Dr. Luis García Velásquez
UNEXPO- Puerto Ordaz- Venezuela.
En estos tiempos
presenciamos cambios constantes en el mundo, producto del avance tecnológico y
la ciencia. Ante esto es necesario hacer ciertas reflexiones de los nuevos
modos de pensar de los jóvenes y de qué manera el escenario escolar actúa, se
involucra, se sitúa frente a esta realidad.
Abordar el modo de
pensar del joven pasa por resaltar la realidad de lo cotidiano, lo efímero de
su transitar por diferentes espacios. Espacios que no sólo se ven organizados
por lo que pasa allí y el ahora, realidad
que se expresan de manera diversa de lo cerca y de lo lejos tanto en el
tiempo como en el espacio, entrando en juego lo mass-mediático. Ante esto los
espacios escolares han venido perdiendo fuerzas, es decir, educarse trasciende
sus muros, se evidencia una desterritorialización (léase Roberto Follari), entrando en juego lo virtual.
La Juventud de
hoy no se aferra a la racionalidad cartesiana, más bien busca liberarse irse a
lo práctico, a lo vivencial y a lo menos
problemático. Hay una adicción socialmente promovida, formando nuevos modos de
subjetividades que bajo un deseo responde a las necesidades sociales. Reflexionar
desde este escenario nos permite ir en búsqueda de desarrollar procesos pedagógicos que contribuyan a la formación de
las y los educando ajustada a los nuevos tiempos contemporáneos.
Han surgido
espacios mediáticos de educación no convencionales, que colocan en cuestión el
papel de la institución escolar, como productora del conocimiento, de valores,
de cultura, entre otros. No quiero decir con esto que la escuela va a
desaparecer, sino que comienza hacer desplazada, se está debilitando, pierde
fuerza. Hoy el saber social se actualiza mediante la información (cultura mass-mediática),
la tendencia es hacia la imagen, se desarrolla un lenguaje informatizado y
computarizado, ese lenguaje de iconos, códigos, conforman una racionalidad.
Como expone Ugas (1997). “Ahora la escolaridad
se fundamenta en iconos. La escritura y
la lectura de iconos dominan la escolaridad.”(p.110). Evidentemente que nuestra
sociedad está caracterizada por lo visual, es la época de la computación y la
robótica ¿Acaso en el escenario Educativo se pierde el encuentro cara a cara?,
¿Se estará perdiendo la palabra?, más que preguntas son reflexiones que dan
cuenta de que la escuela tiene que enfrentarse a situaciones diferentes a los
preceptos como: acumulación, linealidad, objetividad, los cuales evidencian su
deficiencia en contenidos que están
desfasados. En este sentido se plantea lo siguiente:
Cómo el docente está
reflexionando las nuevas formas de pensar de los jóvenes, como es sabido,
en los escenarios educativos contemporáneos, la enseñanza se ve marcada por lo
instrumental, con estrategias que se alejan del contexto socio-cultural real,
dominando una práctica educativa ajena a las necesidades exigencias del educando. Por tanto esta práctica
recorta la realidad cotidiana a la que se asocia al niño y adolescente de hoy día. Es importante resaltar que la resistencia a
los cambios y a la búsqueda de nuevos conocimientos, el apego al paternalismo
ideológico y la indiferencia en aplicar criterios éticos en su quehacer diario,
ciega y no deja comprender el rol del docente como emancipador y esperanzador
en dar respuesta adecuadas y diferenciadas a necesidades diversas, grupales o
individuales.
Nuevos modos de ver
el conocimiento a partir de los avances
tecnológicos, informacionales, en la sociedad juvenil actual, se muestra que hay una inquietud, cuando presenciamos que la
tecnología ha originado variedad en los procesos sociales, culturales, entre
otros. En el cual la imagen televisiva, que mantiene como valores fundamentales
las del consumo, se ha convertido en gancho sutil de impacto en los referentes cognitivos
del joven, aflorando modos de vida múltiples, acompañados por subjetividades
diferentes, de pensar el mundo a su manera, con su propia mirada, lo que viene
a fracturar la lógica unívoca del pensar para todos. Normalmente, nuestra
actividad educativa está condicionada por múltiples limitadores que encuentran resonancia
en la televisión, los videos – juegos, entre otros, los medios sobre los
cuales, ni la familia ni el profesorado ejercen mayor control en términos de
consumo. Tal circunstancia genera un verdadero desorden en nuestra juventud.
Pensar otros modos pedagógicos
que orienten el pensamiento juvenil en los nuevos contextos socio-culturales. Como
hemos venido señalando, el discurso en educación se ha apoyado en un
racionalismo separado de las energías prevalecientes en el joven. Esto permite
demostrar la debilidad de esta razón abstracta para ver la vida plural. Hay que
pensar en la necesidad de asumir otros modos pedagógicos que guíen el pensar en
el adolescente. La idea es ir apuntando hacia nuevos modos de pensar que acojan
una razón comprensible, sensible, crítico, emancipadora y autocrítico. Buscar
caminos que inviten a ver de otra manera un mundo lleno de imágenes,
sentimientos diferentes y plurales. Debemos aprovechar las habilidades que trae
el joven y como expresa Morin (2001), “la
curiosidad, la cual, muy a menudo, es extinguida por la instrucción, cuando se
trata, por el contrario, de estimularla o, si está dormida, de despertarla.”(p.39).
Este
planteamiento permite que el profesorado reflexione en el marco del
comportamiento que asume la juventud actual, y así ponerse a tono con las
exigencias de hoy en día, con el fin de no mutilarle sus experiencias
significativas y así moldearlas durante el desarrollo del proceso enseñanza y aprendizaje.
Son cuestiones que a primera vista suenan fuerte, y que no se pueden alcanzar a
corto plazo. Pero por algún lado tiene que comenzar, y esto es una manera de
motivar. Hoy en Venezuela tenemos el proceso de debate y construcción colectiva
que brinda la consulta educativa en la
idea de consolidar una educación de Calidad.
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