes personificamos parte del poder, se van generando anillos de influencia-
llegó con un discurso de “no hay que
buscar conflictos, hay que buscar consensos”. Me dejé llevar por esa línea
en los primeros años. Eran los días de mis reuniones con Clinton y con altos
empresarios estadounidenses. Fui al Fondo Monetario Internacional, estuve en la
Bolsa de Nueva York y toqué el martillo ése… Pero llegué a descubrir, Manuel,
porque soy del monte y el montuno desarrolla un instinto especial, que me
tenían cercado. Una madrugada me metí a la central telefónica de palacio y
descubrí que allí tenían instrucciones de no pasarme ciertas llamadas. Por
ejemplo, las llamadas de Fidel Castro estaban anotadas en el libro, pero no me
las pasaban. Porque en el grupo que me rodeaba había la tesis que la relación
con Fidel Castro no era positiva ni necesaria.
El periodista (MCD). ¿Y esa gente tenía autoridad para dar
ese tipo de instrucciones a la central telefónica?
Respuesta. Pero claro, ¿Tú no recuerdas que tuve de ministro
del Interior a Luis Miquilena, por ejemplo? Él fue uno de los que articuló un
férreo cerco en torno mío … Y tuve como ministro de la Secretaría de Gobierno
nada menos que a Alfredo Peña. Y aquí venía Cisneros a almorzar con Peña. Hasta
que me fui dando cuenta que me habían montado un cerco. Entonces yo era un
muchacho, pero uno va madurando. Un general amigo, un sabio, el general Pérez
Arcay, me dijo: “Hugo, tienes que
graduarte de viejo. Aunque tengas 40 años debes ser un viejo, tienes que aprender
rápido, no puedes esperar llegar a viejo, madura ahora". Él me ayudó a
abrir los ojos. Perdona, Manuel, que tienda a alargar las respuestas, pero este
tema de la ideología nunca lo había analizado como ahora, desde una perspectiva
lejana. Bueno, ¿qué produjo todo esto? Golpe el 2002, paro patronal, sabotaje
petrolero, contragolpe, discusiones y lecturas. Llegué a la conclusión –asumo
la responsabilidad porque no lo discutí con nadie al hacerlo público en el Foro
Social Mundial de Porto Alegre- que el único camino para salir de la pobreza es
el socialismo.
En una época llegué a pensar en la tercera vía. Andaba en
problemas para interpretar el mundo. Estaba confundido, hacía lecturas
equivocadas, tenía unos asesores que me confundían todavía más. Llegué a
proponer un foro en Venezuela sobre la tercera vía de Tony Blair. Hablé y
escribí mucho sobre un capitalismo humano. Hoy estoy convencido que es
imposible. Pero esto ha sido producto de seis años de dura brega y de aprender
de mucha gente. Me convencí de que el socialismo es el camino y así lo dije en
Porto Alegre y después aquí en la Asamblea Nacional. He invité al país a un
debate. Creo que debe ser un socialismo nuevo, con planteamientos frescos,
acoplado con una nueva era que apenas está comenzando. Por eso me atreví a
llamarlo “Socialismo del Siglo XXI”
como proyecto. Creo que es un reto, un desafío. Pero me da mucho gusto ver como
el llamado no ha caído en tierra infértil. Por el contrario, ya han aparecido
hasta libros sobre el tema. En Venezuela hay un debate que va extendiéndose. El
general Alberto Müller Rojas (ex embajador en Chile. N.PF) invitó el 5 de julio
en la Asamblea Nacional, el día de la Patria, a que hagamos el Manifiesto
Socialista del Siglo XXI. Por ahora, lo que estamos haciendo es un llamado a
discutir ideas nuevas y viejas experiencias para delinear ese nuevo socialismo.
Por ejemplo, yo quiero aportar algunas ideas. Una es afirmar que el primer
socialista de nuestra Era, fue Cristo. Soy cristiano y pienso que el socialismo
debe nutrirse de las corrientes más auténticas del cristianismo. Tampoco se trata de andar
buscando a un iluminado, como tú decías, para que nos haga un modelo que vamos
a copiar todos. Sería absurdo. Vamos a hacer el socialismo desde nuestras
propias raíces, desde nuestros aborígenes, desde las comunas en Paraguay y
Brasil, desde el socialismo utópico que representó Simón Bolívar, desde el
planteamiento de Bolívar de libertad e igualdad, desde el planteamiento de
Artigas, el gran uruguayo, de que hay que invertir el orden de la justicia,
eliminando los privilegios. Creo que estamos comenzando esta tarea.
Periodista (MCD). ¿No cree, Presidente, que declarar sus
intenciones socialistas es algo prematuro en la actual situación venezolana y
latinoamericana en general? ¿No es una apuesta política muy alta?
Respuesta. Es posible que lo sea, no me creo dueño de la
verdad. Pero mi instinto político me dice que es el momento de formular ese
planteamiento. Desde el punto de vista del cálculo electoral algunos buenos
amigos y compañeros me han dicho que no era oportuno. Que mejor habría sido
esperar las elecciones de 2006 y después de ganarlas, hacer ese planteamiento.
Pero yo no veo la situación de esa manera…Creo que es el momento… A este
rebrote popular y democrático hay que darle sustancia ideológica. ¿Y cuál es?
Yo respondo, desde mi conciencia política, que es la vía socialista… Si hace
cuatro años me hubieras preguntado: ¿Chávez, hacia dónde vamos?, quizás mi
respuesta no habría sido tan precisa, aun cuando la que estoy dándote todavía
le falta muchísima precisión. Te habría dicho, como tantas veces lo dije: aquí
está la Constitución Bolivariana, este es el proyecto. Ahora creo que vamos
rumbo al socialismo. La democracia revolucionaria hay que irla orientando hacia
el socialismo.
Producidas esas declaraciones: anti-imperialista y
socialista, tales banderas fueron asumidas por el Comandante con su
característica consecuencia, temple y convencimiento. Y desde esos años 2004,
2005 hasta su muerte se convirtió en un entusiasta propulsor de las ideas y
prácticas anti-imperialistas, y de las ideas y prácticas dirigidas a abrirle
cauces al socialismo que dio en denominar SOCIALISMO BOLIVARIANO DEL SIGLO XXI.
Lógico, imposible identificarse con el socialismo sin una vinculación con el
marxismo. Y Chávez no evadió esta postura y esta identificación. Baste citar la
alusión hecha en su discurso del 15 de enero de 2010 ante la Asamblea Nacional.
En tal oportunidad dijo de la forma más tajante:
Por primera vez asumo el marxismo, como asumo el cristianismo
y bolivarianismo. Asumo el marxismo, asumo el bolivarianismo, el martianismo,
el sandinismo, el sucrismo, el mirandismo. Pero el marxismo es sin duda la
teoría más avanzada en la interpretación de la historia, de la realidad concreta
de los pueblos.
Y en relación al marxismo nos luce comprensible transcribir
párrafo de Antonio Aponte en su artículo titulado ¿Es Chávez Marxista?
Aparecido en el Diario Vea en su edición del día 17 de febrero de 2010. Veamos:
Nadie antes consiguió llevar la idea y la práctica de la
transformación radical de la sociedad tan lejos como Chávez. Nadie consiguió
difundir a tan altos niveles la discusión sobre el socialismo. Nadie colocó al
pueblo en el camino de la construcción de otro mundo. Nadie nunca desarrolló
una política internacional que modificara radicalmente las relaciones entre los
pueblos sustituyendo la relación mezquina comercial, por la relación fraterna
de las naciones. En resumen, nadie cumplió a tan elevados niveles el precepto
marxista de transformar al mundo, más que
contemplarlo”.
7. CHÁVEZ FIDELISTA.
La hija de Chávez, María Gabriela, dijo en una oportunidad: “Quiero a Fidel como a un abuelo, porque él
quiere a mi padre como aun hijo”. A Chávez lo indagaron sobre esa
afirmación y esto dijo:
Es verdad. Fidel es como un padre. Así lo veo yo también, y
una vez hasta se lo escribí. Desde hace mucho tiempo él ha sido para mí una
referencia obligada. En la cárcel leí mucho La
Historia me Absolverá, Un Grano de Maíz”, sus discursos y entrevistas… ¿Saben que le pedí a Dios en
la cárcel?: “Dios mío, quiero conocer a
Fidel, cuando salga y tenga la libertad para hablar, para decir quién soy y qué
pienso”. Pensaba mucho en eso: en salir para conocernos… A medida que han
pasado los años, Fidel se ha venido erigiendo como un padre. Así lo vemos mis
hijos, y yo, y hasta el nieto Manuelito, que dicen que se destornilló de la
risa cuando vio a Fidel.
El día martes 13 de diciembre de 1994, a escasos meses de
haber recobrado la libertad luego del sobreseimiento de la causa que se le
seguía por la insurrección de 1992, Chávez toca suelo cubano. Antes de tomar
ese vuelo que lo condujo a La Habana habló con el embajador Germán Sánchez
Otero para hacerle saber el interés por sostener entrevista con Fidel. El Embajador
dijo que elevaría esa petición a su gobierno pero no le dio seguridad de que
esa entrevista se produciría. Chávez, al respecto escribió:
Yo estaba convencido de que no vería a Fidel. La visita,
además, era por muy poco tiempo: apenas un solo día. Llegábamos en la noche de
un martes y regresábamos en la mañana del jueves. Me imaginaba que el
Presidente estaría muy ocupado y me decía a mí mismo; “si no me reciben ni los líderes uruguayos, que no son jefes de Estado
todavía; si me sacan el cuerpo los del Partido Comunista de Venezuela, que ni
siquiera me dan la palabra en sus reuniones, ¿por qué Fidel tendría que
dedicarme una parte de su precioso tiempo?”
Quién acompañaba a Chávez en ese primer viaje a Cuba cuenta
que cuando el avión aterriza y comienza a desplazarse por la pista, el piloto
(vuelo comercial) informa que el avión se detendrá en un lugar que no es el
habitual, para que desciendan dos pasajeros.
Segundos después el copiloto sale de la cabina y dirigiéndose donde se
encontraban sentados Chávez y su acompañante, le dicen: “Nos han dado instrucciones para que ustedes dos desciendan del avión.
Los espera alguna autoridad cubana”. ¿Quién?
Pregunta Chávez. “No, no sabemos.
Simplemente informaron desde la Torre de Control”. El avión se detiene y
extienden rápidamente una alfombra protocolar. Son las 9,40 de la noche.
Sigue contando el acompañante de Chávez que los dos pasajeros
bajan con sus equipajes de mano y comienzan a avanzar. En el primer golpe de
vista no distinguen a nadie conocido. Cuando han avanzado apenas unos pasos, se
topan con un hombre alto, sobrio, que pregunta por el Teniente Coronel Hugo
Chávez Frías “Bienvenido a Cuba”,
dice y se presenta: “Mi nombre es Ángel
Reigosa. Soy el Director de Protocolo de la Cancillería”. Chávez le preguntó,
con cierta ansiedad; “¿Pero, quién está
ahí esperando?” Y el Director de Protocolo le contestó: “El Comandante en Jefe Fidel Castro”.
Efectivamente, era Fidel en persona, con su traje de campaña, que avanzaba
hasta el pie de la escalerilla. Sigue contando el acompañante, Chávez me
entregó su equipaje y bajó. Ellos se saludaron, en medio de las luces y las
cámaras y de la sorpresa.
Dos reseñas periodísticas de este encuentro; el Diario El
Nacional tituló: “Se juntaros dos
comandantes”. Y EFE cita a Chávez diciendo: “Para mí, como soldado, como bolivariano, hoy se hace realidad un sueño
de muchos años y debo decirles a todos los cubanos que me siento muy honrado de
estar en Cuba y más honrado aún de que el Presidente Castro se encuentre
recibiéndonos aquí” EFE también recoge la pregunta hecha a Fidel y la
respuesta que éste da: “¿Por qué tantos
honores para Chávez?” “No tiene nada
de extraño. Ojalá tuviera muchas oportunidades de recibir a personalidades tan
importantes como él”.
El comandante Chávez, con posterioridad y recordando ese
encuentro, escribió:
¿Saben una cosa? No recuerdo qué le dije a la prensa. Estaba
tan emocionado, tan sorprendido, tan admirado, que se borraron de mi mente las
palabras que pronuncié aquella noche. Cuando bajé los escalones del avión no sabía
que iba a decir, y no sé qué dije. Si recuerdo que le dije que esperaba poderlo
recibir pronto en Venezuela. Recuerdo su abrazo y sobre todo su mirada. Nunca
voy a olvidar esa mirada que me traspasaba y que veía más allá de mí mismo.
Chávez también dejó versión escrita de esa primera
conversación que sostuvo con Fidel la noche del 13 de diciembre de 1994. Veamos.
Fui a su lado en el carro hacia el Palacio de la Revolución y
allá nos sentamos a conversar, uno frente al otro. Después de los primeros
minutos me seguía impresionando la manera en que Fidel me examinaba cuidadosamente. Ya a esa altura, a esa mirada
escrutadora se unían las preguntas en ráfagas; me lanzaba una y luego otra y
otra. Todo le interesaba y hurgaba hasta en el más mínimo detalle. Sobre el 4
de febrero me preguntó cuántos hombres eran, para dónde se fueron, qué fusiles
llevaban y porqué tenían un brazalete en el brazo derecho y otro en el
izquierdo, y pregunta y pregunta y más preguntas, y yo me decía “Dios, ¿para dónde va este hombre?”.
Parecía que había agarrado una ametralladora y estaba dispuesto a coserme a
preguntas, hasta un momento en que pasé a la ofensiva. Le pregunté cómo fue la
muerte del Che, qué me podía decir él de
eso y creo que le comenté que esa inquietud la llevaba desde niño. Tenía 14
años cuando dieron la noticia por la radio de que al Che lo tenían rodeado en
la selva de Bolivia. En Barinas, con todo infantilismo, decíamos: “Bueno, ya Fidel le mandará unos helicópteros
para rescatarlo”.
Recuerdo que Fidel me hizo un dibujo de la Quebrada del Yuro
y luego trajeron un mapa. Había estudiado muy bien la situación y conocía
detalle por detalle el lugar, aunque nunca había estado allí. Señaló el sitio
exacto donde atraparon al Che y por dónde pudo haber escapado. Me dijo: “el Che a conciencia, buscó al enemigo y
salió a enfrentar la tropa del ejército boliviano”. Me emocionó escucharlo.
