martes, 9 de febrero de 2016

SEGURIDAD EN EL SIGLO XXI…



ANTONIO J. VALDEZ MEDERICO



También, como en la política actual venezolana, 16 años,  se plantean dos visiones sobre el tema que acogota al mundo subdesarrollado, al  tercero, la violencia reflejada en el término “inseguridad”, medida con estándares internacionales en razón de la población y el número de delitos suscitados en un país determinado y en el cual se refleja la cantidad de funcionarios policiales existentes.

Una de ellas es desarrollada para no solo elevar los niveles de tensión del ciudadano a través del terror en la imagen de un periódico, o en el sonido de la voz en una emisora de radio, o los dos anteriores sumidos en uno a través de la televisión, utilizada también hacia dos vertientes, el del efecto político y el voto y, a la vez, obligar al gobierno de turno a hacer grandes inversiones, no solo en formar y contratar personal sino en la compra de bienes y servicios diversos como armas de fuego y químicas, municiones, vehículos, chalecos antibalas, tecnología de última generación.

Hasta hoy eso ha funcionado en forma casi perfecta, complementada por la escuela de la violencia mundial, el cine y las ya conocidas artes del sicariato y paramilitarismo practicadas durante años Estados Unidos, en Colombia, México y países centroamericanos y hoy exportadas a otros territorios de la América del Sur y hasta en la europea España. Es de señalar que con otras modalidades se practican en el Medio Oriente y Asia.

En la Venezuela de hoy vemos como ha funcionado al lado político del fascismo practicado por la derecha oposicionista con casos emblemáticos pero que los medios hacen olvidar rápidamente, hasta que se produce otro como el reciente asesinato del periodista RICARDO DURAN. Lo que si no cejan de informar es la matriz de un número significativo de presuntas muertes violentas que semana a semana suben y que es reflejada internacionalmente por los medios que fuera del país, acompañan estas estas políticas de terror con bastante similitud a las que en salud, con los virus de gripe aviar, por ejemplo, hace unos años en México y hoy con el Zika que es conocido en Uganda desde 1947 pero no hay epidemia en África.

Es contradictorio el tema, como el de la paz o la guerra, o el de las drogas y el alcohol, o la educación y el estudiantilismo, el agua y los alimentos, la tecnología y los fármacos y técnicas médicas que no llegan a toda la población.

Lo que si es cierto, en nuestro país es que el delito se ha desarrollado enormemente, en cantidad, estilo, formas pero no así el combate contra el mismo. Y es sencillo, hoy las policías venezolanas, aunque tecnificada como el CICPC, y armadas las otras, junto a los componentes militares que han tenido que ser utilizados contra este flagelo, siguen practicando las mismas formas de hace 60 años: el operativo en la carretera, la alcabala, los grandes recorridos entre la ciudad, la revisión de vehículos y motos, requisa de ciudadanos en los bares y espacios de juegos de envite  azar, allanamientos “cantados” a las ventas de drogas al minoreo, y a la venta clandestina de licores.

Y así llenan y rinden las estadísticas estos cuerpos dirigidos por profesionales con estudios de Estado Mayor y de cuarto nivel, e integrantes con títulos universitarios en diversas ramas del saber, en la mayoría de los casos y pasan inadvertidos, ex profeso o no, a casuística e indicadores delictuales para desarrollar la inventiva de ataque contra el mal. Hoy, los llamados Órganos de Seguridad del Estado, no dedican un espacio de su tiempo a informar al colectivo las estadísticas semanales y menos mensuales y ni pensar en las anuales de los hechos registrados en un espacio determinado. Es más, existe en el ciudadano hasta el temor de denunciar porque pueden ser objeto de represalias, por parte de los delincuentes, cuando pudiera existir un nexo entre este y el funcionario policial y esta situación se ha convertido en casi una norma consuetudinaria impulsada por la matriz cierta del involucramiento público y notorio del agente policial en el hecho delictivo diario del país.
Otro de los elementos que influyen en desarrollo del delito y la incapacidad para combatirlo tiene que ver con la inexistente SUPERVISION del funcionario que ejecuta las órdenes en la forma o modalidad en que le sea impartida. Este último se ha convertido en el propio Jefe y se mueve y utiliza los recursos a su mejor entender y beneficio y eso es más que verificable por los bienes suntuarios que exhiben y hasta el modo de vida no compatible con los sueldos y salarios que reciben.

Ahora, este es un sencillo y estoy seguro, no completo panorama sobre una realidad del país y sus 30 millones de habitantes en materia de SEGURIDAD y reflejada en la INSEGURIDAD.

Lo que también es cierto pero difícil de asimilar o aceptar es que existe un SISTEMA GLOBAL DE DOMINACION que no quiere ni busca PAZ para el globo sino que al contario produce todas las herramientas posibles para que la Tierra y su gente vivan en constantes guerras, inmigración, consumo de drogas, despenalización de estas esperando tener al planeta bajo sus pies, como pareciera ser, per secula seculorum

En un próximo artículo, humildemente expresare mis ideas sobre el tema y como contribuir a la lucha del hombre contra el hombre pero en cuyo uno de los lados debe prevalecer la honestidad, el amor, el humanismo, el heroísmo y la vida sencilla para el que la tome como forma de vida sea permanente y que su gesto sea retribuido por la sociedad y el estado, evitando así caer en las garras de otro lado, que siempre, indudablemente existirá.

ajvmederico@gmail.com