Por:
ANTONIO JOSE VALDEZ MEDERICO
Es difícil opinar algo distinto y con sentido propio ante una avalancha de
opiniones razonables, a favor o en contra de la victoria de Hugo Chávez el
pasado 7 de Octubre. Pretendo con esta reflexión abrir el debate donde
intervengan expertos, críticos, investigadores o estudiosos (que si los hay) de
estas 16 campañas electorales.
La campaña del candidato del PSUV y el
Gran Polo Patriótico, fue la típica y común que siempre hemos visto en el
pueblo de Bolívar, desde los años 50 del siglo pasado. En este caso, se pueden
considerar varias aristas disimiles con aquella época; entre éstas la
consideración de que existe un cambio total en el país (nueva Constitución,
Leyes del poder popular, educación inclusiva, salud gratuita, acceso de todos y
todas a alimentos subvencionados, apoyo a la agricultura y ganadería,
protección de los ahorros de la clase media y alta ante la crisis financiera …)
como resultado de los últimos 13 años de gobierno, el liderazgo transformador
del candidato Hugo Chávez Frías quien tenía el argumento necesario para pedir
el voto del electorado, la fuerza para ofertar nuevas propuestas en respuesta a las expectativas de
la población que incluye la asistencia al hombre o mujer, la evaluación de las
misiones, el control y seguimiento de las obras como principal objetivo.
El candidato opositor se dedicó a recorrer
el país con más fuerza porque él no lo conocía y solo lo conocían mediáticamente,
amen que podía ofrecer muy poco a cambio del voto y la única opción de sacar
del poder al candidato Presidente, era con los votos producidos por el odio
profundo que le han sembrado, en estos largos años, a la gente, no solo ricos,
o del status más alto, sino también a la clase media e incluso gente de pocos o
ningún recurso como para vivir en este mundo consumista pero, que reciben las
acciones de las políticas sociales que ha instaurado el gobierno
revolucionario. Su campaña involucró las nuevas tecnologías, el internet, las
redes sociales y la difusión, vía telefónica, de mensajes grabados o escritos
en los cuales se llamaban a las personas por su nombre, tenían el cuidado de
comunicarles información personal sobre su inclusión en algunas de las misiones
y que en su gobierno podían seguir disfrutándolas. Un dato muy importante,
todas las llamadas provenían de números telefónicos del extranjero.
Hasta aquí todo parece “normal”, pero
cuando leemos los números del resultado de ese día y noche aciaga para 6
millones y medio de venezolanos y alegría para 8 millones y pico de ellos, no
es entendible fácilmente para unos y para otros. El primero, la oposición dice
“no han hecho lo que han debido en dos periodos de gobierno” y los otros “cómo
es posible que ellos voten en contra de todo lo que se ha hecho en estos años”.
¿Quién entiende esto? ¿Cómo se explica este escenario? ¿Vivimos el siglo de las
comunicaciones, o no? ¿Vivimos el siglo de la luz o de la oscuridad?
¿Cuál es la explicación probable? Es
sencilla, aparentemente, pero no visualizada por el conglomerado decisor del
partido de gobierno y el gobierno, propiamente, aunque el Líder de la
revolución la canta casi a diario en sus intervenciones, que son a la postre,
las que le han permitido mantener contacto con el electorado y fortalecer su
imagen de funcionario eficiente y creíble. Divulguen los logros, dice en cada
intervención.
El fenómeno silencioso de la campaña
consistió en que desde 2006 los medios nacionales e internacionales, atacaron
la figura del Presidente Chávez en forma permanente y de algunos de sus
colaboradores cercanos, pero esencialmente, nunca le dijeron al pueblo elector,
esos quince millones de personas que sufragaron, lo que se ha logrado construir
físicamente y en la conciencia del venezolano solo queda “el caos y el desorden
presunto”. Aun así produce consciencia entre los que votan a favor. ¿Será
inconsciencia la del otro lado? No. Es desconocimiento y ese hecho, cuando
existe una realidad, es acción criminal. Por eso, quienes votaron en contra de
los logros actuaron, sin querer, en ese sentido y casi logran el cometido, no
de ellos, los 6 millones, sino los manejadores de los hilos del poder detrás de
la oposición.
Es el trabajo del “gran sistema” de
dominio del mundo ejecutado por los nacionales de un pueblo, incluido el
nuestro con una historia independentista fabulosa, casi única en el mundo. Que
queda para las campañas regionales y locales, solo y exclusivamente el vender
la revolución. Campaña informativa, no de mítines, casa por casa llevando un
libro de los logros nacionales, regionales y municipales. No hay otra. Llevar
la luz a los hogares del Consejo Comunal, del municipio, del estado. Formas de
hacerlo, existen y el recurso humano para ello, también. Solo falta visión de
los que deciden el camino a tomar, pero, esencialmente el que conduzca a la
victoria de la consciencia.
¿Fue atípica esta campaña? Cada quien debe
valorarla, incluso, debe salir un trabajo para las encuestadoras y establecer
científicamente lo que hacemos por deducción, es decir, porque Ud., vota contra
el Tren, o el Metro, el CDI. El CAT, el Metrocable, o los puentes sobre el
Orinoco, las centrales termoeléctricas, hidroeléctricas, las Canaimitas, las
pensiones, o las políticas para los discapacitados, contra el deporte, la
educación y la inclusión, el agua potable, lucha contra la pobreza, el hambre,
la sed, la producción de alimentos, la tecnología, los satélites, entre otras.
Cosas por cierto, con las que nunca soñamos tener.
ajvmederico@gmail.com
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