Envueltos en la historia, comenzamos a hablar de Bolívar, que era el tema que
me había traído a Cuba. Me di cuenta de que cada vez que le comentaba algo, él
le iba agregando otros elementos que demostraban que tenía una cultura
histórica muy profunda, un conocimiento de erudito. Yo me preguntaba: “¿cómo es posible que sepa tanto?” Y
Empecé un poco a probar fuerzas en la conversación. “Ah, que la campaña de Guayana y la ofensiva de los republicanos, por
tierra y por el río Orinoco”, y él seguía el hilo: “sí, tú me hablas de la batalla de San Félix que ganó el general Manuel
Piar, por la cual obtienen el territorio de la Guayana y no sé qué más …”
Entonces yo decía para mí mismo: “se las
sabe todas, se las sabe todas” … Y volvía a la carga: “… después vino la batalla de Carabobo, claro,
se desplegó el batallón, en orden, dando un ejemplo de disciplina …” Y una
voz me decía por dentro: “esto no puede
ser”. Y yo seguía: voy a cambiarle el personaje; no es posible que él
conozca tanto a otros próceres venezolanos, y le hablé de Páez, de su campaña
en los llanos, de que había sido un valiente guerrero, pero traicionó a
Bolívar. También que había aprendido a escribir de manera excelente … “Ah, Páez, claro, Páez” y se acordó de
algo que escribió José Antonio Páez, un librito poco divulgado en Venezuela y
prácticamente desconocido fuera de mi país, pero que Fidel sí se lo había leído
completo. Se trataba nada menos que de los comentarios de Páez a las Máximas de
Napoleón sobre el Arte de la Guerra. Hasta recordaba los principales conceptos:
“claro –me dijo-, él planteaba la defensa
en tres líneas. Primero, las costas; segundo, los grandes ríos –el Orinoco, por
supuesto- , y tercero la montaña, por si los españoles u otros europeos volvían
a invadir a Venezuela”. Y es verdad, Páez planteó la defensa estratégica
del país, por la línea caribeña, la línea de los ríos grandes del Orinoco, y
por el Apure y la selva. Y añadió: ”aquí
nosotros lo estudiamos muy bien, porque en caso
de una invasión asumiríamos una defensa similar …” Sin embargo, yo
seguía porfiado y quería, a toda costa, encontrarle un lado vulnerable. Cuando
fracasé con Páez, intenté sorprenderlo con Zamora. “Ah, el de la Guerra Federal y Santa Inés, la batalla de la defensa
retrógrada. Aquí la estudiamos también.” Yo no quería rendirme y saqué una
carta difícil de pasar: le hablaría de mi bisabuelo. “Ah, sí, Maisanta…” Ahí si dije: “me rindo, me rindo”. No intento más nada. Este hombre es invencible
y me rendí.
El algún momento él, amablemente, nos preguntó si estábamos
cansados. Y Yo: “qué va. No se preocupe.
Nosotros no vinimos a dormir”, y
seguimos conversando hasta las tres o cuatro de la madrugada. Perdí la
noción de la hora. Sin duda estaba descubriendo fascinado a un hombre cuyo
pensamiento cabalgaría junto al tiempo y más allá. Descubrí también a un
extraordinario político de la izquierda revolucionaria que estaba muy lejos de
ser un marxista dogmático. Recuerdo que me llevé la convicción de que en esa
profundidad de pensamiento estaban las razones de la crítica que le hacía
cierta izquierda venezolana, rígida, acartonada, sin una sólida formación
política, que por sus posiciones se había aliado a la derecha y allá también me
hostigaba permanentemente.
En esa visita me impresionó la manera en que su proyección
política se adaptaba a las nuevas circunstancias de América Latina, sin hacer
concesiones de principios. Ese día me dijo –y luego lo repitió en el Aula
Magna- “Aquí a la lucha por la libertad,
por la igualdad y la justicia la llamamos socialismo; si ustedes la llaman
bolivarianismo, estoy de acuerdo”, y agregó: “Si la llamaran cristianismo, también estoy de acuerdo”
Ya, en esa primera reunión en Palacio, Fidel demostró su
capacidad de ver más allá de los hombres
de una época, más allá de donde nos permite el camino. Yo lo había percibido en
la cárcel, durante mis lecturas de Un Grano de Maíz y en la Habana lo confirmé.
Tomás Borges le hizo a Fidel una pregunta similar a lo que en 1824 le hizo
Joaquín Mosquera a Bolívar. Cuentan que Mosquera, quien sería Presidente de la
Gran Colombia, fue a visitar al Libertador a una costa peruana. Allí estaba
Bolívar en una choza a la orilla del mar, solo, no tenía ejército, estaba
enfermo de tabardillo, pálido, huesudo, sentado en una silleta rota. Y le
preguntó Mosquera cuando lo vio así: “Libertador,
¿qué vamos a hacer ahora”. Bolívar se puso de pie como impulsado por un
rayo. Los ojos se le convirtieron en dos relámpagos: “¿Cómo que qué vamos a hacer ahora, Mosquera? Triunfar, triunfaremos”.
Ante la pregunta de Borges: “cayó la Unión Soviética y cantan victorias en
Washington, ¿y ahora que será de Cuba? Fidel reaccionó como Bolívar: “Vendrá una nueva oleada”. Sólo él podía
ver entonces hacía dónde íbamos y dónde estamos ahorita mismo. ¿Se dan cuenta?
Desde luego desde ese primer encuentro se trabó entre estos
dos grandes líderes una muy sólida relación que ha venido constituyéndose en
soporte inspirador para nuestras Revoluciones (la cubana, la venezolana, la de
todos los pueblos del mundo). Y esta relación se mantuvo hasta la muerte misma
de Chávez.
Muchísimo podría decirse de esa relación. Fueron incontables
los viajes de Chávez a Cuba y los centenares de acuerdos producidos por los dos
países, suscritos por los dos comandantes. Fidel también viajó a Venezuela no
con la misma frecuencia de Chávez a Cuba. De uno de esos viajes de Fidel, en el
que por cierto visitó en Barinas, el pueblo que vio nacer a Chávez, se
recogieron estas palabras de éste que dan testimonio de esa visita. Escribió
Chávez.
El día que él entró a la casita de la abuela en Sabaneta tuvo
que agacharse. La puerta es bajita y él, un gigante. Yo lo veía, ¿no?, y le
comenté a Adán, mirándolo allí, como si fuera un sueño: “Esto parece una novela de García Márquez”. Es decir, 40 años
después de la primera vez que escuché el nombre de Fidel Castro, él estaba entrando
en la casa donde nos criamos. Fidel para mí es un padre, un compañero, un
maestro de la estrategia perfecta. Algún día habrá que escribir tantas cosas de
todo esto que estamos viviendo y de los encuentros que he tenido con él… Se ha
venido fraguando una relación tan profunda y tan espiritual, que estoy convencido
de que él siente lo mismo que yo: ambos tendremos que agradecerle a la vida el
habernos conocido.
Inmenso y grande fue Chávez.
Fidel Castro, luego de la muerte del Comandante y refiriéndose a él y a
cómo era, señaló que ni siquiera Chávez sospechaba cuán grande era.
8. CHÁVEZ INTERNACIONALISTA
Resulta evidente que “la
más grande amenaza que se cierne sobre nuestro planeta es la pretensión
hegemónica del imperialismo norteamericano que pone en riesgo la supervivencia
misma de la especie humana. El imperialismo norteamericano está haciendo
desesperados esfuerzos por consolidar su sistema hegemónico de dominación. No
podemos permitir que se consolide la dictadura mundial”. Son palabras de
Hugo Chávez, que se han constituido en premisas básicas de lo que ha sido su
actividad internacional.
El documento Internacional del III Congreso del PSUV sostiene que las ideas de Hugo Chávez se han
convertido en arquetipo del pensamiento socialista bolivariano del siglo XXI.
Sus concepciones geopolíticas son reconocidas como aportes relevantes a la
comprensión de las transformaciones socio-económicas, políticas y militares
necesarias para convertir a América Latina y el Caribe en un factor relevante
de la multipolaridad emergente. Es de gran importancia su visión del liderazgo
mundial que han de conquistar los latinoamericanos y caribeños en el “nuevo equilibrio del mundo” que se gesta
en el siglo XXI.
El arriba citado documento internacional del III Congreso del
PSUV concluye con las siguientes palabras de Hugo Chávez pronunciadas en el LXI
Período Ordinario de la Asamblea General de Naciones Unidas:
Hay razones para que seamos optimistas, irrenunciablemente
optimistas (…) porque más allá de las bombas, las guerras, las agresiones, la
guerra preventiva, la destrucción de pueblos enteros, uno puede apreciar que se
está levantando una nueva era (…) se levantan corrientes alternativas,
pensamientos alternativos, movimientos alternativos, juventudes con
pensamientos distintos; se demostró ya, en apenas una década, que era
totalmente falsa la tesis del fin de la historia, de la instauración del modelo
capitalista neo-liberal, que lo que genera es miseria y pobreza. Es totalmente
falsa esa tesis, se vino abajo, ahora hay que definir el futuro del mundo. Hay
un amanecer en el planeta y se ve en todas partes, por América Latina, Asia,
África, Europa y Oceanía.
Quiero resaltar esa visión de optimismo para que
fortalezcamos nuestra conciencia y nuestra voluntad de batalla para salvar al
mundo y construir un mundo nuevo, un mundo mejor. Venezuela se suma a esa lucha
y por eso somos amenazados.
En este sentido, el aporte más valioso del Comandante Chávez,
se encuentra inscrito en el gran objetivo histórico IV del Plan de la Patria
2013-2019, que es del tenor siguiente: IV Contribuir al desarrollo de una nueva
geopolítica internacional en la cual tome cuerpo el mundo multicéntrico y
pluripolar que permita lograr el equilibrio del universo y garantizar la paz
planetaria.
CHÁVEZ AMBIENTALISTA
La Constitución de la República Bolivariana de Venezuela
(CRBV), es el primer texto constitucional del país que reconoce los derechos
ambientales. En efecto, los artículos 127, 128 y 129 son elocuentes. Precisemos
algunos de sus contenidos:
Es un derecho y un deber de cada generación proteger y
mantener el ambiente en beneficio de sí misma y del mundo futuro. Toda persona
tiene derecho individual y colectivamente a disfrutar de una vida y de un ambiente seguro, sano y ecológicamente
equilibrado. El Estado protegerá el ambiente, la diversidad biológica,
genética, los procesos ecológicos, los parques nacionales y monumentos
naturales y demás áreas de especial importancia ecológica. El genoma de los seres vivos no podrá ser patentado, y la
ley que se refiera a los principios bioéticos regulará la materia (Art. 127)
Al igual que con los derechos indígenas, el Comandante Chávez
se constituyó en uno de los más firmes abanderados de incluir en la
Constitución el reconocimiento de esos derechos. Incluso, hasta creó un
Ministerio específico para ocuparse de estos asuntos ambientales.
Chávez fue un apasionado vocero de la causa ambientalista,
tanto dentro como fuera del país. Fueron muchos los eventos nacionales e
internacionales que auspició. Y en todo momento encontró en el modelo
capitalista el directo responsable de la depredación y deterioro ambiental. Un
capitalismo que ha convertido al ser humano y a la naturaleza en mercancía, a
la lógica del mercado que conduce a la explotación del hombre y al agotamiento
definitivo de los recursos renovables o no; que consume recursos que superan lo
que el ecosistema es capaz de generar y reponer; que ha generado pérdidas de la
superficie boscosa; disminución en la biodiversidad de los ecosistemas
naturales; alteraciones del ciclo hidrológico; reducción de fuentes de agua
potable; disminución de capacidad productiva de los suelos; destrucción de la
genética de las especies comestibles naturales y la proliferación de
enfermedades que afectan la salud. Todo lo cual, resulta evidente, pone en
serio riesgo la supervivencia del planeta y de la humanidad.
En términos concretos habló del calentamiento global; asumió
también el ecosocialismo que establece una armónica relación entre el hombre y
la naturaleza y garantice su ecosistema actual y futuro, y respete sus ciclos
de regeneración, absorción y reposición. Desde luego, se convirtió en
preservador de la amplia gama de variedades de seres vivientes y condenó
el cambio climático que también amenaza
la supervivencia humana en la tierra.
El aporte más valioso de Chávez en esta materia ambiental es
sin dudas haber erigido este asunto en uno de los cinco grandes objetivos
históricos que le sirven de marco conceptual al Plan de la Patria 2013.2019.
Ciertamente, el objetivo 5: dice: Contribuir con la preservación de la vida en
el Planeta y la salvación de la especie humana. Este objetivo, a su vez, se
descompone en los siguientes objetivos nacionales:
Construir
e impulsar el modelo económico productivo ecosocialista
Proteger
y defender la soberanía permanente del Estado sobre los recursos naturales para
el beneficio supremo de nuestro pueblo, que será su principal garante
Defender
y proteger el patrimonio histórico y cultural venezolano y nuestroamericano
Contribuir
a la conformación de un gran movimiento mundial para contener las causas y
reparar los efectos del cambio climático que ocurren como consecuencia del
modelo capitalista depredador.
9. CHÁVEZ INDIGENISTA
Es en la Constitución de la República Bolivariana de
Venezuela (CRBV) donde por primera vez en la historia constitucional del país
se reconocen los derechos de los pueblos originarios, los pueblos indígenas.
Esto lo hace en los artículos que van del 119 al 126. En tal virtud se
reconocen las comunidades, su organización social, política y económica, sus
culturas, usos y costumbres, idiomas y religiones, así como su hábitat y
derechos originarios sobre las tierras que ancestral y tradicionalmente ocupan
y que son necesarias para desarrollar y garantizar sus formas de vida. Y, debe
señalarse, la incorporación de esos derechos encontró en Chávez a uno de sus
más entusiastas defensores. Hasta se creó un Ministerio para Asuntos Indígenas.
Al respecto, pasemos a referir cómo surge esa identificación
del Comandante Chávez con la causa indígena. Él mismo, directamente, cuenta y
habla de esa preocupación. Para ello se remonta a sus tiempos en que realiza servicios
militares en Elorza y toma contacto con los indios yaruros y los cuivas,
expresando:
Mi primer encuentro con los indios fue una gran batalla en la
ribera del Caño Caribe, en Apure, cerca de la frontera con Colombia. Llegaban
los terratenientes hasta el escuadrón de caballería para denunciar a los indios
… El cura me dijo cuando llegué a ese lugar: “Mire, capitán, muchos de eso señorones que usted ve ahora por aquí, que
tienen hatos y son ricos, salían hace veinte años a matar indios, como quien
mata venados. Los masacraban y los echaban de las tierras, pues”. Me contó
cómo hasta los quemaban vivos … A mi comando llegaban quejas de los ganaderos y
siempre les decía: “Ese no es problema
mío, sino de la policía; vaya pueblo y haga la denuncia”. Nuestro escuadrón
quedaba llano afuera. Los ganaderos empezaron a decir que yo no colaboraba,
porque estaban acostumbrados a que el ejército atropellara a los indios y yo
siempre les decía que esa no era mi tarea.
