Yoraima Lárez
El 4 de
febrero de 1992, el Pueblo venezolano oyó un por ahora que significó: estamos
aquí, queremos construir para vivir juntos otro destino que no sea el
neoliberalismo; contra este modelo se levantó el Pueblo venezolano en 1989. El
Pueblo luchó contra éste, hubo protestas, de nada sirvió… la receta del FMI
implacablemente, fue ejecutada. Aumentó la pobreza, la educación fue cada vez
más restringida, la salud: solo Dios protegía al ciudadano o ciudadana pobre;
era increíble que en muchas zonas no existía cerca ni un ambulatorio. Había
mucha variedad de víveres en el supermercado, solo para quien pudiera pagar sus
altos precios. Creció la pobreza y pobreza extrema. Los servicios subían astronómicamente,
ya no se podía pasar ni cerca del teléfono. Los altos empleados, trabajadores,
tenían seguro de hospitalización, cirugía y maternidad, muy costosos que
pagaban religiosamente. El uso de la tarjeta de crédito era equivalente a altos
porcentajes de interés a pagar. Lo mismo ocurrió con los préstamos para la
adquisición de carros y vivienda, las famosas cuotas balón. Al igual, vivían en
urbanizaciones que con el paso del tiempo fueron cerrando, aislándose de los
demás, pagando elevadas cuotas de condominio y seguridad. La educación de sus
hijos e hijas ameritaba grandes inversiones. La sociedad del consumo imponía…
tanto tienes, tanto vales.
Los medios de comunicación hacían su
trabajo, a todo lo foráneo calificaban como mejor, salvaguardaban a los gobernantes o a grandes
funcionarios fabricándole una imagen agradable al público para después ser
descubierta al concluir el mandato. Al unísono, también trabajaban en función
de la dominación: cuánto debes, cuanto vales, me tienes que rendir pleitesía.
Así se adquirió una deuda del FMI que recalcaban todos los días. “No digas
nada, le debemos a USA” “Al nacer, ya debes”. Suena parecido, a quién
venderemos el petróleo, si USA no lo quiere. La práctica de la dominación.
Cuando el Comandante pagó al FMI ningún medio privado lo reseñó en primera
plana, era lo mínimo que se podía esperar después de tanto horror psicológico.
En conclusión, un Pueblo acorralado que vio la luz de la esperanza después del túnel,
el 4 de febrero.
Este Pueblo cuidó al Comandante del 4 de
febrero, los colectivos se unieron, hacían guardia, lo cuidaron durante toda su
estadía en Yare. Recogían para enviarle escritorio, libros y otra cosa que
necesitara. Así llegaron las elecciones de 1998 y Chávez se convirtió en el
Presidente. En este contexto, era imposible trabajar con la Constitución de
1961, se requerían nuevos valores, una nueva carta magna acorde con los nuevos
tiempos. El Pueblo entendió el mensaje, participó y construyó la propuesta en
la constituyente, eligió sus representantes y voceros, ellos y ellas afinaron
las ideas, le dieron forma jurídica y, luego, la aprobó en referéndum.
El Comandante Chávez, luchó por levantar
los precios del petróleo, se reunió con los líderes de la OPEP en contra de las
“sugerencias” de USA. Tuvo que reptar por la tierra como en los buenos tiempos
de soldado para entrevistarse con Hussein debido a un cerco aéreo. Logró
reactivar la OPEP y elevar los precios del petróleo. Pero… siempre hay un pero,
PDVSA no era de los venezolanos, el ciudadano y la ciudadana común pensaban que
era una empresa privada, la sentían lejana; habían hecho contrato con
transnacionales y existían profesionales, la meritocracia (poder de los
méritos) venezolana trabajaba según intereses foráneos. Con la constituyente se
hizo la transformación política que se plasmó en la Constitución. La Ley de
Hidrocarburos, una de las Leyes Habilitantes, inició la económica
(Conjuntamente, con la Ley de Tierras, de Pesca…). Ocurrió el paro petrolero,
el golpe de estado pero, el Comandante firme y el Pueblo, apoyando y
defendiendo la Revolución, pudieron vencer el vendaval.
