Antonio
Valdez Mederico
La imponente obra
escultórica conocida como “el Altar de la Patria”, ubicada al oeste del Arco de
Triunfo en el glorioso Campo de Carabobo, inaugurada el 17 de diciembre de
1930, fecha centenaria de la muerte del Libertador, es una majestuosa obra del
sevillano Don Antonio Rodríguez del Villar, nacido el 24 de septiembre de 1880.
Otras importantes creaciones del brillante artista español son: la Virgen de la
Coromoto ubicada en el Paraíso- Caracas, el monumento de la coronación de la
Virgen de Coromoto en Guanare y el indio Mara, un busto del cardenal José
Humberto Quintero quien posó especialmente para el brillante artista, y una
estatua del Dr. José Gregorio Hernández, ubicada en la Academia Nacional de
Medicina en Caracas. El Congreso reunido el 23 de julio de 1821 en la población
de Cúcuta, decretó que en el lugar de la magna batalla se construyera una
Columna Ática.
Fue en 1901 cuando el
Presidente (Gobernador) de Carabobo, el Dr. merideño Jerónimo Maldonado, cumple
la referida disposición encargando a la firma Roversi radicada en Valencia; por
cierto el italiano Julio Roversi trae la
primera bicicleta a Venezuela. Por iniciativa del abogado e historiador
valenciano Francisco González Guinan, el Ejecutivo Nacional en la persona del
general Hermógenes López, natural de Naguanagua, decretó erigir una Columna de
Mármol en la Plaza Bolívar de Valencia en homenaje a la gran acción militar,
obra construida en Roma y Génova por Miguel Lucibabaza, inaugurada el 24 de
junio de 1889.
El
diseño original contemplaba colocar en la cúspide de la columna a una india
representando la libertad; el general Antonio Guzmán Blanco cumpliendo
funciones diplomáticas en París, recomendó eliminar la india y colocar en su
lugar la figura de Bolívar en actitud de hablarle al pueblo, tal como se
encuentra actualmente. En la fecha centenaria de la batalla de Carabobo, el
presidente provisional Victorino Bustillos inauguró el 24 de junio el Arco de
Triunfo colocado en el sitio donde
estaba la Columna Ática. Para la conmemoración del centenario de la muerte del
“Padre de la Patria”, el presidente Juan Vicente Gómez con la idea de construir
un gran monumento, convocó en 1927 artistas
de diferentes países.
Antonio Rodríguez del Villar se encontraba en
Bogotá, donde escuchó a nuestro embajador Andrés Eloy de la Rosa hablar sobre
el particular. De La Rosa amigo del artista, lo lleva a presencia de Gómez en
Maracay. El mandatario se dirigió a la sabana histórica con los aspirantes a
realizar la espectacular tarea, les
dice: “Quiero que la figura del Libertador, se perfile en el cielo azul de
Carabobo, y que se destaque las fases de la batalla”.
Oído el planteamiento de Rodríguez y la
recomendación del poder ejecutivo, el
artista realizó constantes viajes al
histórico escenario y visitas a talleres
de fundición de bronce en Roma, Paris y Nueva York. Rodríguez, admirador
de Bolívar, se documentó ampliamente sobre los aspectos épicos; a los ocho
meses presentó el boceto, siendo aprobado sin objeciones; Gómez exclamaría:
“esto es lo que quiero, me gusta”; Las fundiciones se llevaron a cabo en
Florencia (fundición Vignal), y en Barcelona-España.
El presidente Gómez dispuso que las piedras
allí colocadas, fueran traídas del sitio de La Puerta, cerca de San Juan de los
Morros, donde en tres ocasiones las fuerzas republicanas sufrieron reveses;
deseaba que esas piedras, testigo mudo del infortunio con sangre no perdida,
estuvieran honradas en la sabana de
Carabobo favorable a la gran causa en 184 y 1821. El costo total de la obra fue
de setecientos cincuenta mil bolívares, algunos gastos adicionales, fueron
donados por el autor, entusiasmado por la majestuosidad del monumento, producto
de su imaginación. La Sabana de Carabobo, es denominada el 24 de junio de 1936
por Andrés Eloy Blanco, “el poeta del
pueblo”: “domicilio histórico del Ejército”, es declarada “Monumento Histórico
Nacional” el 3 de julio de 1961; igualmente el 17 de diciembre de 1986 recibe
la denominación de “Sitio de Patrimonio
Histórico Campo de Carabobo”. Gracias a
la obra del insigne artista español Antonio Rodríguez del Villar, Venezuela
posee uno de los monumentos históricos
más grande de América.
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