Pero un día llegó una señora muy pobre, llorando: “Que los indios me robaron dos cochinos.
Tenía una alcancía y la rompieron y botaron el dinero. Eran puros fuertes de
plata”. Me dio dolor y salí a ver qué pasaba con los indios. Seleccioné
unos 15 soldados y nos fuimos con un baqueano .un viejo rastreador- que había
sido soldado. Aquel hombre me enseñó mucho ese día. En algún momento me dijo: ”huele a indio”. Yo no olía nada. “Aquí orinaron y fue una mujer”. “¿Cómo sabe que es mujer?” ”Porque deja pocitos… mientras que el macho
lo riega todo”. Era un experto en cacería de indios. De pronto me advirtió
que los indios estaban cerca. Los vi con los binoculares. Estaban debajo de una
mata de mango. Ingenuamente, le dije al sargento: “Vamos a rodear la mata”. El baqueano me dijo que no iba a poder
llegar hasta ellos. “Voy a tratar”.
“Tenga cuidado”. Di la orden de que nadie disparara, salvo si yo lo
ordenaba.
Cuando los indios me vieron improvisaron un extraordinario e
inmediato dispositivo de defensa. Fue como si hubieran salido veinte rayos de
la mata de mango. Se dispersaron como un celaje en el monte, incluidas las
mujeres con sus hijos. En un abrir y cerrar de ojos los hombres me dieron una
batalla. Sacaron sus cuchillos y se nos vino encima una lluvia de flechas. A mí
me pasó una tan cerca que por poco me alcanza en la cabeza. Agarré la pistola y
disparé al aire. Mandé a los soldados a que se replegaran. Traté de
tranquilizar a los soldados: “Aquí nadie
dispara” y los indios se fueron.
En ese momento, oí en la espesura los gritos de una india…
que cargaba a su niño en un cuadril, un bebé peloncito. Con una mano sujetaba
al muchacho y con la otra nadaba aguantando un cuchillo. Nunca en mi vida
olvidaré los ojos de aquella mujer que me lanzó un mirada, un relámpago de
odio, y me impacto. Yo estaba angustiado: “Se va a ahogar”. ¿Sabe lo que me
dijo el baqueano? “Capitán, dispárele”.
Y no era un mal hombre ese, hasta donde yo lo había conocido. Me sorprendió: “¿Cómo?” “Mátelos, esos son animales, y ese carajito cuando crezca va a echar
flechas también”.
Por supuesto que no lo
hice. Me aseguré de que la mujer finalmente cruzara el rio y se reuniera con
los suyos. Me sacudieron dos cosas aquel día: primero, la respuesta de los
indios al verme uniformado, y aquel “mátelos,
que son animales”. Estuve varios días reflexionando sobre eso.
¿Tú sabes lo que pasa todavía con los indios? Si te ven a ti
con unos indios, dicen: “Por ahí pasaron
diez indios y un racional”. Todavía se oye eso, a estas alturas. Y lo
comenta a veces gente humilde, pobre, campesina, Me preguntaba cómo cambiar
semejante situación. ¿Qué hacer? Ahí es donde interiorizo ese drama, la
estructura social salvaje y profundamente excluyente de la sociedad rural
venezolana.
Me fui a la biblioteca de San Fernando de Apure y a la Oficina Regional de Asuntos
Indígenas para estudiar la población
indígena. Me hice amigo de Arelis
Sumávila, una socióloga de la UCV que llevaba veinte años estudiando a
los cuivas y a los yaruros. Y me fui en una de las expediciones. Pasé entre los
indios varios días, durmiendo y comiendo con ellos, tratando de entender su
mundo. Me acogieron como a un amigo. Me fui y luego, como a las dos semanas,
regresé uniformado. Primero se alebrestaron, y yo me quité la gorra y llamé por
su nombre al capitán indio: “Vicente”…
Ellos se quedaron paralizados, porque
respetaban mucho a Arelis. Nos sentamos a hablar, y al rato estaban los
soldados como si nada, entre ellos. Ahí
comenzó un proceso de acercamiento, que terminó en una adoración mutua.
Ese era el Chávez del que hablamos.
Tales eran sus sentimientos.
10. CHÁVEZ INCERCABLE
Chávez fue de esos hombres que siempre supo dar respuestas a
momentos coyunturales exigentes; que siempre supo encontrar salidas y
sobreponerse a dificultades diversas; que nunca se dejó cercar ni acorralar; que
nunca rehuyó el combate; que utilizó el ataque y el contra-ataque con máxima
habilidad, con manejo experto de los escenarios variados y el juego táctico y
estratégico; una gran intuición y olfato políticos que le permitieron en todo
momento una inmensa capacidad de movimiento y acertada conducción. Pero, lo más
singular era el enfrentar situaciones sea en la adversidad, o sea sobre el
triunfo o la victoria obtenida, sin perder nunca el norte de lo estratégico y
generando los ajustes que las situaciones demandasen.
Hechos que ponen de manifiesto esa condición suya de
incercable, hay muchos, pero aquí vamos a destacar los que a continuación
referimos.
a) Las batallas electorales que condujo fueron
exigentemente preparadas, planificadas tanto en lo organizativo, como en lo
político y programático, como en los aspectos técnicos y logísticos. No fueron
batallas vacías, sin contenido, superficiales. De ninguna manera. Fueron
batallas con una honda carga ideológica, política y programática. Luego de transcurridos
los primeros dos años de gobierno (1999 y 2000) y como respuesta necesaria al
sosiego que dejó a un lado la incertidumbre creada por el desastre heredado del
puntofijismo adeco-copeyano, acordó las llamadas Líneas Generales del Plan Nacional de Desarrollo Económico y Social de
la Nación 2001-2007, con fundamento en los llamados equilibrios: económico,
social, político, territorial e
internacional; balanceando adecuadamente el interés individual y el interés
social; la inclusión social atendiendo las necesidades de la población: la
solución pacífica y civilizada de los conflictos de intereses centrándose en el
respeto de los ciudadanos y mediante el consenso como base de la legitimidad
del Estado.
Luego, la batalla electoral (presidencial) de 2006, la
enfrentó con el Proyecto Nacional Simón Bolívar, Primer Plan Socialista para el
Desarrollo Económico y Social de la Nación 2007-2013, con sus siete directrices
centrales: 1) la nueva ética socialista, 2) la suprema felicidad social, 3) la
democracia protagónica revolucionaria, 4) el modelo productivo socialista, 5)
la nueva geopolítica nacional, 6) Venezuela potencia energética mundial, y 7)
la nueva política internacional.
La gran batalla electoral (presidencial) de 2012, ya enfermo,
pero guapeando, sin dejarse cercar ni acorralar por la enfermedad, con el Plan
de la Patria, II Plan Socialista 2013-2019, en el cual se precisan los cinco
grandes objetivos históricos: 1) Defender, expandir y consolidar el bien más
preciado que hemos reconquistado después de 200 años: la independencia
nacional; 2) continuar construyendo el socialismo bolivariano del siglo XXI en
Venezuela, como alternativa al modelo salvaje del capitalismo y con ello
asegurar la “mayor suma de felicidad”
para nuestro pueblo; 3) convertir a Venezuela en un país potencia en lo social,
económico y político dentro de la gran potencia de América Latina y el Caribe,
que garanticen la conformación de una zona de paz en nuestra América; 4)
contribuir al desarrollo de una nueva geopolítica internacional en la cual tome
cuerpo el mundo multicéntrico y pluripolar que permita lograr el equilibrio del
Universo y garantizar la paz planetaria; y 5) contribuir con la preservación de
la especie humana. De este Plan de la Patria nos extenderemos un poco más en la
Parte II de este Trabajo.
b) La contundente respuesta a las acciones
contrarrevolucionarias, capitalistas y proimperialistas de los años 2002-2003,
expresadas en huelgas, golpe de estado, paro petrolero, guarimbas, etc. En esa
respuesta figuraron acciones como las que a continuación se mencionan:
surgimiento de las primeras misiones sociales, nuevos triunfos electorales
(elecciones de gobernadores y alcaldes, elecciones de diputados a la Asamblea
Nacional); y lo más demoledor y significativo para el proceso revolucionario
bolivariano: la declaratoria antiimperialista y la declaratoria socialista.
c) La respuesta a
la solicitud de revocatoria del mandato del Presidente (2004). Teniendo Chávez
elementos para no aceptar esa pretensión de referendo revocatorio, entre otras
razones por haber presentado la oposición firmas incompletas y chimbas,
enfrentó el reto, lo asumió. No lo rehuyó y el resultado fue aleccionador. En
lugar de revocatorio del mandato se convirtió en aprobatorio del mandato por
decisión del soberano. Además, la aparición de los cinco motores: con aquella
gran consigna: “Todos Los motores a
máxima revolución…rumbo al Socialismo”. O aquella otra: “Cinco grandes motores para transitar como
locomotoras victoriosas”. Estos motores fueron identificados así: 1) Ley
Habilitante; 2) reforma constitucional; 3) moral y luces: educación con valores
socialistas; 4) la nueva geometría del poder: el reordenamiento de la
geopolítica de la nación; 5) explosión del poder popular: democracia
protagónica y revolucionaria socialista.
d) La respuesta a la derrota de la reforma constitucional
(2007). Aquí observamos a un Chávez crecido ante la adversidad, jamás
acorralado ni cercado, sobreponiéndose a la pírrica derrota, y enfrentado al
momentáneo desconcierto que ello generó. Para ello, se asumió la vía
legislativa para implementar un conjunto de cambios que no pasaron al haberse
derrotado la reforma constitucional; así surge la aprobada primera (y más que
clave) enmienda constitucional para posibilitar algo demasiado importante para
el proceso revolucionario: garantizar la posibilidad de la reelección presidencial
de Chávez para el período 2013-2019.Habría que agregar, también, la fundación
del PSUV y las leyes del Poder Popular
e) Otra respuesta,
necesaria para afirmar la trascendencia de las elecciones del 2012 y revisar y
ajustar la organización y accionar de los factores comprometidos con la
Revolución Bolivariana, fue el diseño de las Líneas Estratégicas expresadas en
2011, sintetizadas así: 1) la necesidad de pasar de una cultura política
capitalista a la militancia socialista; 2) convertir la maquinaria en un
partido movimiento al servicio de las luchas del pueblo; 3) convertir el partido en un poderoso medio de
propaganda y comunicación; 4) el PSUV como plataforma del desarrollo y
fortalecimiento del poder popular; y 5) la constitución del Gran Polo
Patriótico como audaz política de repolarización.
f) La ejemplarizante última respuesta de Chávez fue
enfrentarse como lo hizo a la muerte
misma. No dejó que la inminencia de la muerte lo acorralara, lo cercara, lo
silenciara y le impidiera ver salidas. Por encima de sus vicisitudes y su
dolor, se enfrentó a la muerte y le habló al país, prácticamente por última
vez, de la forma como lo hizo, con su coraje y firmeza de siempre, con su
meridiana claridad y manejo correcto de los escenarios, colocando en el primer
de los planos la salvaguarda de la Patria, el Proceso Revolucionario y la
marcha del país. Esa intervención suya se produjo el 8 de diciembre de 2012,
haciendo un alto en la reunión de Consejo de Ministros, y entre algunos
concretos asuntos, expresó:
(…) Pero yo quiero decir algo, aunque suene duro, quiero y
debe decirlo: sí como dice la Constitución se presentara alguna circunstancia
sobrevenida, que a mí me inhabilite para continuar al frente de la Presidencia
de la República Bolivariana de Venezuela, bien sea para terminar, y sobre todo
para asumir el nuevo período para el cual fui electo por la gran mayoría de
ustedes, Nicolás Maduro no sólo debe concluir el período, como manda la
Constitución, sino también, en mi opinión firme, plena como la luna llena,
irrevocable, absoluta, total -en ese escenario que obligaría a convocar como
manda la Constitución de nuevo a elecciones presidenciales- ser electo como
Presidente de la República Bolivariana de Venezuela. Yo se los pido desde mi
corazón … (Nicolás Maduro) es uno de los líderes jóvenes de mayor capacidad
para continuar, si es que yo no pudiera.
(…) Yo he podido decir desde La Habana casi todas las cosas
que he dicho … pero yo creo que lo más importante, lo que desde mi alma, desde
mi corazón, me dicta la conciencia, ha sido esto … en cualquier circunstancia
nosotros debemos garantizar la marcha de la Revolución Bolivariana, la marcha
victoriosa de este Revolución, construyendo la democracia nueva que aquí está
ordenada por el pueblo en Constituyente; construyendo la vía venezolana al
socialismo, con amplia participación, en amplias libertades …
(…) No faltarán los que traten de aprovechar coyunturas
difíciles para mantener ese empeño de la restauración del capitalismo, del
neoliberalismo, para acabar con la Patria. No, no podrán, ante esta
circunstancia de nuevas dificultades -del tamaño que fueren- la respuesta de
todas y de todos los patriotas, los revolucionarios, los que sentimos a la
Patria hasta en las vísceras, es unidad, lucha, batalla y victoria.
II
EJEMPLO CHÁVEZ
HECHOS CLAVES QUE APUNTALAN LA REVOLUCIÓN BOLIVARIANA
En esta Parte II toca hablar de hechos claves que se han
venido conformando durante ese transitar del Comandante Chávez, que contaron
con su decisivo aporte generador y que tanto apuntalan el desarrollo y
consolidación de la Revolución
Bolivariana, a saber, entre otros: Patria Viva, Constitución, República, Gobierno
Revolucionario, Misiones, Plan de la Patria, Integración que avanza, Poder
Popular, Unidad Cívico-Militar, PSUV y Polo Patriótico.
11. PATRIA VIVA
¿Cuál fue la obra más excelsa de la cual Chávez sumó
participación decisiva? No otra que el sentido y significación de Patria, de Patria Viva, en cualquiera de
sus tres dimensiones: la Patria oriunda, la Patria grande, la Patria universal.
