miércoles, 5 de marzo de 2014

LA PAZ ES EL CAMINO



JOSÉ MACHETE

     Alguien en una de esas desbocadas, que solemos tener quienes, perdimos hace mucho tiempo el miedo a desnudarnos y a escribir de corrido sin “revisar” ni corregir (Creo que fueron Toby Valderrama y Antonio Aponte). Esa desaprensión y el hecho de no hablar a nombre, ni en representación de nadie, nos permite ser temerarios y audaces. Lo que algunos confunden con  creatividad, que no pasa, en todo caso, de ser  una extravagancia. Como les decía, alguien dijo en una de esas desbocadas que “”la paz no era un objetivo socialista”.

     Yo,  por el contrario, creo que la paz es el socialismo. Que no hay, ni habrá socialismo sin paz. La paz de verdad, la que se anidará en el corazón y en la mente  de los hombres y de las mujeres, después de construir un mundo sin  explotados ni explotadores, y se dedica a cultivar y a cosechar el amor universal. El amor que se siente a si mismo como a su prójimo.  El  que nace de lograr  la unidad de la humanidad, con su propia naturaleza, con la tierra y con el universo que nos contiene.

     Hace mucho tiempo que los socialistas, al menos gran parte de ellos, descubrimos y asumimos que construir el socialismo, no es una tarea tan fácil y que solo es posible, por una vía pacífica y democrática. Hicimos muchas guerras, en todas fracasamos.  Tuvimos muchos muertos, que nunca hemos contado, muchos héroes, mucha experiencia y mucha sabiduría.  Al socialismo solo se le puede construir en paz y con amor por eso, sus enemigos, promueven la guerra y el odio  en todas sus formas. Claro, se disfrazan porque saben, que  la mayoría de los hombres y mujeres del mundo, incluso a ellos mismos, les gusta amarse y disfrutar de la vida  en paz y prefieren, mil veces compartir el mundo, y disfrutar la vida en  armonía. Se disfrazan, no se gustan a si mismos como son. Y disfrazan la paz y el amor  con la fatalidad y el miedo a la muerte, el puro confort y una vida disipada falsa, vacía que se mantiene  a punta de acumular riqueza y bienes materiales…
    
     La reciente Conferencia por la Paz y la Vida promovida por el Gobierno del Presidente Constitucional, Nicolás Maduro y consumada, con la participación de casi todos los factores que conforman la sociedad venezolana, dejo sentado, que la mayoría de los venezolanos, independientemente de su posición política y del lugar que ocupan en las relaciones de producción,  reconocemos, la legitimidad del gobierno revolucionario y  deseamos la paz. Por ella  luchamos y seguiremos luchando.

     No queremos, tal como dijo uno de los que intervinieron, “sentarnos después,  los viudos, las viudas, los huérfanos y las huérfanas, que deja una guerra civil a negociar, una paz que no podrá olvidar los horrores, las tragedias, miserias y desventura de una guerra fratricida, donde las familias solo se unen para enterrar a sus hijos e hijas, a sus hermanos y hermanas que la guerra separo”.

     Tampoco queremos una invasión o la intervención de ninguna fuerza militar extranjera, que no distinguirá entre unos y otros, que los bombardeos serán contra ciudades indefensas, que las bombas caerán sobre escuelas, hospitales universidades sin ninguna discriminación. Que no le preguntara a nadie de que bando es antes de asesinarlo. Así ha sido siempre y no hay ninguna razón para que en esta oportunidad no sea igual. Los venezolanos podemos y tenemos la disposición y los recursos para solucionar nuestros problemas entre nosotros mismos. Si ninguna injerencia.

     Esa conferencia no puede quedarse allí. Aunque no es poco lo que se avanzó y lo que se dijo. Además de las comisiones que se acordó nombrar, esa conferencia debe hacer un pronunciamiento firmado y aceptado por todos, en el que se puntualice las cosas que nos unen, como es la construcción del camino de la Paz  y también las cosas que nos separan, para seguir trabajando en ellas a fin de resolverlas. Una de las cosas que debemos aclarar y aclararle al pueblo de Venezuela es que nuestro socialismo, el que estamos construyendo, pero que aun no tenemos,  es único. Que no es copia ni calco de ningún otro, aunque de todos tenga un poco. Que tenemos un empresariado lleno de una emoción nacionalista, dispuesto a participar en la construcción de la paz. Y unos trabajadores dispuestos a trabajar en la construcción de un socialismo venezolano, capaz de sustituir con éxito al capitalismo atrasado de IV republica puntofijista, que algunos se empeñan en  restaurar.  Que la soberanía alimentaria  es el “sine qua non” de la independencia y la libertad y que en estos momentos debe ser una tarea prioritaria en el camino hacia la paz…   

No hay comentarios:

Publicar un comentario