Este Pacto, cuya historia detallada poco se conoce en Venezuela, dio
origen a su versión posterior, mejor conocida como el Pacto de “Punto Fijo” que
fue el resultado de un plan preparado, por quien luego fue Presidente de la
República de Venezuela, conocido como Rómulo Betancourt Bello.
Los
antecedentes del Pacto de Nueva York, tienen una pequeña historia vinculada con
dicho personaje. La dictadura de Juan Vicente Gómez (1909-1935) comienza con la traición
de Gómez a su antiguo Jefe, Cipriano Castro el 19 de diciembre de 1909, la cual
se produce con la aprobación previa del Departamento de Estado de los Estados
Unidos, quienes envían al Puerto de La Guaira tres corbetas armadas, en señal
de aprobación al hecho y como amenaza a la posible reacción de los venezolanos
ante el golpe de estado.
El exilio de los políticos venezolanos enemigos de la
dictadura de Gómez, era variado y funcionaba tanto en Europa, como en México, Costa Rica, Colombia y Cuba, donde se
hallaban los de menos recursos
económicos. Las posiciones variaban
desde los exiliados comunistas hasta militares reaccionarios desplazados. Rómulo Betancourt, Raúl Leoni, Valmore
Rodríguez miembros prominentes del posterior Partido Acción Democrática y otros,
coqueteaban con el marxismo e incluso el leninismo, como lo prueban varios
documentos de la época.
Rómulo Betancourt, en sus delirios de izquierdista
afirmaba, hacia 1932 por ejemplo: “No es necesario hablar del concepto que
nosotros tenemos de la podrida democracia burguesa. No es necesario decir que
nosotros, (comunistas), no vemos en ella
sino una tapadera más o menos disimulada de la dictadura de un puñado de
imperialistas y millonarios. Pero las
masas atrasadas de un país donde el régimen imperante no ha permitido al
proletariado educarse políticamente, no razonan así. Tienen ilusiones constitucionales, fe en la
democracia (….) Nuestra posición debe
ser la experiencia internacional de la lucha de clases, estamos convencidos de
que el más democrático de los gobiernos, que vaya a sustituir a Gómez, no será sino
un antifaz de los latifundistas y de los imperialistas; nosotros estamos
plenamente convencidos de que sólo un Gobierno revolucionario de los obreros y
campesinos, solucionará los dos problemas fundamentales de las masas del país:
el de la tierra y el de la liberación nacional.” (1)
Como puede apreciarse por la cita anterior, todavía
en aquella época 1931-1934 tanto
Betancourt como algunos de los mencionados antes, eran miembros activos de los Partidos o
movimientos revolucionarios de la época y conocían y estudiaban elementos de
marxismo y del leninismo. De hecho, el
propio Rómulo Betancourt fue miembro
activo del Partido Comunista de Costa Rica.
Años más tarde, durante la dictadura del Gral. Pérez
Jiménez (1948-1958) aquellos aguerridos “marxistas-leninistas” de antes, se
cambiarían con ropa y equipaje a lo que ellos llamaron alguna vez la “odiosa
social-democracia”. En efecto ya para los años de la década de los noventa,
tanto Rómulo Betancourt como Jóvito Villalba moraban en la cuna del Imperialismo,
como exiliados.
Entre las amistades de Betancourt, estaba otro
personaje: el célebre ex comunista italiano Serafino Romualdi quien ejercía un
alto cargo entre los sindicalistas reformistas de Estados Unidos, la American
Federation of
Labor - AFL,
Betancourt establece, a través de este agente de la CIA el contacto
oficial con nada menos que Maurice Bergbaum, Jefe de Asuntos Latinoamericanos
del Departamento de Estado de los Estados Unidos e incluso con Allen Dulles, el
propio Jefe del Departamento citado.
Corre el fin del año 1957 y el estado
real de la dictadura de Pérez Jiménez es difícil, con hechos como las fisuras
dentro del propio aparato del Estado, comienza a dar signos de su posible
caída, pues han comenzado a movilizarse
tanto el pueblo (con la Junta Patriótica) como las propias Fuerzas Armadas del
País. El 1° de enero de 1958, se produce un primer alzamiento en la Aviación Militar. El mes de enero sigue
con enfrentamientos abiertos entre las
masas populares y las policías del régimen, sobre todo en Caracas. La dictadura
se estremece y esto es del conocimiento
del Departamento de Estado de Estados Unidos. De hecho Pérez Jiménez ha hecho
saber al Departamento de Estado, el peligro que significa Betancourt.
En un curioso documento
que algún adeco informado, (firmando como MAR) publicado en Internet, hallamos
las confesiones del propio Betancourt antes de firmarse el célebre pacto de
Nueva York. Veamos: “En diciembre de
1957, el gran plan está lanzado. Betancourt se encuentra en Washington y se reúne
con el Departamento de Estado. Le acompaña Serafino Romualdi. Como eran días
navideños y varios funcionarios salían de vacaciones, esa reunión se precipitó.