Afirmemos lo dicho con palabras del
propio Comandante:
Tenemos Patria. Tenemos una Patria. ¿Cuánto costó
recuperarla, revivirla, levantarnos con ella, entre dolores, pesares? Recordemos
cuánto ha costado, cuánto nos ha costado a millones. Recuerdo en estos momentos
aquella frase de Bolívar cuando en los últimos días de batalla física en este
mundo, le decía a Urdaneta “Yo no tengo
Patria por la cual seguir haciendo el sacrificio”. Lo echaron y lo
vilipendiaron, y lo vejaron. “Mis
enemigos me quitaron la Patria”, dijo. Hoy, gracias a Dios, Padre Bolívar,
cuan distinta es la situación para todos nosotros, hombres y mujeres. Hoy sí
tenemos Patria. Es la tuya Bolívar, es la que tú comenzaste a labrar, a labrar
junto a millones de hombres y mujeres hace 200 años; y antes habían comenzado
también a labrarla nuestros hermanos aborígenes en su lucha, en su resistencia
de 500 años. Hoy, por fin, de tanta lucha, tenemos Patria, por la cual seguir
haciendo el sacrificio. Hoy tenemos Patria, que nadie se equivoque. Hoy tenemos
Pueblo, que nadie se equivoque. Hoy tenemos la Patria más viva que nunca, ardiendo
en llama sagrada, en fuerza sagrada. (Discurso del 8 de diciembre de 2012).
Por supuesto, que cuando en lenguaje chavista hablamos de
Patria, tenemos que hacerlo rebozando el concepto con todos sus propios
atributos, dimensión espacial y temporal,
y desde la visión y enfoque revolucionarios del que se siente plenamente
identificado y consustanciado con ella, capaz de entregarse por ella, de
sacrificarse por ella, de darlo todo por ella, hasta la vida. Tal como ocurrió
con el Comandante. Patria a lo largo de toda su historia, presente y futura. Patria
con su territorio soberano. Patria con sus grandes luchas y conductores:
aborígenes, anti colonizadores, independentistas, republicanos, anti
imperialistas, anti capitalistas, socialistas. Patria con sus valores,
principios y símbolos rescatados y traídos al hoy y al para siempre. Patria que
combate y ama. Patria que se levanta contra la opresión, la injusticia y a
favor de la paz. Patria redentora y humanista, libertaria y solidaria.
En relación a este concepto de Patria citemos la afirmación
del Comandante en su discurso de juramentación ante el extinto Congreso
Nacional, 2 de febrero de 1999, “Démosle
a nuestros hijos y a nuestros nietos una Patria que hoy no tenemos”. También, traigamos a colación una muy
repetida expresión de Chávez recordando al poeta Pedro MIR, cuando decía: “Si alguien quiere saber cuál es mi Patria,
no la busque, tendrá que pelear y luchar por ella”.
En fin, Patria en la que el pueblo recuperó el orgullo de ser
venezolano, latinoamericano, caribeño y universal.
Negarle a Chávez este
supremo esfuerzo hecho por hacernos sentir PATRIA sería de una ilimitada
pequeñez. Chávez nos deja cargados de Patria. Que inmenso resulta corroborarlo
así.
12. CONSTITUCIÓN
Sin que exista duda alguna: la actual y vigente Constitución
de la República Bolivariana de Venezuela tiene en Chávez a su auténtico
artífice.
Desde que Chávez incursionó en política lo hizo con
fundamento en la necesidad de luchar por un nuevo país, por un nuevo modelo
político, social y económico para este país Venezuela, lo cual tenía que pasar
por una nueva Constitución. Y una nueva Constitución solo podía darse
convocando el poder originario del pueblo soberano, esto es, acudiendo a una
Asamblea Nacional Constituyente. Y todo esto hizo. No obstante fue necesario
que transcurrieran varios momentos que lo hicieron reflexionar: el caracazo de
1989, las insurrecciones militares de 1992, su encarcelamiento en Yare, la
defenestración del ex presidente Carlos Andrés Pérez, el triunfo de Caldera con
su “chiripero”, su excarcelación, su decisión de alcanzar el poder ya no por
las armas sino mediante el sufragio universal, su disposición a participar en
las presidenciales de 1998 y su apoteósica victoria electoral en esos mismos
comicios de 1998 que lo llevaron a la Presidencia de la República.
Pues bien, llegado el momento de pronunciar su primer
discurso ante la Asamblea Nacional Constituyente para entregar propuestas para
la nueva Constitución (5 de agosto de 1999), el Comandante dijo:
…Disposicionero como he sido, he tenido el atrevimiento de
traer aquí, hoy, unas ideas fundamentales sobre lo que pudiera ser un
anteproyecto de Constitución Bolivariana para la V República. Las ideas
fundamentales que hoy presento, pretenden y tratan, haciendo un esfuerzo
inmenso, no soy legislador ni quiero serlo, pero sí soy un pensador y he venido
junto a ustedes viviendo este tiempo y macerando ideas, viviendo en un tiempo
de dialéctica, de teoría y de práctica, de estrategia y de táctica, de pasado y
de presente, uniéndolo con el futuro, de concreción a abstracción; volar con la
filosofía pero venir al combate de cada día en la guerra de la política diaria.
Así que pretendo recoger una visión global, no cartesiana, no; pretende ser
holística o integral de lo que en mi criterio pudiera ser la idea central y las
ideas complementarias de una nueva Carta Magna donde se recoja no sólo la
letra, no sólo el espíritu de las leyes, donde se recoja no sólo la norma, el
derecho, sino donde además se recoja, más allá del derecho, más allá de la
norma, se recoja allí una nueva idea nacional.
Prácticamente con tal
introducción pasa Chávez en su discurso a hablarnos de sus propuestas y los componentes que las integran. En primer
término indica el componente ideológico, situándolo en el bolivarianismo y en
la idea robinsoniana o el invencionismo robinsoniano. Recordó que Simón
Rodríguez decía: “tienen ustedes que
hacer dos revoluciones, la política y la económica; hagan la revolución
económica y comiéncenla por los campos, la agricultura, la industria, las
artes, la ciencia”, he allí contra el dogma neoliberal que pretende
borrarnos del mapa, el invencionismo robinsoniano contra el dogma del mercado.
Respecto de esa ideología que debe impregnar el nuevo texto constitucional
agregó que debe hacerse concreta y ser llevada a texto porque no haríamos nada
con estar declarándonos bolivarianos y robinsonianos y zamoranos durante
siglos, si no somos capaces ahora, cuando la historia y el momento lo reclaman,
de sembrar en una nueva Carta Fundamental la idea bolivariana, esa que viene
desde los siglos perdidos. Textualmente recojamos
lo dicho por Chávez:
Vamos a crear, en función de una ideología autóctona, un
nuevo sistema político, un nuevo sistema económico, un nuevo sistema social,
pero además de la ideología, también una Constitución debe contener
esencialmente lo que podemos llamar el elemento social, y ustedes verán que en
este texto de ideas fundamentales lo social se coloca antes, en prioridad a lo
político, al aparato del Estado; lo social, un nuevo concepto de solidaridad
social.
Comentó igualmente Chávez, en sus propuestas, todo lo
relacionado con los derechos y deberes humanos, poniendo énfasis en la idea de
que un nuevo texto de un sistema político debe ser humanista, fundamentalmente
humanista. Tocó otros aspectos, a saber: el
referido a la condición relativa a que debemos ser libres y soberanos
para decidir nuestro propio rumbo, nuestros propios modelos, respetando
siempre la autodeterminación de los
pueblos del mundo. Una República, la nuestra, que cuando se declara República
Bolivariana es porque se declara portadora de un mensaje de paz para todos los
pueblos del mundo, portadora de un mensaje de integración en el área
latinoamericana y caribeña, viejo sueño de Bolívar, que vuelve cabalgando,
dijo, con el pueblo de la revolución, la idea dela anfictionía. Se detuvo en su
discurso en consideraciones vinculadas con el Estado y sus poderes que deben
ser instrumentos para el bien común.
Comentó que más que un Estado de Derecho requerimos de un
Estado de Justicia, porque la justicia va mucho más allá del derecho, porque el
derecho es un tránsito hacia la justicia. Invocó la idea bolivariana del Poder
Moral, al que se integren la Fiscalía o Ministerio Público, la Contraloría y la
Defensoría del Pueblo. “¿Cómo no va a ser
importante hablar de moral hoy cuando la corrupción ha azotado y ha roto todos
los resortes de la era y de la vida republicana?” Claro que es pertinente el
Poder Moral.
También clamó en sus propuestas la idea o incorporación del
Poder Electoral, aquel que se invocó en la Constitución de Bolivia de 1826,
enraizado ese poder con el sentimiento del pueblo, convertido en gestor,
impulsor, contralor, evaluador de los procesos electorales y sus resultados; que
obligue a todo candidato que opte por un cargo público de representación popular, a decirle al pueblo
cuál es su proyecto y si es elegido, que cumpla ese proyecto, y si no que se
vaya a través de mecanismos democráticos, de referendo revocatorio, por ejemplo.
Como se desprende, el Comandante Chávez se alejó del esquema
clásico de la democracia liberal de los tres poderes y se manifestó a favor de
un nuevo concepto de Estado, una nueva arquitectura del poder, una
desconcentración de poderes, una auténtica democracia representativa,
participativa y protagónica. Fue cuando defendió con las siguientes palabras el
aspecto señalado:
El objetivo tiene que ir más allá y por eso aquí hablamos de
la democracia participativa y protagónica como un solo concepto. El
protagonismo popular es un concepto bolivariano, democrático y eminentemente
revolucionario, y se acerca a los mecanismos de una democracia que hoy no puede
ser, lo entendemos, exacta y absolutamente directa, pero sí tiene que ser
protagónica, tenemos que darle al pueblo diversos mecanismos, como los
plebiscitos, los referendo, las asambleas populares, las consultas populares,
las iniciativas de leyes, todos esos instrumentos deben quedar insertados en la
nueva Carta para que sea vinculante la participación y para que no sea,
sencillamente, un participar por participar, sino un instrumento de
construcción, de protagonismo y de democracia verdadera, de participación
efectiva, vital para construir un país, un rumbo, un proyecto.
Defendió una nueva conformación del Poder Ejecutivo
incorporando la figura del Vicepresidente Ejecutivo, lo mismo que un Consejo de
Estado. En cuanto al Poder Legislativo,
se cuadró con la tesis de la eliminación del Senado y la formación de una Asamblea Nacional formada por diputados
electos. También se identificó con cambios trascendentes en el Poder Judicial,
creándole nuevas Salas al Tribunal Supremo de Justicia (Sala Constitucional y
Sala Electoral). Se pronunció, en igual sentido, por la elección de los jueces
parroquiales y municipales.
En cuanto al concepto de Federación, defendió uno nuevo
alejado de los extremos de la anarquía y del centralismo. En buena medida con la idea de que “no haya ningún gobernador, ningún alcalde,
que piense o llegue a pensar que él es un “cacique” o un presidente de una
republiquita que se llame un municipio o que se llame un estado”. Ese
federalismo de la I República, que fue nefasto, no podemos repetirlo; un
federalismo con un nuevo concepto de
unidad nacional, un federalismo que se guíe por un principio básico de la
ciencia política como es el principio de la cosoberanía o la soberanía
subsidiaria a la soberanía nacional.
Pongamos término a este punto de la exposición Chávez-Constitución,
dejándole a la audiencia la inquietud para que colocando sobre la mesa el texto
que en definitiva aprobó la Asamblea Nacional Constituyente de 1999, puedan
valorar en toda su magnitud y extensión lo que fueron estos aportes del
Comandante Chávez, tal como quedaron expuestos. Desde luego, la esencia de lo
propuesto fue acogida por la Asamblea; algunas pocas ideas no contaron con
respaldo, y se las rechazó.
13. REPÚBLICA
Imposible hablar del Chávez sin mencionar el republicanismo y
a uno de sus más grandes mentores en Venezuela, no otro que Simón Bolívar,
quien construyó sus ideas republicanas al calor del enciclopedismo francés de
finales del siglo XVIII (Revolución Francesa) y
de las enseñanzas y vivencias que le proporcionó su vinculación con el
Maestro Simón Rodríguez. Por lo demás, nuestro Bolívar vivió todo ese proceso
del surgimiento de la I República y su caída (1812); la aparición de la II
República y también su derrota (1814). Y por si fuera poco la formación de la
III República y su gradual desaparición,
que se sellada completamente con su muerte (1830).
El Bolívar republicano lo conocemos por sus reflexiones
hechas en ocasión de las sucesivas pérdidas de la I y II Republicas (las
contenidas, por ejemplo en la Carta de Jamaica), sus disertaciones con motivo
del Congreso de Angostura (1819) y sus aportes en el texto mismo de la
Constitución de 1819, del texto de la Constitución de 1821, la Constitución
Boliviana de 1826, la fracasada Convención de Ocaña (1828).
Hagamos una primera cita de Bolívar extraída de su famoso
Discurso de Angostura (15 febrero 1819), a saber:
Un gobierno republicano ha sido, es y debe ser el de
Venezuela; sus bases deben ser la soberanía del pueblo, la división de los
poderes, la libertad civil, la proscripción de la esclavitud, la abolición de
la monarquía y de los privilegios. Necesitamos de la igualdad para refundir,
digámoslo así, en un todo, la especie de los hombres, las opiniones políticas y
las costumbres públicas. Luego, extendiendo la vista sobre el vasto campo que
nos falta por recorrer, fijemos la atención sobre los peligros que debemos
evitar.
También, esta otra muy
famosa cita contenida en ese famoso discurso de Angostura:
El sistema de gobierno más perfecto es el que le proporciona
a su pueblo, la mayor suma de seguridad social, la mayor suma de estabilidad
política y la mayor suma de felicidad posible.
