martes, 18 de diciembre de 2012

EL IMPERIO ADENTRO



UN FEO REGALO DEL PRESIDENTE OBAMA

                                                                                     
Domingo Sánchez P

            Entre las costumbres nórdicas hacia estas fechas de diciembre, aparece la imagen, reproducida en todas formas de Santa Claus, alias “SANTA”  con larga barba blanca, traje rojo acompañado de renos, simbolizando la Navidad.  Grandes ocasiones para los comerciantes para vender sus productos de gran consumo.  Costumbre que por cierto, ha invadido Venezuela desde hace algunas décadas.

            Pues bien, esa vez el Presidente de Estados Unidos, Barak Obama, en lugar de ordenar regalos de Navidad, que suponen paz, amistad, etc. como una especie de nuevo Santa, ha decidido con sus amigos de la OTAN enviar al pueblo Sirio  un regalo consistente en declarar paladina y públicamente que “con el voto de Estados Unidos y de 130 países del mundo reunidos en Marruecos,  se ha decidido que la verdadera mayoría del pueblo sirio, lo constituyen los islamitas que hacen oposición al Presidente de Siria y que por consiguiente, éste debe renunciar inmediatamente y ceder el poder a un grupo de ´rebeldes’ que han constituido un nuevo gobierno en territorio sirio”.  Vale decir, en otras palabras que el Imperio Estadounidense, en una consulta fuera de las Naciones Unidas, han decidido quien debe gobernar a dicha nación que, por cierto,  nada ha hecho contra la  máxima que invocan siempre,  “la  seguridad nacional de Estados Unidos”.

            Este feo y desastroso regalo que hace Obama al país sirio, está encubierto con el envío de tropas estadounidenses y de la NATO a un país “amenazado” como Turquía, vecino de Siria. En otras palabras, es la participación de tropas estadounidenses y equipos miliares para tratar de repetir lo ocurrido en Libia hace un año. Solo que esta vez, Rusia ha dicho que no permitirá la repetición del episodio de Siria.  En pocas palabras que en plena Navidad,  estamos nuevamente al borde de nada más y nada menos que una conflagración mundial de impredecibles resultados.

            Si el resto del mundo, permite este nuevo asalto del Imperio, seremos responsables de lo que algunos entendidos afirman, puede ser el fin del mundo.

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