Por
Richard J Najul
Se desató la “anarquía”, la barbarie,
porque los liderazgos de la derecha rompieron las reglas. Henrique Capriles
Radonsky no reconoció los resultados electorales del 14 de Abril, pero
irrespetó las reglas de la democracia, que habría que observar para mantener en
equilibrio la conducta social de sus seguidores. Un conglomerado humano, con
una carga enorme de frustración cuando pierde los límites, también pierde el
control de sus patologías y su violencia.
Los líderes políticos, sociales en
general, están obligados a saber de psicología social, sobre todo, porque
tienen que poder anticiparse a las posibles conductas de las masas humanas y
sus posibles consecuencias. Bueno, estoy refiriéndome a los líderes formados,
bien formados ó natos, poseedores de una personalidad en equilibrio y con
verdadera consciencia; no contaminada, con clara consciencia de los efectos
positivos y negativos sobre sus seguidores; a no ser que por sus propios
intereses recurran a estrategias perversas de generación de violencia, anarquía
y caos.
En el caso de Capriles Radonsky, una
porción de seguidores, frustrados y pre-excitados, se anarquizó por la postura
del excandidato, al pedir por las pantallas de televisión “descargar esa
arrechera” acompañado de un lenguaje gestual corporal y facial; así las masas
se agitaron y el resultado, a las horas, fue nueva (9) personas muertas (no por
accidente si no que fueron ejecutadas), destrozos a instalaciones y bienes del
Estado y particulares.
Capriles podía desconocer los resultados
pero proceder dentro de la legalidad (como lo dijo, proselitistamente, cuando
habló luego de conocerse los resultados) y solicitarle a sus seguidores el
apoyo, respaldo, acompañamiento.
Al no dar la pauta correcta, porque fue ambiguo
(emitió dobles mensajes: legalidad-ilegalidad/amor-odio y finalmente instigó)
causó el efecto de desbordamiento de las tensiones reprimidas (tomar en cuenta que ellos no vieron al presidente fallecido y no
saciaron esas ansias), la violencia y las agresiones que no tuvieron
límites. No estoy diciendo algo nuevo y que alguien desconozca; no.
El punto es que esto refleja, de parte
del excandidato, uno de los aspectos, o ambos. A) O lo premeditó (producto de
un plan preconcebido) para desestabilizar a la sociedad venezolana, al pueblo
todo y con ello provocar una catástrofe humana para una posterior intervención
imperial, derrocando al gobierno, inteligencia macabra y sin probidad; b) Un
evidente cuadro sociopático con deficiencia mental, al no tener contacto lúcido
con la realidad, una supina irresponsabilidad, deshonestidad y padecimiento de
estados nebulosos de consciencia; delirios. Ó c) Está inmerso en ambas
condiciones.
Las dos condiciones, en ambos casos, lo
posicionan dentro de la incapacidad para liderar nada. El primer perfil es
“troglodismo”, y el segundo la insania mental, la sociopatía.
- El primer caso, en una Venezuela como la del presente, de una sociedad que tiene un pensamiento sociopolítico mucho más avanzado, pretender torcerle su derecho a la autodeterminación y cambiarle sus decisiones, retrocediéndola, es una vía inadmisible, nada grande, nada luminoso ni digno. Es indecente.
- En el segundo caso, la ineptitud, la incapacidad es la condición que caracteriza al Sr. Radonsky y por lo tanto no puede ser líder. Los hechos lo demostraron. Además él tiene ambos perfiles.
En suma, estamos ante la mayor
irresponsabilidad que político alguno haya manifestado en la historia de
Venezuela.
Los crímenes ocurridos en el país son
responsabilidad, innegable, de ésta dirigencia opositora, porque si bien es
cierto que su líder activó la situación, sus inmediatos no tuvieron la
honestidad, racionalidad y consciencia de parar. Tampoco les importó las
consecuencias, sino sus fines. Igualmente sociópatas. Los rige, a todos, el
cerebro primario o reptílico.
Mientras tanto, del lado del pueblo
Bolivariano, Chavista, Socialista, se manifestó el equilibrio, la consciencia
social, el valor de la paz y de la vida; logró mantener los límites porque
también nuestros líderes así los establecieron, lo cual confirma que poseemos
las cualidades de pueblo para seguir construyendo el socialismo que es la
condición más elevada de la humanidad, por ahora.
Parafraseando a Rosa Luxemburgo: SOCIALISMO O BARBARIE.
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