En cuanto a alguna referencia necesaria de Simón Rodríguez
traigamos a estas líneas palabras textuales del mismo Hugo Chávez, quien en su
discurso ante la Asamblea Nacional Constituyente (5 agosto 1999), expresó:
Decía Simón Rodríguez –y vuelvo a la idea, porque la idea
debe estar sembrada a lo largo y ancho del texto constitucional- que “tenemos que existir para entreayudarnos los
unos a los otros”. Esa es la verdadera concepción de las sociedades
americanas a las que se refería Simón Rodríguez, o cuando clamaba por una vida
republicana y él decía con claridad meridiana: “No se llamen a engaños los americanos de ahora, aquí no hay repúblicas
y no hay repúblicas porque no hay pueblos y no hay pueblos cuando no hay
mentalidad republicana”; y llamada a la educación de los niños para formar
la mentalidad republicana, y la mentalidad republicana no es otra que el
pensamiento y la acción en función de la cosa pública; en función de la
República, en función del colectivo, en función de los demás, en función del
interés de la Nación antes que el interés individual: todo eso es ideología y
ahora tiene que convertirse en acción motriz de un nuevo proceso histórico
venezolano, inspirado en esa idea originaria de una república…
Ahora bien, el republicanismo bolivariano y chavista de
nuestros tiempos se halla plenamente recogido en el texto de nuestra
Constitución de la República Bolivariana de Venezuela (CRBV), de 1999. Citemos algunas de sus disposiciones:
Artículo 1. La República Bolivariana
de Venezuela es irrevocablemente libre e independiente y fundamenta su
patrimonio moral y sus valores de libertad, igualdad, justicia y paz
internacional, en la doctrina de Simón Bolívar, el Libertador.
Artículo 4. La República Bolivariana
de Venezuela es un Estado federal descentralizado en los términos consagrados
por esta Constitución, y se rige por los principios de integridad territorial,
cooperación, solidaridad, concurrencia y corresponsabilidad.
Entonces, podemos afirmar con propiedad: tenemos Patria,
tenemos Constitución como norma suprema y fundamento del ordenamiento jurídico
y tenemos República, más específicamente
la llamada V República, la surgida en virtud de lo dispuesto en la Constitución
de 1999. Esa V República no es otra que la República Bolivariana de Venezuela.
Difícil negarle a Chávez su condición de republicano y de ser uno de los
constructores de la V República. Más aún, tratarse de una República en tránsito
al socialismo del siglo XXI, tal como se deduce de lo que ha quedado propuesto
como plan 2013 2019, o Programa o Plan de la Patria. Al respecto es elocuente
el II Objetivo histórico de ese Plan que a la letra dice:
II Objetivo Histórico: Continuar
construyendo el Socialismo Bolivariano del Siglo XXI en Venezuela, como
alternativa al modelo salvaje del capitalismo y con ello asegurar “la mayor suma de felicidad posible, la mayor
suma de seguridad social y la mayor suma de estabilidad política”, para
nuestro pueblo.
14. GOBIERNO REVOLUCIONARIO
Pero así como tenemos Patria viva, Constitución de avanzada y
República Bolivariana, tenemos un Gobierno Revolucionario, surgido por voluntad
del soberano pueblo venezolano, apoyado y sostenido por ese mismo pueblo y
varias veces ratificado y legitimado por voto popular.
Un gobierno del pueblo y para el pueblo, que conforme con los
términos establecidos en el artículo 6 de la CRBV es y será siempre
democrático, participativo (y protagónico), electivo, descentralizado,
alternativo, responsable, pluralista y de mandatos revocables.
Nuestro comandante Hugo Chávez presidió este gran esfuerzo de
construir un gobierno digno que como modelo de gobierno se aleja abiertamente
de los llamados gobiernos burgueses, neoliberales, proimperialistas, de la IV
República. Un gobierno que le abrió las puertas en nuestro país a la V República.
En apenas 15 años hemos logrado un resultado por ahora (no
acabado) que más parece una proeza, sobre todo si tomamos en cuenta, que
nuestra Revolución tiene un origen electoral, pacífico, constitucional,
regulado por un ordenamiento jurídico; que es un Estado democrático y social,
de Derecho y de Justicia. Pero cuya principalísima cualidad es la de ser revolucionario,
anticapitalista, antiimperialista y socialista. En consecuencia, el gobierno
que rige al Estado, no puede tener un carácter distinto. Entonces, un gobierno
eminentemente revolucionario, con la misión de acabar con el Estado burgués, de
enfrentar al imperialismo, y de construir la nueva sociedad socialista. De tal
talante es el gobierno nuestro.
Se nos fue el constructor de esta obra, y cuando el enemigo
se solazaba con esta ida creyendo que ello haría naufragar la experiencia,
siguió haciéndose presente el pueblo soberano para decir: la Revolución
continúa. Y efectivamente, seguimos en Revolución.
15. MISIONES
He aquí otra de las obras inmensas y significativas
realizaciones que da idea de cómo debe apartarse lo viejo y crear nuevas
estructuras. Traigamos palabras del propio Chávez. Así dijo:
Es un derecho de ustedes; donde hay una necesidad, hay un
derecho. Eso lo dijo Eva Perón. Ustedes tienen derecho a la vida, derecho a
vivir; durante mucho tiempo ese derecho les fue conculcado, les fue negado, les
fue desconocido; ahora están recuperando sus derechos, sólo gracias a la
Revolución Bolivariana.
Ustedes se ponen a evaluar la historia de este continente, y
nos percataremos que las Misiones
Sociales venezolanas impulsadas por el Gobierno Revolucionario, por el pueblo,
no tienen precedente en la historia de este continente, su magnitud, su
extensión, su permanencia. Aquí en Venezuela se han convertido en política de
Estado, como parte del proceso de transformación integral del Estado, de la
sociedad, de la economía, de la Nación. Se han venido convirtiendo las misiones
en el centro, el núcleo central de las políticas del gobierno revolucionario, y
por eso, cuando digo esto, lo que también estoy diciendo es que pido que a las
Misiones las continuemos fortaleciendo; cuidándolas, perfeccionándolas; todas
las Misiones. Son alma del proceso social revolucionario. Y las Misiones son un
ejemplo elocuente de lo mucho que puede hacerse cuando existe voluntad
política.
En la oportunidad reciente de haberse creado el Sistema de
Misiones, el Vice-Presidente del Área Social, Héctor Rodríguez, señaló:
La política social del Gobierno Bolivariano posee principios
y características de universalidad para todas y todos; equidad, la búsqueda
constante de la justicia, de la justa distribución de la riqueza, y la
participación y organización popular, condición necesaria y permanente para
cumplir con el rol protagónico del pueblo en la transformación social.
Es y será el Estado Social de Derecho y de Justicia que
aprobó el pueblo en la Constitución Bolivariana impulsada por nuestro
Comandante Supremo; el instrumento que ha garantizado al pueblo, a través de
las Misiones, el acceso y disfrute al derecho a la alimentación, con la Misión
Alimentación; a la salud con la Misión Barrio Adentro; a la educación con las
Misiones Robinson, Ribas y Sucre; a la cultura y al deporte con las Misiones
Cultura y Barrio Adentro Deportivo.
Es la Gran Misión Vivienda Venezuela la que hoy, en un
esfuerzo sin precedentes en nuestra historia, está garantizando la vivienda
digna a las familias, a las que el capitalismo les negó el derecho a vivir en
paz.
Todo este esfuerzo se demuestra en el aumento contundente de
la inversión social: un 62,5% del total del ingreso público en los últimos 13
años. Este nivel de inversión social demuestra el compromiso más profundo del
Comandante Hugo Chávez por el pueblo, por los más pobres, por los humildes de
este país.
¿Por qué surgen las Misiones? Muchas veces oímos al
comandante Chávez explicarlo. Recientemente el Presidente Nicolás Maduro volvió
sobre lo mismo, en la oportunidad de instalarse el Sistema de Misiones. Y esto
fue lo que dijo:
Las Misiones nacieron, yo recuerdo las reflexiones con el
Comandante Chávez -año 2003- recuerdo que hubo una reunión el primero de mayo
de 2003 en La Casona, después de la marcha que hicimos, acabábamos, fíjense
ustedes, de pasar el tumultuoso y heroico año 2002 y habíamos derrotado golpe,
contragolpe, saboteo económico, petrolero. Después vino el 2002, que fue una
consolidación de la derrota del golpe y el inicio de la recuperación económica,
y fue en el 2003 cuando el comandante Chávez empezó a estudiar este tema de las
Misiones, el concepto de las Misiones. ¿Por qué? Porque el Estado burgués que
habíamos heredado sencillamente estaba tan maltrecho, que era imposible
plantearse cualquier tarea para desarrollar la Constitución y entregarle al
pueblo sus derechos a la educación, a la salud, a la alimentación, a través del
Estado burgués.
Miren, si el comandante Chávez hubiera tratado de alfabetizar
nuestro país a través de las estructuras del Estado burgués que heredamos de
los ministerios de Educación, no lo hubiéramos hecho nunca; porque son
estructuras que fueron hechas para administrar un Estado negador de los
derechos sociales, fueron Estados construidos para imponer la ideología y los
valores de la burguesía y la privatización de los derechos sociales; en todas
sus etapas. Así que el comandante Chávez, después de haber intentado una, dos,
tres cuatro veces, distintos planes de alfabetización, bueno, pidió ayuda a
Cuba y diseñó un plan especial. Y es precisamente, la Misión Robinson la que
logra el milagro de alfabetizar algo más de un millón y medio de venezolanos y
de venezolanas en su primera etapa y es cuando la Unesco declara a Venezuela
territorio libre de analfabetismo por primera vez en la historia. Igual nació
la Misión Barrio Adentro. Nació en primer lugar en Caracas como un ensayo. Era
Alcalde Freddy Bernal y se decidió empezar en algunos barrios de Caracas y
luego se hizo un plan especial –porque ustedes tienen que recordar, por favor,
hay que cultivar la memoria, cultivarla, como el amor; si el amor no se cultiva
desaparece, si uno no cultiva el amor por la patria desde niño, por nuestros
símbolos, por nuestra historia, bueno, desaparece. Recuerden ustedes como esta
derecha, estos mismos personajes, se burlaron de la Misión Robinson. Ah, porque
para ellos el pueblo no tiene derecho a estudiar, a pensar, a escribir, a
graduarse, y cuando Chávez lanzó estas Misiones ellos dijeron … bueno no sé
cuántas cosas, para desestimar esa maravillosa idea. Dijeron, por ejemplo “no, los médicos cubanos no son médicos ni
médicas, son brujos, son babalaos”. Y empezaron a perseguir a los médicos,
a perseguirlos con las cámaras de Globovisión, y a buscar a gente que dijera
cosas contra los médicos, a inducir el odio, el desprecio y la violencia.
Igual ocurrió con las restantes Misiones: campañas de
descréditos, de desconocimientos, de saboteos. Ha sido la conducta de la
oposición contrarrevolucionaria.
16. PLAN DE LA PATRIA
Estamos hablando del Programa del Gobierno Bolivariano
2013-2019, mejor conocido como Plan de la Patria, o II Plan Socialista
2013-2019. La autoría de este Plan corresponde a Hugo Chávez y fue el que
presentó en la campaña electoral presidencial de 2012, coronada con la
apoteósica victoria del 7 de octubre del mismo año.
De la presentación escrita de este Plan, también de la
autoría de Chávez, extraigamos algunas ideas centrales:
Éste es el tiempo, como nunca antes
lo hubo, de darle rostro y sentido a la Patria Socialista por la que estamos
luchando.
Independencia definitiva o nada debe
ser la divisa de los bolivarianos y bolivarianas de hoy. Independencia
definitiva es nuestra causa y nuestra tarea permanente … tesis combativa,
creativa y liberadora de la Independencia y el socialismo como proyecto abierto
y dialéctica construcción.
Nos toca realizar plenamente el sueño
libertario que nunca ha dejado de palpitar en la Patria y que hoy está latiendo
de manera incesante.
Éste es un programa de transición al
socialismo y de radicalización de la democracia participativa y protagónica.
Partimos del principios de que acelerar la transición pasa necesariamente por, valga la
redundancia, acelerar el proceso de restitución del poder del pueblo. El vivo,
efectivo y pleno ejercicio del poder popular protagónico es insustituible condición
de posibilidad para el socialismo bolivariano del siglo XXI.
No nos llamemos a engaño: la
formación socio-económica que todavía prevalece en Venezuela es de carácter
capitalista y rentista. Ciertamente, el
socialismo apenas ha comenzado a implantar su propio dinamismo interno entre
nosotros. Este es un programa precisamente para afianzarlo y profundizarlo;
direccionado hacia una radical supresión de la lógica del capital que debe irse
cumpliendo paso a paso, pero sin aminorar el ritmo de avance hacia el
socialismo.
Para avanzar hacia el socialismo,
necesitamos de un poder popular capaz de desarticular las tramas de opresión,
explotación y dominación que subsisten en la sociedad venezolana, capaz de
configurar una nueva sociabilidad desde la vida cotidiana donde la fraternidad
y la solidaridad corran parejas con la emergencia permanente de nuevos modos de
planificación y producir la vida material de nuestro pueblo. Esto pasa por
pulverizar completamente la forma Estado burgués que heredamos, la que aún se
reproduce a través de sus viejas y nefastas prácticas, y darle continuidad a la
invención de nuevas formas de gestión política.
Sigamos extrayendo de la Presentación del Plan otras ideas
centrales que tienen el mérito de haber sido, como las anteriores, escritas del
puño y letra del comandante. Veamos.
Es claro que Nuestra América vive un
cambio de época que arrancó, y es justicia reconocerlo, con la llegada al poder
de la Revolución Bolivariana: un cambio de época que se caracteriza por un
cambio real y verdadero de las relaciones de poder a favor de las grandes
mayorías.
Pero hay un signo alentador que
quiero destacar: ha comenzado a sentar sus bases un sistema internacional
multipolar que se orienta hacia ese gran principio que Bolívar llamara el equilibrio del universo.
Al presentar este programa lo hago
con el convencimiento de que sólo la participación protagónica del pueblo, con
su más amplia discusión en las bases populares, podremos perfeccionarlo,
desatando toda su potencia creadora y liberadora. Este es un programa que busca
traspasar la “barrera del no retorno“…
Nosotros estamos obligados a traspasar esta barrera, a hacer irreversible el
tránsito hacia el socialismo.
Refundarnos, como reza nuestra Carta
Magna, es una necesidad que no admite demora alguna … La consolidación de la V República
Bolivariana y Socialista es la más bella y luminosa justificación de más de dos
siglos de lucha y sacrificio.
El párrafo final de este Presentación del Plan de la Patria
es del siguiente tenor:
Les propongo: sigamos luchando, como
decía nuestro cantor Alí Primera, “por la
alborada de un mundo nuevo”, de una Patria Independiente y Socialista,
donde podamos vivir viviendo, inspirados en los más altos valores del
humanismo. En ello, yo, soldado tuyo, pueblo mío y amado, pongo todo mi corazón
venezolano.