Se realizó en la oficina del señor Davis, Coordinador de Asuntos
Suramericanos. Asistieron Rómulo
Betancourt, Davis funcionario a cargo de Venezuela y Serafino Romualdi, Jefe de
la Oficina de Relaciones Obreras para América Latina. La reunión
se prolongó desde las 10am hasta las 12pm. En ella se plantearon dos
tesis: a) nuestra posición positiva ante el próximo proceso electoral; nuestra
actitud cuestionadora de la legalidad de las concesiones petroleras otorgadas por
esa gente (…)
Posteriormente a la
reunión, en contacto con uno de los asistentes en una fiesta particular que en
reuniones con Serafino Romualdi, me dijo
esto: 1) fue muy positivo todo lo
hablado y coincidieron los asistentes
en que el planteamiento fue serio, responsable;
2) se mantenían interesados en la solución “a la peruana” y dicen que contribuirán
a su éxito en lo que sea posible.” Y prosigue Rómulo: “Muy movido estuvo ese
mes de diciembre también con reuniones en New York. 1) Una larga entrevista con
Jay Lovestone, el “arquitecto” de la política exterior de la AFL CIO; 2) entrevista con Adolph Berle, ex
Subsecretario de Estado y consejero de política exterior de los Demócratas, muy
influyente en el Departamento de Estado;
3) entrevista y almuerzo con Max Ascoli, Director de la revista The Reporter; 4) entrevista y almuerzo con Levias, director
de la revista New Leader; ruedas de
prensa ajustadas estrictamente a un texto previamente elaborado en inglés; 5)
almuerzo en el Carnegie; 6) reunión con urredistas en Washington, en respuesta a una pregunta de la Sra. Frances
Grant “la autoricé no solo para invitar
a los urredistas a la comida, sino para pedirle a Jóvto Villalba que hablara
con ella, expresando sus propios y autónomos puntos de vista.
Por cierto, esta mujer Frances Grant, del Departamento de Estado, acompañará las andanzas de Betancourt con dicho
Departamento de hasta su auto-exilio en Suiza.
Por la documentación anterior, el
propio Rómulo Betancourt comenta sus actuaciones con el fin de firmar un pacto
que incluyese a Acción Democrática, Unión Republicana Democrática y Copei,
garantizándose el apoyo irrestricto de Estados Unidos en un nuevo gobierno, al
excluir a los comunistas, todo ello bajo la promesa de garantizar el flujo de
petróleo a Estados Unidos y sobre todo “controlar cualquier tipo de conmoción
popular”, al producirse la caída del
gobierno de Pérez Jiménez.
El
Pacto contendría las siguientes premisas políticas:
· Propiciar una especie de tregua política en los
próximos meses, dedicando mayor esfuerzo a reorganizar los partidos
internamente que a la agitación callejera.
· Eliminar definitivamente en la lucha interpartidaria,
la pugnacidad agresiva y el desplante provocador.
Luego de varias reuniones en
Washington y conseguido el visto bueno
del Departamento de Estado, y de haber convocado a Nueva York al Dr. Rafael
Caldera y contando con la presencia del Dr.
Jóvito Villalba, las acciones en Venezuela siguen precipitándose y el
Pacto es firmado en el Athletic Club de Nueva York el 20 de diciembre de 1958 con
la presencia de Maurice Bergbaum, Serafino Romualdi, Germán Arciniega. El autor
no ha podido conocer aún, el texto del susodicho Pacto de Nueva York.
La caída la dictadura de Pérez Jiménez, gracias al esfuerzo y
las luchas del pueblo y al importante papel de las Fuerzas Armadas el 23 de
enero de 1958, permite el regreso a Venezuela de los exiliados y el 31 de
octubre de 1958, se firma en Carracas,
la versión criolla del Pacto de Nueva York, en
la casa de habitación de Rafael Caldera, llamada “Punto Fijo”. Todos sabemos el desarrollo de dicho pacto de
Punto Fijo que permitió a los partidos AD y COPEI, principalmente, repartirse y
disfrutar alternativamente el poder durante el período 1958-1998, historia bien
conocida por todos los venezolanos, cuando, en nombre de la democracia, se
cometen numerosos atentados contra la libertad y los derechos humanos. Pero
esa es otra historia.
NOTAS
(1)
-Rómulo Betancourt Carta del 2-8-1932 Libro Rojo - 1935
En: El Pensamiento Político Venezolano del Siglo XX, vol. 12:XXXVI – Caracas
1983
(2)
MAR – Así se
fraguó el Pacto de Nueva York, entre Betancourt, Caldera y Villalba – Internet –
2010. Disponible en http://ensartaos.com.ve/?q=content/as%C3%AD-se-fragu%C3%B3-el-pacto-de-nueva-york-entre-betancourt-caldera-y-villalba
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