jueves, 12 de septiembre de 2013

RELATO DE RETROANTICIPACIÓN ERASE UN VEZ (EN EL AÑO 3.102, PLANETA ARREIT) LA OFERTA DE UN SERVICIO DE DESTRUCCIÓN DE ALTA TECNOLOGÍA, RÁPIDO, BARATO Y SIN BAJAS QUE LAMENTAR

Richard J. Najul M

     Un afroamericano no puede ser imperialista, y si hace ese rol es porque está esclavizado y realiza el  trabajo sucio para el patrón, en nombre de la “democracia y de la justicia”.

     Nunca pude imaginar que, alguna vez en la vida pudiese ver a un afroamericano expresando su deseo de matar a congéneres, ejerciendo poder imperialista, oprimiendo a pueblos, sin  que la consciencia de su memoria histórica le dijese que estaría repitiendo la masacre (y peor) de la que fueron víctimas sus antepasados; menos siendo portador de un galardón  como EL NOBEL DE LA PAZ.  Menos, teniendo en contra la mayoría del pueblo del país  que preside y del Planeta; menos, a sabiendas que las razones que usa como justificación son hechos productos de un forjamiento, de una mentira. Menos, sin el respaldo ni aceptación de sus propios aliados.

     Además, con el cinismo y descaro más insólito cuando por las cámaras televisivas expone al Mundo que su acción no será parecida a lo que él mismo agenció en Libia, ni lo que otrora en Irak o Afganistán. Vende su propuesta, como quien expone las bondades de un servicio (exprés)  de destrucción, muy conveniente y barata, de alta tecnología y sin bajas que sufrir. Además servirá de castigo ejemplarizante, elevará la imagen de autoridad planetaria de su gobierno y, adicionalmente, la instauración del miedo que las otras naciones deban tener ante tal autoridad. El rostro de este personaje al plantear su proyecto es plano, inexpresivo, frio, evidencian un aplanamiento afectivo, es decir alexetómico, lo cual es un rasgo sociopático.
Por si fuera poco, esto se pretende hacer desatendiendo las leyes internacionales y saltándose a la ONU, a las que siempre se recurre (El Imperio) cuando se trata de manipular, dirigir y controlar a otros Estados. Otro rasgo sociopático.

     Un afroamericano, que lleva en su memoria genética el horror de lo que fueron víctimas sus congéneres, desde que fueron secuestrados en El África y que se sume en los valores del fascismo, y que plantea demoler, arrasar, matar, infligir sufrimiento y desconocer el valor de la vida, sólo puede hacerlo por estar aún esclavizado por el imperio de siempre, pero no lo sabe porque está eclipsado por el delirio que le produjo la circunstancia de ser elegido para presidir a su nación.

     Sin embargo, no pudo llegar a ejecutar tal atrocidad. No, porque no quiso, sino porque no pudo. Pero después de esto, nunca más, nadie planteo tal pretensión pues la humanidad despertó a la consciencia y se acabaron las naciones hegemónicas en el mundo.

   

 Si este relato tiene cierto parecido con algún

hecho real, es pura coincidencia.



11  de Septiembre 2013

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