De seguidas, refiramos un poco sobre el contenido mismo del
Plan. Antes que nada digamos que su estructura es como sigue: primero, se definen
en términos globales los cinco grandes objetivos históricos. Luego se concretan
esos mismos grandes objetivos históricos pero con la incorporación para cada
uno de ellos de los que son los objetivos nacionales. Finalmente, partiendo de
cada objetivo nacional (que corresponde a cada gran objetivo histórico) se van
concretando los objetivos estratégicos y generales (de cada objetivo nacional).
La lectura del Plan no es fácil; requiere orden,
meticulosidad, para entonces tener una visión global e integral de todo cuanto
tenemos por delante y hasta el 2019. Limitémonos en este punto a la mención de
cada uno de los cinco grandes objetivos históricos indicando para cada uno de
ellos los objetivos nacionales que lo integran. Dejamos al lector la indagación
de cuáles son los estratégicos y los generales. Precisemos.
I Objetivo Históricos: Defender, expandir y consolidar el
bien más preciado que hemos reconquistados después de 200 años: la
independencia nacional. A este objetivo histórico corresponden los siguientes
objetivos nacionales: 1) Garantizar la continuidad y consolidación de la
Revolución Bolivariana en el poder. 2) Preservar y consolidar la soberanía
sobre los recursos petroleros y demás recursos naturales y estratégicos. 3)
Garantizar el manejo soberano del ingreso nacional. 4) Lograr la soberanía
alimentaria para garantizar el sagrado derecho a la alimentación de nuestro
pueblo. 5) Desarrollar nuestras capacidades científico-tecnológicas vinculadas
a las necesidades del pueblo.
II Objetivo histórico: Continuar construyendo el Socialismo
Bolivariano del Siglo XXI en Venezuela, como alternativa al modelo salvaje del
capitalismo y con ello asegurar “la mayor
suma de felicidad posible, la mayor suma de seguridad social y la mayor suma de
estabilidad política” para nuestro pueblo. Los objetivos nacionales son: 1)
Propulsar la transformación del sistema económico, para la transición al
socialismo bolivariano, trascendiendo el modelo rentista petrolero capitalista
hacia el modelo económico productivo socialista, basado en el desarrollo de las
fuerzas productivas. 2) Construir una sociedad igualitaria y justa. 3)
Consolidar y expandir el Poder Popular y la democracia socialista. 4) Convocar
y promover una nueva orientación ética, moral y espiritual de la sociedad,
basada en los valores liberadores del socialismo. 5) Lograr la irrupción
definitiva del nuevo Estado Democrático y Social, de Derecho y de Justicia.
III Objetivo histórico: Convertir a Venezuela en un país
potencia en lo social, lo económico y lo político dentro de la gran potencia
naciente de América Latina y el Caribe, que garanticen la conformación de una
zona de paz en nuestra América. Objetivos nacionales propios de este objetivo
histórico: 1) Consolidar el papel de Venezuela como potencia energética
mundial. 2) Desarrollar el poderío económico en base al aprovechamiento óptimo
de las potencialidades que ofrecen nuestros recursos para la generación de la
máxima felicidad de nuestro pueblo, así como de las bases materiales para la
construcción de nuestro socialismo bolivariano. 3) Ampliar y conformar el
poderío militar para la defensa de la Patria. 4) Profundizar el desarrollo de
la nueva geopolítica nacional.
IV Objetivo histórico: Contribuir al desarrollo de una nueva
geopolítica internacional en la cual tome cuerpo el mundo multicéntrico y
pluripolar que permita lograr el equilibrio del universo y garantizar la paz
planetaria. Son sus objetivos nacionales: 1) Continuar desempeñando un papel
protagónico en la construcción de la unión latinoamericana y caribeña. 2)
Afianzar la identidad nacional y nuestroamericana, 3) Continuar impulsando el desarrollo de un
mundo multicéntrico y pluripolar sin dominación imperial y con respeto a la
autodeterminación de los pueblos. 4) Desmontar el sistema neocolonial de
dominación imperial.
V Objetico histórico: Contribuir con la preservación de la
vida en el planeta y la salvación de la especie humana. Objetivos nacionales a
esta categoría: 1) Construir e impulsar el modelo económico productivo
ecosocialista, basado en una relación armónica entre el hombre y la naturaleza,
que garantice el uso y aprovechamiento racional, óptimo y sostenible de los
recursos naturales, respetando los procesos y ciclos de la naturaleza. 2)
Proteger y defender la soberanía permanente del Estado sobre los recursos
naturales para el beneficio supremo de nuestro pueblo, que será su principal
garante. 3) Defender y proteger el patrimonio histórico y cultural venezolano y
nuestroamericano. 4) Contribuir a la conformación de un gran movimiento mundial
para contener las causas y reparar los efectos del cambio climático que ocurren
como consecuencia del modelo capitalista
depredador.
17. INTEGRACIÓN QUE AVANZA
Ninguna duda al respecto. La condición internacionalista de
Chávez, ya vista en la Parte I de este Trabajo, ha contribuido de forma
decisiva a abrirle camino a la integración latinoamericana y caribeña; también
al desarrollo en el país de una conciencia acerca de la necesidad de una nueva
geopolítica internacional orientada al logro de un mundo multicéntrico y
pluripolar, del que tan requerida se encuentra la humanidad, para enfrentar la dominación imperial, teniendo siempre
presente el principio de la autodeterminación de los pueblos. Chávez en todo
esto ha sido el principal artífice, el inspirador consumado y el constructor
más consecuente.
América Latina y el Caribe exhiben importantes
logros políticos y sociales en un universo de experiencias disímiles, muchas
inspiradas en la defensa de la
independencia, la soberanía y la integración regional, con una creciente
disposición de buscar soluciones de conjunto. También son claros los avances
del movimiento progresista y revolucionario. Ese liderazgo ha forjado espacios
de integración de los pueblos como la Alba y Petrocaribe; se erigieron también
nuevos instrumentos de concertación y diálogo con la presencia de todos los
gobiernos de la región como UNASUR y la CELAC, que permiten iniciar el proceso
de superación del viejo sistema de relaciones interamericanas hegemonizadas por
el gobierno de los EEUU. De igual forma podría citarse el Banco del Sur, Tele
Sur, la Universidad del Sur, etc. Y nadie es capaz de desconocer que en todo
ello la inspiración, el pensamiento y la acción de Hugo Chávez ha estado de
cuerpo presente.
Por otro lado resulta altamente significativo poder valorar
los grandes esfuerzos de Chávez y su gobierno por diversificar con alto sentido
estratégico sus relaciones internacionales, manejando nuestra riqueza energética
(fundamentalmente petróleo), con sentido de Patria, con sentido integrador, con
sentido solidario sin menoscabo de lo que en el fondo implica el negocio
petrolero, de donde el país obtiene sus ingresos en una proporción bastante
elevada. De allí el fortalecimiento de la OPEP que encontró en Chávez a uno de
sus principales bastiones; de allí las muy convenientes relaciones con las
grandes potencias tales como China y Rusia, además del eje formado por los
países del BRICS. De allí, igualmente, la concepción geopolítica con la cual se
están adelantando las operaciones en la faja petrolífera del Orinoco. Desde
luego, los centenares de acuerdos internacionales suscritos con una buena
cantidad de países con los que Venezuela mantiene relaciones comerciales,
económicas, políticas, culturales, etc.
Cobra pertinencia, por tanto, la preocupación de Chávez
orientada a introducir en el Plan de la Patria 2013-2019, el IV objetico
histórico, es decir, contribuir al desarrollo de una nueva geopolítica
internacional en la cual tome cuerpo el mundo multicéntrico y pluripolar que
permita lograr el equilibrio del universo y garantizar la paz planetaria. Por
supuesto también, todos los objetivos nacionales, estratégicos y generales
específicos a ese objetivo histórico (véase Plan de la Patria).
18. PODER POPULAR
Nada más clave, para la profundización del proceso
revolucionario que la toma de conciencia respecto al Poder Popular y el inicio
de la construcción del mismo. Y ello encontró en Chávez a su más insigne
impulsor. Cuando hablamos del Chávez consejista y comunero, con lo cual
aludimos a su identificación plena y total con dos estructuras claves para la
implantación del Estado Comunal: los Consejos Comunales y las Comunas, estamos
colocando las cosas en su exacta dimensión. Pero vayamos al fondo. La Revolución
Bolivariana Venezolana se ha impuesto como objetivo estratégico la sustitución
del Estado capitalista y neo-liberal burgués por un nuevo Estado Bolivariano y
Socialista que enarbole las banderas del Socialismo del Siglo XXI. Con la
Constitución de 1999, surgida de la Asamblea Nacional Constituyente, venimos en
estos últimos catorce años, refundando la República Bolivariana de Venezuela
para constituirnos cada vez más en un
Estado democrático y social de Derecho y de Justicia. En eso andamos. En eso
estuvo empeñado y comprometido el comandante Chávez.
La sustitución del estado capitalista y neo-liberal burgués
pasa por su liquidación gradual donde lo viejo le va dando paso a lo nuevo; las
viejas estructuras dándole paso a las nuevas estructuras. Todo en un proceso
que debe hacerse indetenible. Y, que resulta decisivo, teniendo muy clara la
distinción entre poder constituido y poder constituyente. Un poder constituido
sometido al poder constituyente y éste muy distante de aquel que nos enseñaron
a conceptualizar como poder, al que se convoca cada número de años para elegir
a unos representantes, mientras que entre convocatoria y convocatoria permanece
distante, silencioso, acrítico, adormecido, aletargado. Entonces, un poder
constituyente en ejercicio del poder soberano que sólo él detenta, de
permanente ejercicio, en estado de vigilia y presto siempre a ponerse en
movimiento.
Cuando hablamos de poder constituyente estamos hablando de
poder popular. Chávez se impuso como una de sus tareas prioritarias,
prácticamente con el inicio del período de gobierno que se inició en el 2007,
lo que en uno de sus famosos cinco motores, específicamente el N° 5, denominó
la explosión del poder popular; claro está, teniendo como base de sustentación
un reordenamiento de la geopolítica de la nación, o sea, lo que incorporó
también a los llamados cinco motores (el N° 4, para ser específico), bajo la
figura de la nueva geometría del poder.
Los pasos que se vienen dando van dirigidos a la edificación
del Estado comunal partiendo de esas nuevas estructuras (consejos comunales,
comunas, etc), que en ejercicio de poder popular van abriendo, perfilando y
caracterizando ese camino constructor. Por eso afirmamos que Chávez se
convierte en el primero de los consejistas (afectos a los consejos comunales) y
en el primero de los comuneros (afectos a las comunas); esto último puesto tan
de relieve cuando en uno de los momentos estelares de su existir, faltando poco
para su partida, nos reveló aquel mensaje, más que consigna; comuna o nada
(Discurso Golpe de Timón, del 20 de octubre de 2012.
En la oportunidad en que el comandante Chávez se refería a
las cinco actividades básicas que corresponde desarrollar, como poder comunal,
en una comunidad y al respectivo Consejo Comunal, mencionaba: el diagnóstico
comunal, el plan comunal, el presupuesto comunal, la ejecución de los proyectos
comunales y la contraloría comunal. Mediante el diagnóstico, la propia comunidad
detecta sus problemas, sus necesidades, estableciendo un orden de prioridades.
Del diagnóstico surge el plan con metas, con objetivos, para lo cual es preciso
haber determinado qué vamos a solucionar, por dónde vamos a comenzar, en qué
tiempo, cuál es el modo de solucionar el problema. Elaborado el plan se
presenta la necesidad de elaborar el presupuesto y las formas de garantizarlo
partiendo de esfuerzos y recursos propios y recursos y apoyos externos.
Teniendo plan, el presupuesto, el proyecto, los recursos financieros y
técnicos, lo que viene es la ejecución del proyecto por parte de la propia y
comunidad, para finalmente entrar en la fase del ejercicio contralor, para que
las cosas vayan por el rumbo que debe ser.
Escuchemos a Chávez diciéndonos:
Por eso les digo, tiene que ser una hermandad entre el poder
constituyente que son ustedes (hablaba en una reunión de voceros comunales), el
poder comunal; y nosotros, sus
representantes en el poder constituido. Se trata de un nuevo concepto de
Estado, la compenetración, es el Estado
social, el Estado comunal, ya no es el Estado burgués que arremetía contra el
pueblo, que saqueaba al pueblo, lo reprimía, lo explotaba y enriquecía a un
sector, a las minorías, a la oligarquía, a la burguesía nacional y al
imperialismo.
Este es un Estado cada día más antiimperialista, popular,
comunal, unido, pero hasta las entrañas, con el pueblo. Y el pueblo cada día
más organizado, cada día más consciente, cada día más dinamizado en el poder
popular, en el poder popular constituyente, en el poder comunal. La explosión
del poder comunal, la bomba atómica para la vida, la bomba atómica de
Venezuela.
Imposible dejar de mencionar, en este camino impulsado por
Chávez, hacia la construcción del Poder Popular, el conjunto de leyes
específicas sancionadas por la Asamblea Nacional y promulgadas por el mismo
Chávez, que tratan esta materia. Precisemos:
Ley Orgánica del Poder Popular; Ley Orgánica de los Consejos Comunales,
Ley Orgánica de las Comunas; Ley Orgánica de Planificación Pública y Popular;
Ley Orgánica del Sistema Económico Comunal; Ley Orgánica de Contraloría Social;
Ley de los Consejos Locales de Planificación, entre otras.
19. UNIDAD CÍVICO-MILITAR
Prestemos atención a esto que dice Chávez:
Desde niño me gustó la vida militar… Cuando llegué a la
Academia me encantó. Francamente, yo había querido estudiar física y
matemática, y además, ser pelotero
profesional, con los Magallanes. Esa era mi meta… Pero la vida militar
me apasionó, hasta el punto que lo subordiné todo a ella… Me sentí como pez en
el agua en la Academia Militar, que todavía es para mí -y lo será toda la vida – un recinto sagrado.
Pasé trabajo allí, pero nunca lo sentí como una carga
En una oportunidad le preguntaron al General Pérez Arcay
acerca de dónde conoció a Chávez, y respondió:
Allí, en la Academia Militar de Venezuela. Yo era el Director
Académico, y en 1974 los Alférez iban los fines de semana a recibir
conferencias en la cátedra de la Sociedad Bolivariana de Venezuela. El doctor
Luis Acosta Rodríguez, que ya murió, tenía ese cargo, esa cátedra. En una de
las conferencias se refirió a Bolívar como dictador y sustentaba su
argumentación en el hecho de que el Libertador había conducido los destinos de
Colombia mediante decretos, porque veía en peligro la disolución de su sueño anfictiónico.
