ANTONIO J. VALDEZ MEDERICO
AJVMEDERICO@GMAIL.COM @ANTONIOVALDEZ6
En 1823, el Brigadier
MIGUEL DE LA TORRE, Conde de Torrepando, fue nombrado por el Rey de España, Capitán
General de la isla de Puerto Rico y aparte de organizar el territorio con
infraestructura diversa, incluyendo la judicial, impuso una ley que llamo “las
tres B”, cuyo significado era el de Bebida, Baile y Baraja y decía el referido
jefe español “con esto nadie hace
revolución”.
Este militar ibérico
tiene una particular historia en Venezuela. En 1815 llego con 15 mil hombres
por Cartagena, con la finalidad de recuperar el Virreinato en la que se
producía el proceso de independencia debido, en gran medida a la invasión de
Napoleón a España en la que pisoteo tierra imperial hasta 1814. Su paso fue
arrollador hasta principios de 1817 cuando Piar sitia a Ciudad Bolívar,
debilita las fuerzas extranjeras y obliga
darse la batalla de San Félix, el 11 de Abril de de ese año en la mesa
de Chirica.
Con la derrota a
cuestas huye al centro, reorganiza el ejército español y en 1821 se enfrenta a
Simón Bolívar en el campo de Carabobo donde, nuevamente es derrotado por los
patriotas y la patria liberada.
Experiencia negativa
tenía para aplicar esa política hasta el extremo que casi 200 años después, Borinquén;
sigue siendo una colonia, hoy de EEUU, como Estado Libre Asociado.
Y así,
entreteniéndonos en guerras entre caudillos regionales y aupados por los
imperios se vivió la Venezuela de 1830 hasta el 1998, con el intervalo del nacionalista
Cipriano Castro, quien después de 70 años se vio obligado por los barcos
alemanes, ingleses e italianos, a pagar la deuda externa contraída en la fiesta
de la muerte. Vino después, la fiesta del petróleo y los gringos no solo
azotaron con su planta imperial el suelo sagrado de la patria sino que se
llevaron, sin echar un tiro, a diferencia de Irak y Libia, el oro negro que produjo las entrañas de la
tierra liberada a sangre y fuego por el Libertador de cinco naciones en América
del Sur.
Después de la muerte
de Juan Vicente Gómez, se produjo el inicio de la práctica de la democracia
representativa que entre gallos y golpes de medianoche se afianzo, entre 1958 y
el año de asunción del poder del Gigante Hugo Chávez Frías, a base de la
explotación del hombre, de la violación de los derechos humanos, de la
desaparición forzosa, del robo descarado de los recursos provenientes del
petróleo y la sumisión de los gobernantes de turno ante gobiernos
norteamericanos quienes utilizaron la “nacionalización del petróleo y del
hierro” como preparación del pueblo para la aplicación de la políticas
globalizantes y neoliberales, que tuvo como respuesta del pueblo, el
“caracazo”, que implico la muerte de unos 3 mil venezolanos en aquellos aciagos
días de febrero 1989.
Aparte, se introdujo
al país el beisbol que hoy polariza al país durante casi 4 meses del año,
complementado por los 6 del beisbol de grandes ligas, cuya difusión por
televisión, junto al futbol europeo y el básquet, se convierten en un icono
educativo ideologizante del ciudadano, desde el más adulto hasta el más joven.
Es tan impresionante su accionar que es más seguro que un joven fanático de
algunas de esas actividades, conozca nombres y apellidos, datos numéricos,
ubicación geográfica de los equipos, que la propia geografía del municipio,
estado o del país donde nació, vive y se desarrolla.
También nos
entretuvieron evitando que la gente se acercara a su propia identidad, al conocimiento,
a la venta de la imagen de los “lideres” que fueron haciendo para los pueblos
que luego subyugaron siguiendo los lineamientos de la potencia del norte.
Usufructuando nuestros recursos y dejándonos solo miseria y abandono. Sin
educación, sin salud, con hambre y con desarrollo y tecnología para muy pocos.
Pero, el gran trabajo
hecho por el imperio y sus cipayos locales, lo han ejecutado durante el
gobierno del pueblo, el de avance
educativo, de la salud, de la infraestructura de transporte, de la vivienda,
del deporte, de la tecnología satelital, de la tecnología en la educación
primaria y secundaria, de las comunicaciones, de la industria diversa, de la
producción de alimentos, de la democracia participativa y protagónica liderado
por Hugo Chávez, el Cmdte. Eterno, y en la cual nos han entretenido con
violencia, con desinformación, con saña, con terrorismo, saboteo eléctrico y
petrolero, con desabastecimiento, con inflación, con paramilitarismo, a través de países
allende los mares y vecinos de tierra, de historia y de vida, con bases
militares y hasta con la OTAN. Con vilipendios, con juicios internacionales,
rompiendo y no aceptando las leyes y las reglas del juego y, sobre todo, con el
SILENCIO respecto a la obra de gobierno para la gente.
Lo que no escondieron
fue la droga producida en el país santandereano, la mariguana y la cocina cuya
producción que está siendo custodiada por militares gringos de las bases
instaladas recientemente para que lleguen con seguridad a su destino, y el
alcohol que recorre nuestros pueblos induciendo a la violencia, la vagancia, al
marginalismo y bajo normas de control diferentes a los de los países
productores.
En estos 14 años,
gracias a los medios para entretener, radio, 500 emisoras, prensa, 400 periódicos
y televisión, 80 de ellas, han logrado polarizar al país impidiendo que el 48% de los votantes, entre ricos, medios y pobres,
no vean, aunque sienten, la obra extraordinaria de un gobierno con tintes
socialistas que invierte en la gente y no en los bancos pero, el entretenedor
invierte ingentes recursos para evitar que el conocimiento llegue en forma
natural. Con estas acciones han reducido la ventaja electoral de la revolución
de un 36% del 2006 a u pírrico 2% en 2014, después de la muerte del líder
Presidente Hugo Chávez.
El entretenimiento,
es un sistema, con guerras, con hambre, con exclusión, con drogas, con
tecnología, que se funde en el pueblo y cumple la función encomendada. Hasta
hoy, día del Padre, nos entretiene el hijo, el nieto y el bisnieto.
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