miércoles, 10 de abril de 2013

¿UN “BUEN AMIGO” DE VENEZUELA?




Domingo Sánchez P

            
                 Entre las noticias desagradables para los venezolanos que ocasionó la ida del Comandante Hugo Chávez, hay una que, posiblemente,  pasó desapercibida.  

            En la presidencia de Estados Unidos, un vocero de Washington se refirió a esa situación, como “un tiempo de retos”  declarando, al mismo tiempo, su esperanza que “de reformas democráticas significativas y el cambio de liderazgo en Caracas, podría promover una relación constructiva con el gobierno de Venezuela”.  Sin embargo, el mismo día 5 de marzo, el Gobierno Nacional tomaba la decisión soberana de expulsar a dos militares norteamericanos de alta graduación, adscritos a su Embajada en Caracas, quienes habían estado promoviendo conversaciones “non sanctas” como algunos oficiales venezolanos. Es decir, conspirando,  para decirlo en lenguaje claro.           

Además, en el Congreso Estadounidense, la fracción del Partido Republicano, celebraba la partida del Comandante de la Revolución, Hugo  Chávez.  Y para muestra un botón: El Jefe del Comité de Relaciones Exteriores del Senado, de nombre Edward Royce, no tuvo empacho alguno en declarar  “Hugo Chávez era un tirano que obligó al pueblo de Venezuela a vivir en el miedo. Su muerte mina la alianza de dirigentes izquierdistas anti-estadounidenses en América del Sur. Nos hemos librado de este dictador”, es decir, que simplemente, celebraba la desaparición de un tirano.  Pensamos que esta persona debe ser incluida en la lista de las  personas “non gratas”  de Venezuela.

Ante este bochornoso incidente de este representante del Partido Republicano, el cual es financista,  a través de su brazo internacional,  del Partido Primero Justicia, en la persona de sus más encumbrados personajes, desde hace mucho tiempo.  Es decir, que el viejo refrán “dime con quién andas y te diré quién eres” expresa muy bien quienes son los enemigos.  Ello es la expresión de una forma de injerencia en los asuntos internos de Venezuela, que aún estando fuera de la Ley venezolana, como es recibir financiamiento externo para las campañas electorales, entre otras, pretenden erigirse en árbitros tanto del Consejo Nacional Electoral –CNE-  como de  otros Organismos cuya misión es, por definición y por tradición, cuidar y preservar todos los procesos electorales que se realicen legalmente, dentro del País.  Y para colmo, declaran paladinamente a diario, que ellos respetan y defienden la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela de 1999. Sin embargo, no pueden negar su estirpe como reaccionaria y representantes, como su candidato presidencial, del Departamento de Estado, según afirmaciones de la Jefa de Asuntos Occidentales, señora Roberta Jaccobson, quien por primera vez en la historia de las relaciones entre Estados Unidos y Venezuela, se atrevió a declarar públicamente, que “Capriles sería un buen Presidente”.  Es decir, que ahora será imposible que el candidato de la oposición y a su Partido político de la derecha extrema, Primero Justicia,   negar o rechazar tal designación por parte del Imperialismo  y menos aún, repudiar tamaña injerencia. Es decir  en pocas palabras,  que Capriles es el candidato del Departamento de Estado del Gobierno de los Estados Unidos, cosa que ellos han negado constantemente. ¿Y entonces?  Se les cayó la máscara, desvergonzados.  

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