Uno de los alumnos se levantó y dijo: “Ese no fue un dictador, sino un tirano”. Inmediatamente, Chávez
hizo una ardiente defensa del Libertador, y le plantó una discusión muy seria
al alumno que casi termina con la conferencia del doctor Acota Rodríguez. El
alférez mayor de entonces, Alcides Rondón, hoy general de Brigada, para cortar
por lo sano, dijo: “Alférez Chávez,
preséntese en la Academia Militar”. Y él le respondió: “No voy para la Academia Militar, alférez
mayor, porque hoy tengo pernocta y nadie me puede castigar por haber defendido
el pensamiento del Libertador”.
De nuevo, traigamos al propio Chávez, haciendo afirmaciones
como las que siguen:
Adán fue uno de los
que más influyó en mis actitudes políticas. Él es muy humilde y no lo dice
expresamente, pero tiene una gran responsabilidad en mi formación. Mi hermano
estaba en Mérida y era militante del Movimiento de Izquierda Revolucionaria
(MIR). Yo no lo sabía, sólo me llamaba la atención que él y sus amigos iban
todos de pelo largo, algunos con barba. Aparentemente yo desentonaba con mi
cabello cortico, mi uniforme. Me sentía muy bien en ese grupo, Nos íbamos, por
ejemplo, a un bar de muchachos, cerca de la casa de mi mamá. Particularmente a
uno, que se llamaba Noches de Hungría, o al Capanaparo, donde cantaba Betsaida
Volcán, una mujer bellísima.
Cierta vez uno de esos
muchachos (en alguna de esas reuniones) me dijo: “este uniformado debe ser uno de esos parásitos”. Casi nos entramos
a golpes, pero el grupo me defendió. “Respeta,
vale, que este es Hugo Chávez, amigo nuestro”. Había discusión política y
muchas lecturas. Ahí me fui interesando por el tema social, aunque si miro más
atrás, siempre tuve, desde niño, simpatías por los rebeldes. Esa zona de
Sabaneta fue una zona insurgente. De mi pueblo varios se fueron a la guerrilla,
y mi padre estuvo vinculado al MEP, de tendencia socialista, dirigido por el
viejo Luis Beltrán Prieto Figuera.
Fueron dos los acontecimientos que dispararon en mí una
vocación política, que radicalizaron mi pensamiento. En primer lugar el hecho
de haber formado parte de un experimento educativo en la Fuerza Armada,
conocido como el Plan Andrés Bello (de intensa formación humanista y
asignaturas tales como Metodología, Sociología, Economía, Historia Universal,
Análisis, Física, Química, Introducción al Derecho, Derecho Constitucional) …El
segundo acontecimiento, asociado a lo anterior, fue el descubrimiento de
Bolívar. Comencé a leer vorazmente de todo, pero en particular sus propios
textos y los materiales relacionados con su pensamiento y su biografía.
El Chávez militar queda reflejado con lo dicho. Ninguna duda,
pero un militar con los kilates de oro que se deducen de lo que acaba de quedar
escrito. Un soldado con sólida formación militar pero con un origen de gente de
pueblo, de hogar de pueblo, que vivió y sintió como gente de pueblo, que jamás
se desvinculó de él, sino que por el
contrario su condición adquirida de soldado, de militar, lo consustanciaron e identificaron
mucho más con ese pueblo, sus tristezas y angustias, sus esperanzas y sueños,
sus amores y pasiones, sus luchas. En todo caso, siempre mantuvo el criterio
que el uniformado (militar) y el no uniformado (civil), forman parte ambos de
ese mismo pueblo. Solo que ha habido interés de unos cuantos sectores y cúpulas
de tenernos como especie de mundos separados; el mundo militar, el mundo civil.
Chávez fue resistente a admitir tal criterio y en cambio abogó por una visión
distinta, sobre todo por conocedor de la historia misma, que al remontarse a
las luchas por la independencia patria supo tomar conciencia del carácter de
las luchas iniciales cuando todavía los independentistas no contaban con las
amplias masas de pueblo (pardos, mulatos, negros, campesinos) y cuando esto
cambió, cuando estos últimos sectores fueron cambiándose de bando para venir
ahora a izar las banderas patriotas, fue cuando realmente la lucha independista
entró por la senda de la victoria. Desde luego, esto mismo pero más acentuado
en los tiempos del General del pueblo Ezequiel Zamora, quien centró su combate
contra la oligarquía, goda y terrateniente, atrayendo más férreamente a la
causa a ese pueblo, que encontró por qué luchar.
Ya en tiempos de Chávez ocurren tres hechos que marcaron al
comandante y formaron en él, de forma definitiva, el concepto de la alianza
cívico militar. Esos tres hechos fueron: 1) la insurrección de pueblo de
febrero de 1989, de pueblo en la calle, sin dirección ni organización, sin
objetivos claros, con pasión desbordada, en abierta protesta y repudio a
medidas de gobierno que los hacía más desprotegidos y expoliados. Pero un
pueblo que se le colocó a su frente para aniquilarlo, a las mismísimas Fuerzas
Armadas existentes para la época; desde luego una matanza descomunal, ¿de quién?
De ese mismo pueblo indefenso. 2) Las insurrecciones, esta vez de predominio
militar, del año 1992, prácticamente sin incorporación, respaldo o apoyo civil,
que condujo, en dos intentos, al fracaso de los objetivos propuestos: desplazamiento
del gobierno. 3) La experiencia del derrotado golpe de estado de abril de 2002,
gracias esta vez a la conjunción del pueblo y de militares afectos al
Presidente Chávez y al proceso revolucionario en marcha, que en menos de
cuarenta y ocho horas obligaron al retorno del Presidente Chávez.
Con esos elementos, el Chávez que se encontraba en ese
particular proceso de maduración, de aceración, de reflexión, se aferró más a
la idea de la necesaria e inevitable alianza cívico militar como condición sine qua non para la existencia de la
Patria y para el triunfo de la Revolución Bolivariana. Todo lo dicho quedaría
complementado cuando una vez Chávez admitió lo importante que había sido en su
pensamiento la lectura que hizo del libro de Fabricio Ojeda: La Guerra del Pueblo (1966) y sobre todo
el párrafo siguiente en el que Fabricio dejó escrito:
La base antifeudal y antiimperialista de nuestro proceso
revolucionario plantea un género de alianzas que está por encima del origen del
credo político, de la concepción filosófica, de las convicciones religiosas, de
la situación económica o profesional y de la afiliación partidista de los
venezolanos, El enemigo común, su fuerza y su poderío reclaman una lucha
unitaria para vencerlo. Son proclives para luchar por la liberación nacional
las siguientes fuerzas: los obreros y campesinos, la pequeña burguesía,
estudiantes, intelectuales, profesionales; la mayoría de oficiales,
suboficiales, clases y soldados de las Fuerzas Armadas de aire, mar y tierra
Claro está, como lo señaló Fabricio, todos estos sectores
civiles y militares tienen vocación a conformar una verdadera alianza nacional
revolucionaria. Y Chávez reiteró en el criterio, en esa visión, al punto que
hoy por hoy, esta alianza cívico-militar luce consolidada y como una de las columnas
fundamentales que permiten el sostenimiento y apalancamiento de todo el proceso
de la Revolución Bolivariana en tránsito al Socialismo del Siglo XXI. Y todavía
más, una visión con rango constitucional por cuanto que el principio de la
corresponsabilidad en la defensa integral de la patria, establecido en el
artículo 326 de la CRBV así lo confirman plenamente.
El principio de corresponsabilidad se ejerce (o debe
ejercerse) en todos los ámbitos: económico, social, político, cultural,
geográfico, ambiental y militar. Por otro lado, tengamos muy presente que la
alianza llega a tener expresión con la creación de la Milicia Bolivariana (y su
Comando) en abril 2009. La Milicia es un cuerpo organizado por el Estado, que
complementa a la Fuerza Armada Nacional Bolivariana en la defensa integral de
la Nación, para contribuir en garantizar su independencia y soberanía.
De esa manera se comienza a organizar el pueblo en armas, que
debe implicar conocimiento de las armas, estrategia y táctica, resistencia
popular que es la única alternativa para enfrentar la maquinaria imperialista.
20. PSUV Y GRAN POLO PATRIÓTICO
Fue Chávez el principalísimo inspirador y animador en la
creación del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV). Para tener una
visión lo más integral posible de lo que representó este aporte del Comandante,
y esta realización trascendental, traigamos a estas páginas dos circunstancias:
la primera, tiene que ver con un conjunto de reflexiones hechas por el mismo
Chávez en la oportunidad (24 de marzo de 2007) en la cual se dio la reunión con
los 2.398 propulsores y propulsoras para dar por iniciado el proceso que
condujo a la creación del Partido. Y la otra circunstancia, la formación misma
del Partido desde el enfoque de lo que es su Declaración de Principios, sus
Bases Programáticas y sus Estatutos.
Importa también destacar que no podemos obviar la
significación que debemos atribuirle al Gran Polo Patriótico como instrumento
integrador de todas las organizaciones políticas y sociales que identificadas
con el chavismo, apoyan, sostienen y
contribuyen a consolidar el proceso revolucionario en el país. Igualmente
anotemos que el PSUV es la organización política que cuenta con el mayor
respaldo del pueblo chavista, pero que, sin sectarismo ni prepotencia, está llamada
a compartir responsabilidades de conducción y dirección de todo el proceso con
las organizaciones políticas y sociales aliadas. En esto también Chávez fue un
auténtico articulador de esfuerzos.
De seguidas, dejemos que sea el propio Chávez e l que exponga
sus planteamientos respecto a este aspecto:
(…) de este proceso de conformación del Partido Socialista
Unido de Venezuela, va a salir
fortalecido el proyecto revolucionario, fortalecida la Revolución Bolivariana,
fortalecido el pueblo venezolano, tanto a nivel interno como a nivel
internacional, porque ustedes saben que nuestra revolución tiene impacto mucho
más allá de nuestras fronteras, no sólo en el Caribe … Cuidemos al extremo de
que ese árbol (se refería al Partido) no nazca torcido, que nazca completo, que
nazca derecho; que nuestro Partido sea un verdadero nuevo partido, que rompa
con todos los esquemas del partidismo político que en Venezuela, se instaló
durante las décadas anteriores y en el mundo … Ese viejo paradigma del partido
y el partidismo se agotó. Tenemos que inventarlo. Alguien hablaba de Simón
Rodríguez: “Inventamos o erramos”. Tenemos que inventar ése, nuestro nuevo
partido, que es, sí, una profunda y grandísima necesidad política; crear un
poderoso instrumento, una poderosa y nueva organización flexible, dinámica,
unida, unitaria.
Cuidado, ustedes, propulsores y propulsoras, porque una de
las condiciones para ser miembro militante, combatiente, camarada del partido
socialista es ser revolucionario y ser socialista; los que tengan dudas, no se
metan aquí, se los ruego, y ustedes deben estar muy atentos, aquí, necesitamos
verdaderos revolucionarios, gente honesta, y que vengan a construir, como he
dicho una y cien veces, en condiciones de igualdad, aquí somos iguales; yo
estoy despojado de mi condición de Presidente, yo no vengo aquí como
Presidente, vengo como un compañero más, un camarada más.
Hay dos corriente por ahí, así, ahora, cuidado con esas
corrientes (fue cuando habló del reformismo y del dogmatismo). El reformismo
puede acompañar una revolución por un tiempo, pero hay una barrera más allá de
la cual el reformismo se convierte en contrarrevolucionario, y eso es lo que
está ocurriendo aquí. A los reformistas no les gusta la intervención de los
hatos, porque esto es revolución en el campo y hay personas que tienen
conexiones, compromisos con los terratenientes, con la élite regional o
nacional, o que les da miedo que los llamen esto, que los llamen aquello, por
el periódico, por la radio: o a veces, tienen rabo de paja y no se atreven a
meterse en la candela. El que tenga rabo de paja, no se acerque a la candela …
(El reformismo) es como el colesterol, lo llaman algunos el asesino silencioso,
es el reformismo contrarrevolucionario, por dentro de nosotros mismos. El
Partido tiene que ser capaz de detectarlo y de ir limpiando, creando verdaderos
cuadros revolucionarios, insertándose junto al pueblo, la clase obrera, los
campesinos, los estudiantes, las juventudes, las mujeres, insertándose allí en
la masa popular, en las multitudes, impulsando el proceso revolucionario … La
otra corrientes es el dogmatismo, que también termina siendo
contrarrevolucionaria …Cuidado, algunos compañeros pudieran estarse dejando
llevar por esas corrientes, pudieran estar perdiendo el horizonte, la brújula.
Como yo sé que en ambas partes, en ambas corrientes hay gente buena, hay
compañeros buenos que pudieran estar confundidos por el momento, y hay
seguidores de ellos que son buenos y de buena fe, y pudieran estar creyendo en
ellos; yo les hago un llamado a que reflexionen profundamente, que despejen sus
dudas y que se vengan con nosotros.
(…) es momento de profundizar; mañana, puede ser demasiado
tarde. Hagámoslo ahora, con resolución, con inteligencia, con voluntad, sin que
nos detengan obstáculos ni resistencias internas o externas. Porque necesitamos
profundizar la revolución. Necesitamos al partido, necesitamos al pueblo
orientado por el partido, el partido orientado por el pueblo, juntos … Un
partido, además, que no sea el que vaya a controlar al pueblo, sino al revés,
un partido controlado por el pueblo.
Aquí hay plena libertad de debate, y esa debe ser una de las
características más profundas del nuevo partido, el debate, desde las bases; no
un debate circunscrito a una élite, a una cúpula, a un cogollo. Consulta,
participación, protagonismo, debate. Eso sí, cuando se decida, entonces, viene
la disciplina. Se decidió esto, bueno yo tengo una visión distinta; pero es la
decisión, por ahí tenemos que irnos, porque se trata de una Revolución.
La unidad es imprescindible, decía Bolívar, porque la unidad
nuestra se inspira mucho en Bolívar, el pensamiento de Bolívar, que a mí me es
un puente espiritual con el pueblo: Es la
unión, dijo Bolívar, ciertamente, la
que nos falta para completar la obra de nuestra regeneración, más sin embargo,
esa unión no nos vendrá por prodigios divinos, sino por efectos sensibles y
esfuerzos bien dirigidos. Ahora, esa
unidad, pues, no debe ser burocratizada; debe ser real, orgánica. Profunda,
debe profundizar la democracia revolucionaria, como lo dijo Bolívar, en
Jamaica, en1815, quince años después, había sido expulsado de aquí de Venezuela
y trataron de matarlo en Bogotá y ya había renunciado al gobierno y se fue,
estaba en Cartagena. ¿Cuál fue la gran causa? Él no se equivocaba cuando decía: “Sólo la unión nos falta para completar la obra de nuestra regeneración”.