A cada instante, se llamaba a elecciones,
a participar en marchas, talleres, reuniones, colectivos de lectura, formación,
discusión de leyes… El Pueblo se acostumbró a estar en la calle, a participar,
a hablar, a estudiar, a investigar, a leer, a develar los mensajes ocultos, a
criticar, a exigir, a amar, a luchar. No existe el cansancio en el Pueblo.
Tenemos errores, si, por supuesto, nadie lo oculta, estamos construyendo el Socialismo
Bolivariano del Siglo XXI alrededor de una grave crisis del capitalismo y en
las puertas de una crisis energética según la perspectiva de Hubbert. Por eso
las guerras en el medio oriente y la intervención a todo país que tenga
petróleo, oleoductos o algo relacionado con el oro negro.
El Pueblo aprendió su Constitución y
también sobre petróleo. Las ganancias que se obtienen por la comercialización
de los hidrocarburos, se distribuyen para atender las necesidades del Pueblo:
educación, alimentación, salud, vivienda… Que, hay problemas de corrupción,
nadie lo niega. Hay muchas sanciones administrativas, penales, solo hay que ver
la Gaceta Oficial, las páginas del poder judicial, la fiscalía, contraloría.
Falta por hacer; muchas veces el Presidente Chávez lo dijo y el Presidente
Maduro también. Se evidencia el compromiso del Pueblo con el sistema
democrático, la defensa de la Constitución
y la exigencia por su cumplimiento. Cuando le dimos el hasta luego, sabíamos
que no sería fácil atravesar senderos, porque la revolución no tiene caminos,
al igual que la independencia hay que abrir nuevos senderos, los caminos nos
conducirían al neoliberalismo.
Dentro de la población venezolana hay
personas manipuladas por los medios de comunicación, el dólar, el desabastecimiento,
la economía basada en el capitalismo y todo lo que se haga fuera de estas
directrices provoca reacciones. Fueron llamados al diálogo todos los sectores
societales por el Presidente Nicolás Maduro, donde plantearon sus ideas en
relación con lo político y lo económico. Pero, también existe el fascismo, ese
% de la población que no aboga por salidas democráticas y que desconocen las
reglas de juego de la República que no es más que la organización de la cosa
pública sobre la norma. Eso también nos enseñó el gigante: tú también existes.
Eso se convirtió en un nosotros, nosotras, todos y todas.
Comprendemos a ese sector de la población
que dicen luchar por una mejor Venezuela dentro del modelo neoliberal,
comparando siempre su Patria con el modelo USA y, en su ingenuidad, aliándose con
personas vinculadas al paramilitarismo y a los falsos positivos. Con asombro,
vemos despertar conductas que se creían superadas como colocar muñecos ahorcados
por chavistas. Igual que en los tiempos del imperio romano, la santa
inquisición, los patriotas en la época de la independencia, la segunda guerra
mundial… lo dice Edgar Morin la reproducción de conductas. Esto es necesario
confrontarlas, darse cuenta del significado que tiene y poder superar esta
situación.
Actualmente, apenas, estamos dando los
primeros pasos como Pueblo libre, bolivariano, revolucionario, antiimperialista
y, profundamente, chavista. Sabemos que en el tiempo perdimos la cultura agrícola
tanto animal como vegetal que es imprescindible recuperar y en eso trabajamos. Tenemos
la solidaridad de la Patria grande que son nuestras naciones hermanas y uno de
los más bellos sueños que nos encargara el Libertador Simón Bolívar, la
integración en solidaridad y en respeto para preservar la paz. El Comandante
Chávez revivió la fibra del ser social, enterrado por el modelo capitalista, la
parte más humana del ser: el perdón que para nada quiere decir impunidad ya que
pereceríamos como República.
Abriendo senderos, estamos, mi Comandante Supremo con la llamarada de la
libertad en el corazón y la paz en el alma.
¡Hasta La Victoria Siempre, Comandante!
¡Unidad, Lucha, Batalla y Victoria!
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