En otra ocasión dijo: “Si nos fundimos,
el alma nacional en un todo, el cuerpo nacional en un todo, el espíritu
nacional en un todo; la sociedad terminará siendo una lucha cuerpo a cuerpo,
hombre a hombre, por la sobrevivencia: y un nuevo coloniaje legaremos a la
posteridad. En otra ocasión, dijo “Unidad,
unidad, unidad. Unámonos, no seamos los verdugos de nuestra propia Patria”.
Y allá terminó, en Santa Marta: “Si mi
muerte contribuye para que cesen los partidos y se consolide la unión, yo
bajaré tranquilo al sepulcro”. Bolívar no pudo lograr la unión y Venezuela
entró en un caos, lo que ha podido ser una gran victoria de nuestros pueblos
terminó siendo 20 derrotas, porque todos los pueblos terminaron derrotados,
divididos y dominados.
En estos últimos años, he visto personas que uno creía que
eran tremendos revolucionarios y no aguantaron el paso por el poder, un cheque
de no sé cuántos millones: así como he visto, afortunadamente, muchísimos
compañeros y compañeras que han pasado la prueba, que hemos pasado la prueba,
pero cada quien amárrese (a sus) valores, fortalezca la conciencia porque el
enemigo anda por dentro y no sólo el enemigo declarado, sino dentro de nosotros
mismos, las viejas costumbres, dice Víctor Hugo, en Los Miserables –hablando de
la Revolución Francesa, que con todo su heroísmo, se vino abajo y luego se
impuso la restauración y el imperio y la contrarrevolución- a través de un personaje
de su novela: Creíamos haber cambiado el mundo, pero nos olvidamos de algo, de
cambiar las costumbres … Hay que romper
con el paradigma de la representatividad, hay que luchar con una fuerza mayor a
la de la costumbre, para romperla y crear nuevas costumbres, nuevas realidades,
nuevas ideas, nuevos escenarios, el nuevo partido, un partido de moral … un
hombre que golpee a una mujer no puede estar aquí, no puede ser un
revolucionario, porque hay mucho de eso en nuestra sociedad, un machista no
puede ser un revolucionario ni un socialista, un latifundista no puede estar
aquí, un corrupto jamás puede estar en el Partido Socialista Unido, ni un
traficante de influencias.
La única forma en que yo pueda ser líder del partido, en
cualquier nivel, es si vengo elegido por la base; si no, no debe estar en
ningún cargo de dirección; el partido tiene que ser eso, y mucho más, un
partido de moral y un partido de luces, un partido de estudiantes, tenemos que
estar estudiando todos, porque estamos inventando, investigando todos, porque
estamos inventando, investigando, proponiendo cualquier idea, discutiendo y
debatiendo, partido de moral, partido de luces; y para tomar a Cristo, “sean luz del mundo y sal de la tierra”,
un partido de moral, es la lucha contra la corrupción, la moral lleva la sal
para evitar la podredumbre, moral y luces, un partido de frentes, por tanto, un
partido indígena, un partido obrero, un partido negro, afrodescendiente, un
partido estudiantil, juvenil, ese partido debe tener muchos brazos, y sólidos
brazos, el conjunto debe tener, como resultante supremo, lo que decía Alfredo
Maneiro,: eficiencia política y calidad
revolucionaria, dos condiciones de un partido, de un movimiento político,
debe ser eficiente políticamente, eficiente para organizarse, para moverse,
para ganar elecciones cuando haya que ganar elecciones.
De todo eso, debe ocuparse el Partido Socialista
Revolucionario, de la concepción ideológica, de la estrategia, de la táctica,
de la propulsión, de la orientación de la masa, de la multitud, tiene que ser
un partido que se abra, que se cierre, que ataque, que se defienda y que
triunfe siempre, incluso, diría más, tiene que ser un partido para la paz, pero
si fuere necesario, un ejército para la guerra, junto a nuestros soldados, campesinos,
trabajadores, capaces de irnos a la guerra para defender de cualquier agresión
imperialista a la sagrada patria venezolana, para defender el impulso de
nuestra revolución; un partido para la paz, y en cualquier escenario flexible,
amplio, dinámico, de moral, de luces; espada afilada de la Revolución, llama
viva de la Revolución, eso debe ser nuestro Partido.
Ahora, para tener la visión integral de este hecho
trascendente para la dirección y conducción del proceso revolucionario,
traigamos las principales ideas con las cuales se formó el Partido Socialista
Unido de Venezuela. Para ello acudimos a lo que a lo interno se ha dado en
denominar el Libro Rojo del PSUV. En esa publicación encontramos la Declaración
de Principios, las Bases Programáticas y los Estatutos.
-
De
la Declaración de Principios
En esta parte, destinada a la Declaración de Principios, se
precisan varios aspectos, para en base a ellos, emitir concretas definiciones.
Estos aspectos son: la amenaza imperialista; la crisis del capitalismo mundial;
terminar con el capitalismo y construir el socialismo para acabar con la
pobreza e implantar la justicia social; del estado capitalista burgués al
estado socialista; el internacionalismo; la defensa de la revolución; la
unidad; lo original y creativo; y la construcción del socialismo bolivariano
como única salida. De esta forma, se resumen lo que son los principios
fundamentales y lo que son los principios generales. Entre los Principios
Fundamentales se mencionan:
- El Partido asume el ideario Bolivariano, la contribución de
Ezequiel Zamora y la de Simón Rodríguez, así como los aportes de lucha y organización
de los pueblos indoafro americanos;
- Se inspira en los orígenes del cristianismo, en la teoría
de la liberación, se nutre del socialismo científico y las experiencias de sus
hombres y sus mujeres que han luchado por la revolución y la construcción del
socialismo.
Entre los Principios Generales, el Partido se declara como:
- Anticapitalista y antiimperialista; anticorrupción; socialista;
marxista; bolivariano;
- Comprometido con los intereses de la clase trabajadora y el
pueblo; humanista; internacionalista; patriótico; unitario;
- Ético y con moral revolucionaria; defensor de los derechos
de la madre tierra; defensor de la igualdad y equidad de género; defensor de
los derechos de las personas con discapacidad; defensor de la democracia
participativa y protagónica de la sociedad;
- Vanguardia política del proceso revolucionarios; original y
creativo; defensor, impulsor y promotor del Poder Popular; promotor del
desarrollo endógeno; defensor de la igualdad en el seno de la organización;
- Crítico y autocrítico; basado en el principio del centralismo
democrático y de dirección colectiva; disciplinado; practicante de la
democracia interna en el Partido.
- Y finalmente, se establece que los militantes del PSUV
deben darle plena vigencia, con la práctica cotidiana, a todos estos
principios, asumiendo la máxima del Che Guevara cuando dijo: ”la revolución se lleva en el corazón para
morir por ella, y no en los labios para vivir de ella”, de esta manera,
será completamente sincera y cierta nuestra consigna: Patria Socialista o
Muerte … Venceremos.
-
De
las Bases Programáticas
Esta parte está
destinada a dejar sentadas las bases programáticas del PSUV. Para ello analiza
en forma amplia varios componentes que lucen necesarios para producir
definiciones programáticas, a saber: las fuerzas motrices de la Revolución
Bolivariana; las formas de lucha y la acumulación de fuerzas; los objetivos
estratégicos: consolidación de la democracia participativa y protagónica,
derrota del imperialismo y toda forma de dominación extranjera, construcción
del socialismo bolivariano; las tareas de la Revolución Bolivariana para la
transición al socialismo (tarea central y tareas principales); el modelo de
desarrollo endógeno auto-sustentable; el modelo productivo de transición al
socialismo; el capitalismo; formas de propiedad; organización de la producción:
ruptura de los mecanismos de saqueo imperialistas; ruptura de la dependencia;
ruptura de la cultura empresarial capitalista: modo de comercialización
socialista, modo de financiamiento y administración, modo de gestión científico-tecnológico,
modo de desarrollo endógeno, modo ecológico.
-
Estatutos
del PSUV
Son cuarenta y un (41) artículos distribuidos en ocho
Títulos. El Título I, trata de las Disposiciones Fundamentales, entre otras:
nombre del Partido, propósito u objeto, valores y principios, principios
organizativos y métodos de la democracia interna. El Título II trata De La
Militancia: características de la militancia, quién debe ser considerado
militante; derechos, deberes, compromiso con el estudio teórico y práctico,
formación para desempeñar cargo, compromiso de la lucha contra el burocratismo,
compromiso de lucha contra la corrupción.
El Título III se refiere a la Organización del Partido, y
contiene: distribución territorial de los órganos del Partido, la organización
funcional, el sistema de formación socialista, de los frentes sociales, de la
juventud del Partido, de las patrullas socialistas, de la tipología de las
patrullas socialistas, del equipo político comunal, del equipo político
municipal y/o parroquial, los equipos políticos municipales, del equipo
político estadal, la organización regional, del funcionamiento, de la dirección
política nacional, reglamento de funcionamiento, el Congreso Socialista, del
Presidente o la Presidenta del Partido, de las coordinaciones sectoriales.
El Título IV comprende lo relativo al Financiamiento del
Partido y contiene: formas de financiamiento, cotizaciones, principios para
determinar el monto de las cotizaciones. Por su parte, el Título V está
referido al Tribunal Disciplinario y las Sanciones y comprende: del Tribunal
Disciplinario, del procedimiento disciplinario, y de las sanciones. El Título
VI trata del Código de Ética y del Comportamiento de las y los Militantes y
contiene: principios, reglas éticas, de la conducta de los militantes. El
Título VII establece Disposiciones Generales y entre ellas: los símbolos del
Partido y de lo no previsto. Finalmente el Título VIII incorpora dos
Disposiciones Transitorias que se relacionan con las nuevas autoridades y sobre
el Congreso Extraordinario.
EPÍLOGO NECESARIO
Varias son las interrogantes que podemos colocar sobre el
tapete, de forma que podamos, en base a ellas, producir algunas reflexiones.
Por ejemplo, ¿estaríamos donde estamos sin haber contado con la participación de
este hombre excepcional, de este Hugo Chávez? Nos resulta más que cierto que el
proceso revolucionario venezolano, esta Revolución Bolivariana y Socialista del
Siglo XXI, no hubiese sido posible sin la participación en primer término,
nunca lo olvidemos, del bravo pueblo venezolano, y sin el concurso de un
liderazgo a cuya cabeza tenemos que ubicar a Hugo Chávez.
¿Y dónde estamos? ¿A dónde hemos llegado? Evidente que hemos
andado mucho camino, pero aún estamos lejos de cumplir con los objetivos que
tenemos propuestos. La Revolución no la tenemos hecha ni la podemos considerar
realizada. Incluso, todavía no podemos decir que la hemos colocado en el punto
del no retorno, de lo irreversible, cual era uno de los deseos mejor
acariciados de Chávez. Lo que ha pasado en corto tiempo es como una proeza; es
verdad, hemos avanzado, estamos avanzando, pero aún lejos del gran objetivo
estratégico: la conquista de la sociedad socialista. Continuamos teniendo al
frente a un feroz y criminal enemigo no derrotado: al imperialismo
norteamericano y la oligarquía y burguesía
interna, que no descansan en su empeño de aniquilarnos.
Han sido Chávez y un pueblo valeroso y con sangre de
libertadores, los actores principales y protagonistas de este colosal esfuerzo
revolucionario, que ha llegado donde ha llegado. Un hombre, un líder, como esos
referidos por el poeta: que nacen o que aparecen cada cien años. Un líder que nos dejó ese día triste del 5 de
marzo de 2013.
Entonces, surge la otra interrogante: ¿Y, ahora? ¿Acaso
retroceder? ¡Acaso permitir el estancamiento? ¿O por el contrario, avanzar y
profundizar el camino? Reflexionemos. Estamos
amigas y amigos, camaradas, aún y por mucho tiempo más, inmersos en esa
vorágine revolucionaria de aquello que no
termina de morir y aquello que no termina de nacer, por lo cual resulta obligante decir que al
irse el gran Chávez quedamos en medio de
una REVOLUCIÓN QUE TODAVÍA NO LOGRA LOS OBJETIVOS QUE TIENE PROPUESTOS.
La respuesta no puede ser otra que la de continuar asumiendo
la lección de vida de Chávez, haciéndonos cargo de lo que él no pudo completar y
honrando el ejemplo que quedó al marcharse. Nunca retroceder, jamás permitir el
estancamiento, siempre avanzar profundizando y radicalizando el camino. Una tremenda
responsabilidad para este pueblo, y para la nueva dirigencia del Proceso. Tal
como se viene haciendo, introduciendo todos los correctivos requeridos, radicalizando
y profundizando todo lo que haya que radicalizar y profundizar, y continuar marchando hacia la victoria
final.
Concluyamos este Trabajo utilizando palabras del propio
comandante Hugo Chávez. Veamos:
En cualquier circunstancia nosotros
debemos garantizar la marcha de la Revolución Bolivariana, la marcha victoriosa
de esta Revolución, construyendo la democracia nueva que aquí está ordenada por
el pueblo constituyente, construyendo la vía venezolana al socialismo, con
amplia participación, en amplias libertades.
Para esta gran tarea tengamos muy presente que nos queda en
el país, al irse el gran Chávez, ni más ni menos que: una Patria viva; una
República en tránsito al socialismo; una Constitución con su incompleta misión
de refundar el nuevo Estado; unas Misiones de las que se impone su revisión y
reimpulso; un Plan de la Patria con objetivos muy claros para un período que
llega al 2019; un camino integracionista
avanzado con realizaciones concretas; una unidad cívico-militar que cada día se
consolida más; un poder popular en construcción con aquello de “comuna o nada”;
y, un partido político: el PSUV que
acaba de realizar su III Congreso y que se propone un conjunto de correctivos
que ajusten mejor su condición de vanguardia y de impulsor del Gran Polo
Patriótico, para dotar a la Revolución de una dirección colectiva. Adelante
pues, no detengamos nuestra marcha.
QUE VIVA CHÁVEZ!!!
QUE VIVA EL PUEBLO VENEZOLANO!!!
QUE VIVA LA REVOLUCIÓN
BOLIVARIANA Y SOCIALISTA DEL SIGLO XXI!!!